El uso agrícola multiplica por nueve el consumo urbano de agua

José Matildo Paredes, geólogo de la universidad local y del CONICET, remarcó el excesivo consumo del agua en la cuenca del río Senger, con implicancias críticas para Comodoro Rivadavia, Sarmiento y otras localidades.

09 JUN 2025 - 14:22 | Actualizado 09 JUN 2025 - 14:26

“Lo que hicimos fue juntar todos los datos públicos que hay desde la década del 50 de la cuenca y se complementó con una serie de datos nuevos, que en general no se toman en las cuencas, como ir a los lugares donde se están haciendo extracciones de agua para medir cuánta se desvía”, explicó el geólogo José Paredes, en referencia a un estudio iniciado en 2022, luego de tres años consecutivos de crisis hídrica en la región.

El trabajo fue desarrollado con apoyo de la Universidad y del ente Comodoro Conocimiento, y dio orígen a un documento técnico que busca aportar una mirada integral sobre el estado de la cuenca. Uno de los principales hallazgos es que el uso agrícola supera ampliamente el volumen consumido por la población: “Si toda el agua que se extrae del sistema de acueductos lo consideramos como una unidad, lo que se extrae en la zona del alto Río Senger representa un poco más de tres veces ese consumo. Y lo que se extrae en la zona de Sarmiento es un poco más de seis veces el valor ese de uno. Entre las dos tenemos más de nueve veces toda el agua que se consume por el sistema de acueductos”, detalló Paredes en diálogo con Jornada Radio.

El especialista señaló que estos valores corresponden a mediciones realizadas en un momento puntual del año, por lo que podrían ser incluso mayores. El estudio consideró una veintena de canales de riego en la zona de Alto Río Senger y canales de mayor dimensión en el delta de Sarmiento. “Se comparó cuánta agua iba por el río, cuánta se desviaba para riego, cuánta se consumía por el acueducto y también cuánta se evapora naturalmente, especialmente en el lago Muster”, señaló.

Sobre el destino de esa agua, Paredes alertó que una parte considerable ni siquiera llega a cumplir el fin para el cual es extraída: “Incluso con el agua que se extrae en los canales de riego, una parte bastante grande, más del 40 por ciento, se infiltra. No se utiliza para el fin en el que fue derivada, sino que como los canales no están impermeabilizados, mucha del agua se va perdiendo en el camino”.

Consultado sobre posibles soluciones, fue tajante: “En el corto plazo, ninguna. Lo que hicimos fue poner en la mesa una serie de datos que no existían. Es importante para no atribuirle al cambio climático todos los problemas que ocurren en la cuenca. Una parte corresponde a la naturaleza, y otra parte corresponde a responsabilidades que tienen los usuarios de agua”.

Además, indicó que “cien mil metros cúbicos de agua por día van a parar al mar”, en referencia al volumen que no es reutilizado por falta de infraestructura urbana. “Hay plantas de tratamiento, reutilización, pero son muy minoritarias”, lamentó, y agregó: “Muchas de las intervenciones que se requieren en las ciudades requieren obras de infraestructura grandes, inversiones a mediano o largo plazo, y en general no existen los financiamientos o los réditos no se ven en el corto plazo”.

Finalmente, Paredes insistió en que mejorar la eficiencia en el uso del agua implica decisiones políticas y presupuestarias: “Lo que conduce a prácticas no muy eficientes en el tiempo es dejar todo librado a la buena voluntad de los organismos de control, que tienen poco peso en el terreno”.

09 JUN 2025 - 14:22

“Lo que hicimos fue juntar todos los datos públicos que hay desde la década del 50 de la cuenca y se complementó con una serie de datos nuevos, que en general no se toman en las cuencas, como ir a los lugares donde se están haciendo extracciones de agua para medir cuánta se desvía”, explicó el geólogo José Paredes, en referencia a un estudio iniciado en 2022, luego de tres años consecutivos de crisis hídrica en la región.

El trabajo fue desarrollado con apoyo de la Universidad y del ente Comodoro Conocimiento, y dio orígen a un documento técnico que busca aportar una mirada integral sobre el estado de la cuenca. Uno de los principales hallazgos es que el uso agrícola supera ampliamente el volumen consumido por la población: “Si toda el agua que se extrae del sistema de acueductos lo consideramos como una unidad, lo que se extrae en la zona del alto Río Senger representa un poco más de tres veces ese consumo. Y lo que se extrae en la zona de Sarmiento es un poco más de seis veces el valor ese de uno. Entre las dos tenemos más de nueve veces toda el agua que se consume por el sistema de acueductos”, detalló Paredes en diálogo con Jornada Radio.

El especialista señaló que estos valores corresponden a mediciones realizadas en un momento puntual del año, por lo que podrían ser incluso mayores. El estudio consideró una veintena de canales de riego en la zona de Alto Río Senger y canales de mayor dimensión en el delta de Sarmiento. “Se comparó cuánta agua iba por el río, cuánta se desviaba para riego, cuánta se consumía por el acueducto y también cuánta se evapora naturalmente, especialmente en el lago Muster”, señaló.

Sobre el destino de esa agua, Paredes alertó que una parte considerable ni siquiera llega a cumplir el fin para el cual es extraída: “Incluso con el agua que se extrae en los canales de riego, una parte bastante grande, más del 40 por ciento, se infiltra. No se utiliza para el fin en el que fue derivada, sino que como los canales no están impermeabilizados, mucha del agua se va perdiendo en el camino”.

Consultado sobre posibles soluciones, fue tajante: “En el corto plazo, ninguna. Lo que hicimos fue poner en la mesa una serie de datos que no existían. Es importante para no atribuirle al cambio climático todos los problemas que ocurren en la cuenca. Una parte corresponde a la naturaleza, y otra parte corresponde a responsabilidades que tienen los usuarios de agua”.

Además, indicó que “cien mil metros cúbicos de agua por día van a parar al mar”, en referencia al volumen que no es reutilizado por falta de infraestructura urbana. “Hay plantas de tratamiento, reutilización, pero son muy minoritarias”, lamentó, y agregó: “Muchas de las intervenciones que se requieren en las ciudades requieren obras de infraestructura grandes, inversiones a mediano o largo plazo, y en general no existen los financiamientos o los réditos no se ven en el corto plazo”.

Finalmente, Paredes insistió en que mejorar la eficiencia en el uso del agua implica decisiones políticas y presupuestarias: “Lo que conduce a prácticas no muy eficientes en el tiempo es dejar todo librado a la buena voluntad de los organismos de control, que tienen poco peso en el terreno”.