El Ministerio Público Fiscal de Puerto Madryn imputó a una mujer por el delito de crueldad animal. Es la investigación iniciada a partir de la denuncia por el estado de 56 perros, entre ellos varios de raza salchicha.La causa está a cargo de la fiscal María Florencia Bianchi, de la Unidad Fiscal Especializada en Ambiente y Delitos contra los Animales.
Según el parte de prensa de Fiscalía, la imputada, Sandra Garbarino, fue defendida por Juan Carlos Ronan. En la audiencia adelantaron que trabajan en una posible salida conciliatoria, que contemplaría la entrega voluntaria de los animales y el aporte de alimentos para mascotas en carácter de reparación.
Actualmente, los perros se encuentran bajo resguardo en la Veterinaria y Zoonosis de la Municipalidad, donde reciben atención y seguimiento de su estado sanitario.
La jueza María Inés Bartels dispuso el inicio formal de la investigación. En la audiencia destacó la importancia de dar una resolución rápida: “Las víctimas son seres sintientes, sujetos de derecho. Una solución rápida sería lo ideal, para que los animales estén en un lugar adecuado”, expresó.
Este caso se suma a otros procedimientos recientes que buscan reforzar la aplicación de la legislación vigente contra el maltrato animal, con el objetivo de garantizar la protección y el bienestar de los animales como sujetos de derechos, en línea con la creciente demanda social en materia de protección animal.
Según describió la fiscal Bianchi, además de 47 perros salchicha, había dogos, labradores y bulldog.
El allanamiento se concretó el mediodía del 19 de agosto. Se constató que en la casa de Garbarino funcionaba un criadero de perros. Había cinco caniles de madera, tapados con mantas impidiendo el paso de luz natural, donde fueron hallados madres y cachorros entre materia fecal, donde también eran alimentados.
Se hallaron mezclados madres en períodos de gestación, machos, hembras y cachorros, sin distinción de lugar de alimento, sueño y tránsito.
En la vivienda se observaron reservorios de agua y alimento vacíos, y orina y materia fecal por todos los espacios generando un olor nauseabundo y moscas en todo el recinto.
En el exterior no se divisó resguardo para las inclemencias climáticas. Según personal de Zoonosis la vivienda no era apta para canes, viéndose afectada su integridad física y psíquica, provocándoles un sufrimiento innecesario.
El Ministerio Público Fiscal de Puerto Madryn imputó a una mujer por el delito de crueldad animal. Es la investigación iniciada a partir de la denuncia por el estado de 56 perros, entre ellos varios de raza salchicha.La causa está a cargo de la fiscal María Florencia Bianchi, de la Unidad Fiscal Especializada en Ambiente y Delitos contra los Animales.
Según el parte de prensa de Fiscalía, la imputada, Sandra Garbarino, fue defendida por Juan Carlos Ronan. En la audiencia adelantaron que trabajan en una posible salida conciliatoria, que contemplaría la entrega voluntaria de los animales y el aporte de alimentos para mascotas en carácter de reparación.
Actualmente, los perros se encuentran bajo resguardo en la Veterinaria y Zoonosis de la Municipalidad, donde reciben atención y seguimiento de su estado sanitario.
La jueza María Inés Bartels dispuso el inicio formal de la investigación. En la audiencia destacó la importancia de dar una resolución rápida: “Las víctimas son seres sintientes, sujetos de derecho. Una solución rápida sería lo ideal, para que los animales estén en un lugar adecuado”, expresó.
Este caso se suma a otros procedimientos recientes que buscan reforzar la aplicación de la legislación vigente contra el maltrato animal, con el objetivo de garantizar la protección y el bienestar de los animales como sujetos de derechos, en línea con la creciente demanda social en materia de protección animal.
Según describió la fiscal Bianchi, además de 47 perros salchicha, había dogos, labradores y bulldog.
El allanamiento se concretó el mediodía del 19 de agosto. Se constató que en la casa de Garbarino funcionaba un criadero de perros. Había cinco caniles de madera, tapados con mantas impidiendo el paso de luz natural, donde fueron hallados madres y cachorros entre materia fecal, donde también eran alimentados.
Se hallaron mezclados madres en períodos de gestación, machos, hembras y cachorros, sin distinción de lugar de alimento, sueño y tránsito.
En la vivienda se observaron reservorios de agua y alimento vacíos, y orina y materia fecal por todos los espacios generando un olor nauseabundo y moscas en todo el recinto.
En el exterior no se divisó resguardo para las inclemencias climáticas. Según personal de Zoonosis la vivienda no era apta para canes, viéndose afectada su integridad física y psíquica, provocándoles un sufrimiento innecesario.