Editorial / El último baile

El peronismo debe marcar diferencias de una vez por todas con los “opositores con peluca”, socios intelectuales del delirio místico de Javier Milei y de la masacre social del Pueblo.

Cristina bailando el balcón. El antiperonismo, arde.
14 JUN 2025 - 14:04 | Actualizado 14 JUN 2025 - 21:30

Le dieron una vida extra al peronismo. Como en los juegos en donde cruzar ciertas metas otorga más crédito para seguir jugando, el fallo de la Corte Suprema que rechazó el recurso extraordinario de Cristina Fernández de Kirchner y confirmó su condena a 6 años de prisión por la Causa Vialidad, parece haber inyectado energía en la militancia y obligado a los principales dirigentes peronistas, que venían haciéndose zancadillas entre ellos, a sentarse a la misma mesa y -por ahora- a bajar un mensaje de unidad en medio del ataque judicial a la última gran líder del movimiento.

Le pese a quien le pese, sólo Cristina es capaz hoy de conseguir semejante cosa en el peronismo. Con gestos auténticos u obligados por la corrección política, esos dirigentes peronistas o panperonistas tienen la obligación – y tal vez la última chance- de dar una señal concreta a sus votantes y organizarse hacia adelante para intentar ser lo que el peronismo nunca debió dejar de ser en una etapa tan crítica de la Argentina: la principal fuerza de la oposición y una alternativa seria cuando el temporal libertario dé las hurras y deje tierra arrasada a su alrededor.

Primero la Patria, después el movimiento

El peronismo debe marcar diferencias de una vez por todas con los “opositores con peluca”, socios intelectuales del delirio místico de Javier Milei y de la masacre social del Pueblo. El patético papel del PRO como aliado sometido a todo tipo de humillaciones; o el triste rol de la UCR como perrito faldero de cuanto proyecto de derecha haya surgido en las últimas décadas, ponen al peronismo ante una oportunidad histórica.

Con Cristina proscripta electoralmente pero resucitada políticamente por los jueces de Comodoro Pis (el Comodoro Luis Py, un marino catalán que luchó por Argentina y en 1878 tuvo un rol importante en defensa de la Patagonia ante los deseos invasores de Chile, merece no quedar eternamente vinculado al edificio de los tribunales federales ubicado sobre la avenida que lleva su nombre y en donde convive lo peorcito de la Justicia Federal porteña), el peronismo recuperó una bandera y ahora debe recuperar la esencia. No será sencillo pero sí una picardía no intentarlo.

La proscripción de CFK en los diarios del mundo.

Para eso, primero que nada, hay que derribar los muros de egos y enconos personales que construyeron y alimentaron muchos dirigentes, sobre todo la propia Cristina y sus “pibes para la liberación”, que siguen creyendo ser más importantes que el movimiento colectivo. Lo de "primero la Patria, después el movimiento y luego los hombres" estaba pasado de moda pero, ya se sabe, lo viejo funciona.

Milei no acepta medias tintas. O estás con él o te masacra. Y así seguirá siendo mientras tenga nafta en la motosierra y respaldo del poder económico concentrado.

El que entiende al peronismo de Perón, en cambio, no está (o no debería estar) dispuesto a aceptar mansamente la triste realidad que domina la escena, en medio de fervientes militantes libertarios que se hunden en la ciénaga pero siguen creyendo que las fuerzas del cielo los van a rescatar; o de mucha gente quejosa que vocifera en las redes sociales o frente al televisor pero está absolutamente desmovilizada.

El peronismo debería ser el encargado de construir una alternativa realista, que ponga a la gente en el centro de las ideas y proponga un plan de corto y mediano plazo para levantar primero que nadie a los que se cayeron al costado del camino en los últimos gobiernos peronistas, a los jubilados, a los pibes, a la educación, a la salud y al trabajo.

Se necesita que alguien haga lo que tenga que hacer para conseguir una sociedad más justa, no para ser políticamente correctos. Se necesita menos progresismo discursivo y más peronismo de hechos. Le duela a quien le duela. Es por ahí.

El “pegoismo” chubutense

Absolutamente desconectada de la realidad nacional, la dirigencia peronista de Chubut parece estar en un cumpleaños en la cubierta del Titanic. De hecho, se prepara para ir a las elecciones de octubre en la que se renovarán dos bancas de diputados nacionales con dos listas que evidentemente dividirán el voto peronista en un comicio que se presume podría tener menos asistencia que la habitual a las urnas.

El daño que le han hecho al peronismo por acción u omisión las sucesivas conducciones del Partido Justicialista en los últimos veinte años explican sus derrotas continuas y la desvencijada realidad que le toca vivir.

Empezando por el último gran líder peronista, Mario Das Neves, que impuso el Distrito Único que blindó su poder de decisión pero dejó sin representación a muchos sectores minirotarios, que ayudó a crear un partido satelital como el Provech y que tras su distanciamiento del kirchnerismo dominante terminó fundando en 2014 su propio partido, Chubut Somos Todos (Chusoto), con el que un año después terminó derrotando al PJ por 3.400 votos.

Ni hablar de la corta presidencia del incombustible Rafael Williams, el exintendente de Esquel que renunció a la presidencia del PJ en 2015 pocos meses antes de la derrota ante Das Neves y un año después se afilió al Chusoto sin ponerse colorado; o de la pálida gestión del recientemente fallecido Ricardo “Indio” Mutio a partir de 2016, a la sombra de su jefe político, Carlos Linares, que embarcó al peronismo en una interna sinsentido con múltiples listas y terminó causando un oprobioso tercer lugar en las elecciones a diputados nacionales de 2017, en las que el extrapartidario Ricardo Fueyo fue arrollado por el entonces dasnevista Mariano Arcioni y el radical de Cambiemos Gustavo Menna.

Finalmente, Linares dejó de usar a otros dirigentes y él mismo tomó la presidencia en 2020. Lejos de poner al peronismo en un camino de reconstrucción, profundizó la crisis, sumó más derrotas, persiguió a los opositores internos y se atornilló a la presidencia, a la que dejó después de cuatro años en manos de un delegado, el diputado provincial y sindicalista de los Viajantes, Gustavo Fita.

En medio de ese panorama, otros sectores sindicales como Camioneros y Empleados de Comercio, salieron ahora al ruedo a criticar con argumentos las inconsistencias de Linares y el resto del sello del PJ oficial, pero se lanzan a una compulsa electoral que anticipa una división de votos que sólo beneficiará a los candidatos del gobernador Nacho Torres y de La Libertad Avanza.

Beliz y Goic, los candidatos peronistas contra el PJ.

Tanto Jorge Taboada como Alfredo Beliz (el dirigente mercantil que encabezará la boleta junto a la diputada provincial y sobrina del líder camionero, Tatiana Goic) han elegido como adversario principal al PJ, inclusive expresando sus críticas al kirchnerismo y a La Cámpora, lo que por ahora les ha impedido hacer algún comentario sobre el fallo de la Corte y el pedido de prisión para Cristina.

Al frente sindical se han sumado los hermanos Gustavo y Ricardo Sastre, otros dos peronistas críticos y con partido propio, que terminan de conformar una oferta electoral que claramente tiene como objetivo central atomizar el voto peronista antes que limar la base de sustentación de Despierta Chubut, el variopinto frente del gobernador, o de La Libertad Avanza que conduce el patrón de estancia César Treffinger.

Se viene otro dedazo

El PJ oficial, en tanto, se debate entre la candidatura de Dante Bowen, que primerió a todos y se lanzó al ruedo, y alguna opción más cercana a la conducción del PJ. Al intendente de Dolavon lo miran de reojo porque últimamente tiene más fotos con el gobernador Torres que con dirigentes del peronismo, aunque la semana pasada compensó con una imagen en la que se lo ve sonriente junto a Linares en su despacho del Senado.

Bowen y Linares, hace pocos días en el Senado.

Sabiendo de antemano que no habrá tiempo para internas, el dedazo se terminará imponiendo no sólo en el PJ sino en el resto de las fuerzas que compitan en octubre.

El nombre de Juan Pablo Luque volvió a sonar en los últimos días como posible candidato del PJ. La duda es cuántos de los más de 111 mil votos que sacó para la gobernación en julio de 2023 (apenas 6.200 menos que el vencedor Torres) estarán dispuestos a repetir la experiencia.

En el medio de la diáspora peronista y de lo difícil que se le viene haciendo a Torres sopesar su fuerte incidencia política y presencia mediática a nivel nacional con los problemas de todos los días puertas adentro de Chubut, La Libertad Avanza se frota las manos.

A los libertarios tampoco les sobra nada (sobre todo, propuestas) y no les será sencillo recapitalizar en una elección intermedia los 120 mil votos que sacó Milei en la primera vuelta en Chubut en octubre de 2023, y ni hablar de los 195 mil que obtuvo en el balotaje.

Lo que parece quedar cada vez más claro es que la única estrategia de Karina Milei y su faldero Treffinger para Chubut es que el “candidato” de la LLA sea el propio Milei. No les importan los candidatos que finalmente vayan estampados en la boleta violácea, creen que con la imagen del amo de Conan alcanzará.

Las urnas tendrán la última palabra.

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Cristina bailando el balcón. El antiperonismo, arde.
14 JUN 2025 - 14:04

Le dieron una vida extra al peronismo. Como en los juegos en donde cruzar ciertas metas otorga más crédito para seguir jugando, el fallo de la Corte Suprema que rechazó el recurso extraordinario de Cristina Fernández de Kirchner y confirmó su condena a 6 años de prisión por la Causa Vialidad, parece haber inyectado energía en la militancia y obligado a los principales dirigentes peronistas, que venían haciéndose zancadillas entre ellos, a sentarse a la misma mesa y -por ahora- a bajar un mensaje de unidad en medio del ataque judicial a la última gran líder del movimiento.

Le pese a quien le pese, sólo Cristina es capaz hoy de conseguir semejante cosa en el peronismo. Con gestos auténticos u obligados por la corrección política, esos dirigentes peronistas o panperonistas tienen la obligación – y tal vez la última chance- de dar una señal concreta a sus votantes y organizarse hacia adelante para intentar ser lo que el peronismo nunca debió dejar de ser en una etapa tan crítica de la Argentina: la principal fuerza de la oposición y una alternativa seria cuando el temporal libertario dé las hurras y deje tierra arrasada a su alrededor.

Primero la Patria, después el movimiento

El peronismo debe marcar diferencias de una vez por todas con los “opositores con peluca”, socios intelectuales del delirio místico de Javier Milei y de la masacre social del Pueblo. El patético papel del PRO como aliado sometido a todo tipo de humillaciones; o el triste rol de la UCR como perrito faldero de cuanto proyecto de derecha haya surgido en las últimas décadas, ponen al peronismo ante una oportunidad histórica.

Con Cristina proscripta electoralmente pero resucitada políticamente por los jueces de Comodoro Pis (el Comodoro Luis Py, un marino catalán que luchó por Argentina y en 1878 tuvo un rol importante en defensa de la Patagonia ante los deseos invasores de Chile, merece no quedar eternamente vinculado al edificio de los tribunales federales ubicado sobre la avenida que lleva su nombre y en donde convive lo peorcito de la Justicia Federal porteña), el peronismo recuperó una bandera y ahora debe recuperar la esencia. No será sencillo pero sí una picardía no intentarlo.

La proscripción de CFK en los diarios del mundo.

Para eso, primero que nada, hay que derribar los muros de egos y enconos personales que construyeron y alimentaron muchos dirigentes, sobre todo la propia Cristina y sus “pibes para la liberación”, que siguen creyendo ser más importantes que el movimiento colectivo. Lo de "primero la Patria, después el movimiento y luego los hombres" estaba pasado de moda pero, ya se sabe, lo viejo funciona.

Milei no acepta medias tintas. O estás con él o te masacra. Y así seguirá siendo mientras tenga nafta en la motosierra y respaldo del poder económico concentrado.

El que entiende al peronismo de Perón, en cambio, no está (o no debería estar) dispuesto a aceptar mansamente la triste realidad que domina la escena, en medio de fervientes militantes libertarios que se hunden en la ciénaga pero siguen creyendo que las fuerzas del cielo los van a rescatar; o de mucha gente quejosa que vocifera en las redes sociales o frente al televisor pero está absolutamente desmovilizada.

El peronismo debería ser el encargado de construir una alternativa realista, que ponga a la gente en el centro de las ideas y proponga un plan de corto y mediano plazo para levantar primero que nadie a los que se cayeron al costado del camino en los últimos gobiernos peronistas, a los jubilados, a los pibes, a la educación, a la salud y al trabajo.

Se necesita que alguien haga lo que tenga que hacer para conseguir una sociedad más justa, no para ser políticamente correctos. Se necesita menos progresismo discursivo y más peronismo de hechos. Le duela a quien le duela. Es por ahí.

El “pegoismo” chubutense

Absolutamente desconectada de la realidad nacional, la dirigencia peronista de Chubut parece estar en un cumpleaños en la cubierta del Titanic. De hecho, se prepara para ir a las elecciones de octubre en la que se renovarán dos bancas de diputados nacionales con dos listas que evidentemente dividirán el voto peronista en un comicio que se presume podría tener menos asistencia que la habitual a las urnas.

El daño que le han hecho al peronismo por acción u omisión las sucesivas conducciones del Partido Justicialista en los últimos veinte años explican sus derrotas continuas y la desvencijada realidad que le toca vivir.

Empezando por el último gran líder peronista, Mario Das Neves, que impuso el Distrito Único que blindó su poder de decisión pero dejó sin representación a muchos sectores minirotarios, que ayudó a crear un partido satelital como el Provech y que tras su distanciamiento del kirchnerismo dominante terminó fundando en 2014 su propio partido, Chubut Somos Todos (Chusoto), con el que un año después terminó derrotando al PJ por 3.400 votos.

Ni hablar de la corta presidencia del incombustible Rafael Williams, el exintendente de Esquel que renunció a la presidencia del PJ en 2015 pocos meses antes de la derrota ante Das Neves y un año después se afilió al Chusoto sin ponerse colorado; o de la pálida gestión del recientemente fallecido Ricardo “Indio” Mutio a partir de 2016, a la sombra de su jefe político, Carlos Linares, que embarcó al peronismo en una interna sinsentido con múltiples listas y terminó causando un oprobioso tercer lugar en las elecciones a diputados nacionales de 2017, en las que el extrapartidario Ricardo Fueyo fue arrollado por el entonces dasnevista Mariano Arcioni y el radical de Cambiemos Gustavo Menna.

Finalmente, Linares dejó de usar a otros dirigentes y él mismo tomó la presidencia en 2020. Lejos de poner al peronismo en un camino de reconstrucción, profundizó la crisis, sumó más derrotas, persiguió a los opositores internos y se atornilló a la presidencia, a la que dejó después de cuatro años en manos de un delegado, el diputado provincial y sindicalista de los Viajantes, Gustavo Fita.

En medio de ese panorama, otros sectores sindicales como Camioneros y Empleados de Comercio, salieron ahora al ruedo a criticar con argumentos las inconsistencias de Linares y el resto del sello del PJ oficial, pero se lanzan a una compulsa electoral que anticipa una división de votos que sólo beneficiará a los candidatos del gobernador Nacho Torres y de La Libertad Avanza.

Beliz y Goic, los candidatos peronistas contra el PJ.

Tanto Jorge Taboada como Alfredo Beliz (el dirigente mercantil que encabezará la boleta junto a la diputada provincial y sobrina del líder camionero, Tatiana Goic) han elegido como adversario principal al PJ, inclusive expresando sus críticas al kirchnerismo y a La Cámpora, lo que por ahora les ha impedido hacer algún comentario sobre el fallo de la Corte y el pedido de prisión para Cristina.

Al frente sindical se han sumado los hermanos Gustavo y Ricardo Sastre, otros dos peronistas críticos y con partido propio, que terminan de conformar una oferta electoral que claramente tiene como objetivo central atomizar el voto peronista antes que limar la base de sustentación de Despierta Chubut, el variopinto frente del gobernador, o de La Libertad Avanza que conduce el patrón de estancia César Treffinger.

Se viene otro dedazo

El PJ oficial, en tanto, se debate entre la candidatura de Dante Bowen, que primerió a todos y se lanzó al ruedo, y alguna opción más cercana a la conducción del PJ. Al intendente de Dolavon lo miran de reojo porque últimamente tiene más fotos con el gobernador Torres que con dirigentes del peronismo, aunque la semana pasada compensó con una imagen en la que se lo ve sonriente junto a Linares en su despacho del Senado.

Bowen y Linares, hace pocos días en el Senado.

Sabiendo de antemano que no habrá tiempo para internas, el dedazo se terminará imponiendo no sólo en el PJ sino en el resto de las fuerzas que compitan en octubre.

El nombre de Juan Pablo Luque volvió a sonar en los últimos días como posible candidato del PJ. La duda es cuántos de los más de 111 mil votos que sacó para la gobernación en julio de 2023 (apenas 6.200 menos que el vencedor Torres) estarán dispuestos a repetir la experiencia.

En el medio de la diáspora peronista y de lo difícil que se le viene haciendo a Torres sopesar su fuerte incidencia política y presencia mediática a nivel nacional con los problemas de todos los días puertas adentro de Chubut, La Libertad Avanza se frota las manos.

A los libertarios tampoco les sobra nada (sobre todo, propuestas) y no les será sencillo recapitalizar en una elección intermedia los 120 mil votos que sacó Milei en la primera vuelta en Chubut en octubre de 2023, y ni hablar de los 195 mil que obtuvo en el balotaje.

Lo que parece quedar cada vez más claro es que la única estrategia de Karina Milei y su faldero Treffinger para Chubut es que el “candidato” de la LLA sea el propio Milei. No les importan los candidatos que finalmente vayan estampados en la boleta violácea, creen que con la imagen del amo de Conan alcanzará.

Las urnas tendrán la última palabra.


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