Entre el personal que tomó parte del adiestramiento se encontró un grupo de pilotos adscrito al programa F-16.
Lejos de ser un ejercicio de laboratorio, este entrenamiento tiene una dimensión operacional concreta. Los pilotos de caza, especialmente los que se preparan para operar plataformas como el F-16, están expuestos a condiciones extremas de altitud y velocidad. Saber cómo responde el cuerpo en esos momentos es una ventaja táctica y, muchas veces, la diferencia entre volver a base o no hacerlo.
(Fuente y fotos: https://noticiasenvuelo.faa.mil.ar/articulos.php?idn=808)
Entre el personal que tomó parte del adiestramiento se encontró un grupo de pilotos adscrito al programa F-16.
Lejos de ser un ejercicio de laboratorio, este entrenamiento tiene una dimensión operacional concreta. Los pilotos de caza, especialmente los que se preparan para operar plataformas como el F-16, están expuestos a condiciones extremas de altitud y velocidad. Saber cómo responde el cuerpo en esos momentos es una ventaja táctica y, muchas veces, la diferencia entre volver a base o no hacerlo.
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