Yolanda: cosía mantas a mano y ahora tiene su máquina de coser

Una cadena solidaria cruzó la Patagonia para ayudar a Yolanda, una mujer de Gualjaina que cose retazos de tela para hacer mantas y abrigar a sus vecinos. Cuando recibió la máquina de coser, su sueño se hizo realidad.

08 AGO 2025 - 13:58 | Actualizado 08 AGO 2025 - 14:26

En un rincón aislado del norte chubutense, una mujer lleva años haciendo abrigos a mano para su comunidad. Su realidad, que permanecía en el anonimato, activó una red de apoyo conmovedora.

Ella es Yolanda Ayalef, residente de Gualjaina. En este paisaje árido e interminable, la solidaridad no es una elección, sino una forma de vida. Sin Estado ni mercado, la gente depende por completo unos de otros.

Yolanda también es consciente de esta profunda interdependencia, pero va un paso más allá: ella siente la necesidad imperiosa de actuar, de transformar la realidad de su comunidad, de combatir la injusticia.

Durante años, mantuvo un comedor comunitario que se abastecía de las verduras de su huerta y de la pequeña producción de sus cabras. “Yo llegué a los 16 años y no teníamos nada”, arrancó narrando su historia. “Esa es mi casita, donde crié a mis cinco hijos, arrancamos con doce ovejas”, agregó.

Ella no da lo que le sobra , sino lo único que tiene. Porque para Yolanda, el hecho de ayudar al vecino no termina en el acto de dar. En el proceso, lo escucha, y es así como realmente entiende lo que le sucede al otro.

“Vengo de una familia muy humilde, y hoy poder servirles me pone orgullosa, porque amo a mi prójimo”, expresó emocionada.

Un ejemplo de su compasión es su trabajo con las mantas. Contó que en los pueblos como Gualjaina, donde el clima es cruel, el frío es implacable. Así que Yolanda junta retazos de tela, los corta con la única tijera que tiene, una de esquilar, y cose cada pedazo para hacer mantas que abriguen a sus vecinos. También repara camperas viejas que le llegan de la ciudad, para repartirlas entre quienes las necesitan.

Yo no tengo plata, tampoco me sobra. La fe y la esperanza siempre las tengo, y esto es lo que puedo dar”, dijo.

Yolanda ayuda desde hace mucho tiempo, sin buscar likes ni reconocimientos. Lo hace en silencio. Un diario local publicó su historia. Ahí se contaba que una mujer llamada Yolanda, en Gualjaina, necesitaba una máquina de coser para continuar su trabajo.

Ese fue el punto de partida, y así fue como el periodista Daniel Malnatti viajó a Gualjaina para ayudarla. Consiguió una máquina de coser profesional, apta para trabajos duros, y se la entregó en mano.

No pudo contener la emoción cuando recibió su máquina de coser tan ansiada. “Estoy soñando, no sé qué decir. Gracias por llegar acá a la localidad y hacer realidad mi sueño”, dijo entre lágrimas.

Fuente: TN

08 AGO 2025 - 13:58

En un rincón aislado del norte chubutense, una mujer lleva años haciendo abrigos a mano para su comunidad. Su realidad, que permanecía en el anonimato, activó una red de apoyo conmovedora.

Ella es Yolanda Ayalef, residente de Gualjaina. En este paisaje árido e interminable, la solidaridad no es una elección, sino una forma de vida. Sin Estado ni mercado, la gente depende por completo unos de otros.

Yolanda también es consciente de esta profunda interdependencia, pero va un paso más allá: ella siente la necesidad imperiosa de actuar, de transformar la realidad de su comunidad, de combatir la injusticia.

Durante años, mantuvo un comedor comunitario que se abastecía de las verduras de su huerta y de la pequeña producción de sus cabras. “Yo llegué a los 16 años y no teníamos nada”, arrancó narrando su historia. “Esa es mi casita, donde crié a mis cinco hijos, arrancamos con doce ovejas”, agregó.

Ella no da lo que le sobra , sino lo único que tiene. Porque para Yolanda, el hecho de ayudar al vecino no termina en el acto de dar. En el proceso, lo escucha, y es así como realmente entiende lo que le sucede al otro.

“Vengo de una familia muy humilde, y hoy poder servirles me pone orgullosa, porque amo a mi prójimo”, expresó emocionada.

Un ejemplo de su compasión es su trabajo con las mantas. Contó que en los pueblos como Gualjaina, donde el clima es cruel, el frío es implacable. Así que Yolanda junta retazos de tela, los corta con la única tijera que tiene, una de esquilar, y cose cada pedazo para hacer mantas que abriguen a sus vecinos. También repara camperas viejas que le llegan de la ciudad, para repartirlas entre quienes las necesitan.

Yo no tengo plata, tampoco me sobra. La fe y la esperanza siempre las tengo, y esto es lo que puedo dar”, dijo.

Yolanda ayuda desde hace mucho tiempo, sin buscar likes ni reconocimientos. Lo hace en silencio. Un diario local publicó su historia. Ahí se contaba que una mujer llamada Yolanda, en Gualjaina, necesitaba una máquina de coser para continuar su trabajo.

Ese fue el punto de partida, y así fue como el periodista Daniel Malnatti viajó a Gualjaina para ayudarla. Consiguió una máquina de coser profesional, apta para trabajos duros, y se la entregó en mano.

No pudo contener la emoción cuando recibió su máquina de coser tan ansiada. “Estoy soñando, no sé qué decir. Gracias por llegar acá a la localidad y hacer realidad mi sueño”, dijo entre lágrimas.

Fuente: TN