Además Lattanzio insistió en que el subsidio no debe destinarse a la empresa prestataria sino directamente a los usuarios que realmente lo necesiten. El concejal reveló que la única modificación relevante introducida fue la incorporación de una nueva línea –el ramal 6– para zonas que han crecido y carecen de cobertura. Sin embargo, apuntó que no hubo un análisis integral de los costos por parte de economistas o expertos del ámbito universitario: “La Universidad aportó desde lo urbanístico, pero no se abordó la estructura de costos como se debería”.
En ese punto, Lattanzio fue categórico al señalar irregularidades históricas en el servicio de transporte público de pasajeros. “En los ítems de aceite de motor y de caja y diferencial, la empresa venía cobrando 25 millones de pesos por mes. En éste pliego figura que deben cobrar 1.100.000. Solo en esos dos ítems, desde 2007 a hoy, sobrefacturaron 14 mil millones de pesos. Esto confirma lo que denuncié ante el Ministerio Público Fiscal”.
“El único que hizo la denuncia fui yo, y nadie me acompañó”, lamentó. “Tampoco vino nadie del Ejecutivo a decirme que estaba equivocado, mostrándome los números. Algunos me preguntan por qué no fui a la empresa. Porque no tengo nada que hablar con la empresa. Yo no voy a buscar favores, quiero que los papeles estén claros”.
Respecto al futuro del servicio, Lattanzio mostró esperanza en la presentación de más de una oferta: “Ojalá haya más empresas interesadas para poder dividir los ramales. Así no estamos siempre atados a una sola empresa monopólica”.
También se refirió a la polémica sobre el valor del boleto. Ante versiones que indicaban que podría costar hasta 4.500 pesos sin subsidios, el concejal lo desmintió: “Eso no es real. Si uno toma los 2.500 millones de pesos que estima la empresa como costo total y lo divide por los 1.500.000 pasajes mensuales, da un boleto de alrededor de 1.670 pesos. Es imposible que llegue a 4.000 o 4.500”.
Finalmente, fue contundente sobre su visión de los subsidios: “No se los daría a la empresa. Haría un análisis exhaustivo y se los daría directamente a quienes realmente lo necesiten: jubilados, pacientes oncológicos, estudiantes sin recursos. No todos los estudiantes necesitan subsidio. Algunos tienen padres empresarios. El subsidio tiene que ser para quien no tiene cómo pagar el viaje”.
Además Lattanzio insistió en que el subsidio no debe destinarse a la empresa prestataria sino directamente a los usuarios que realmente lo necesiten. El concejal reveló que la única modificación relevante introducida fue la incorporación de una nueva línea –el ramal 6– para zonas que han crecido y carecen de cobertura. Sin embargo, apuntó que no hubo un análisis integral de los costos por parte de economistas o expertos del ámbito universitario: “La Universidad aportó desde lo urbanístico, pero no se abordó la estructura de costos como se debería”.
En ese punto, Lattanzio fue categórico al señalar irregularidades históricas en el servicio de transporte público de pasajeros. “En los ítems de aceite de motor y de caja y diferencial, la empresa venía cobrando 25 millones de pesos por mes. En éste pliego figura que deben cobrar 1.100.000. Solo en esos dos ítems, desde 2007 a hoy, sobrefacturaron 14 mil millones de pesos. Esto confirma lo que denuncié ante el Ministerio Público Fiscal”.
“El único que hizo la denuncia fui yo, y nadie me acompañó”, lamentó. “Tampoco vino nadie del Ejecutivo a decirme que estaba equivocado, mostrándome los números. Algunos me preguntan por qué no fui a la empresa. Porque no tengo nada que hablar con la empresa. Yo no voy a buscar favores, quiero que los papeles estén claros”.
Respecto al futuro del servicio, Lattanzio mostró esperanza en la presentación de más de una oferta: “Ojalá haya más empresas interesadas para poder dividir los ramales. Así no estamos siempre atados a una sola empresa monopólica”.
También se refirió a la polémica sobre el valor del boleto. Ante versiones que indicaban que podría costar hasta 4.500 pesos sin subsidios, el concejal lo desmintió: “Eso no es real. Si uno toma los 2.500 millones de pesos que estima la empresa como costo total y lo divide por los 1.500.000 pasajes mensuales, da un boleto de alrededor de 1.670 pesos. Es imposible que llegue a 4.000 o 4.500”.
Finalmente, fue contundente sobre su visión de los subsidios: “No se los daría a la empresa. Haría un análisis exhaustivo y se los daría directamente a quienes realmente lo necesiten: jubilados, pacientes oncológicos, estudiantes sin recursos. No todos los estudiantes necesitan subsidio. Algunos tienen padres empresarios. El subsidio tiene que ser para quien no tiene cómo pagar el viaje”.