El reconocido abogado y dirigente justicialista falleció en las últimas horas. Su extensa trayectoria combinó el compromiso con la justicia, la militancia social y la pasión por la música, donde también supo ganarse el respeto y el afecto de toda la comunidad.
De reconocida militancia peronista y parte de una familia de profesionales profundamente identificada con los viejos ideales del PJ, ocupó numerosos cargos públicos y dejó una huella en el acervo cultural, por ser fundador y pionero del grupo folclórico “Los Hijos del Viento”.
Hijo de Hebe Corchuelo y hermano de José Manuel “Maní” Corchuelo, “Pipo” fue un destacado profesional del Derecho, con años de ejercicio en la ciudad, donde integró el listado de abogados de la jurisdicción local. En el ámbito público, se desempeñó como presidente del Consejo de la Magistratura del Chubut, cargo desde el cual impulsó el debate sobre el fortalecimiento de las instituciones y la transparencia en los procesos judiciales.
Durante su gestión, destacó la importancia de la independencia judicial y la necesidad de acercar la justicia a los ciudadanos, sosteniendo que “la preocupación lógica del organismo debía reflejarse en la claridad de los procesos judiciales”.
También fue director del Banco del Chubut en representación de la región sur, participando en la definición de políticas destinadas al desarrollo económico y productivo de la provincia. Dentro del justicialismo chubutense, fue un referente de consulta permanente, respetado por su equilibrio, su mirada federal y su convicción en los valores de la justicia social.
LA MÚSICA EN SU VIDA
Más allá del ámbito jurídico y político, Corchuelo Blasco fue un apasionado de la música y formó parte del reconocido grupo folklórico Los Hijos del Viento, con el que recorrió escenarios de toda la Patagonia.
Su voz y su presencia sobre el escenario reflejaban la misma sensibilidad que lo acompañó en la vida pública: una mezcla de compromiso, humildad y amor por su tierra. En cada presentación, evocaba paisajes, historias y sentimientos patagónicos, consolidando una faceta artística que muchos recuerdan con admiración.
Su figura sintetizó el compromiso con la comunidad desde múltiples dimensiones: la del profesional del derecho, el dirigente político y el músico popular lugares desde los que se exaltan su coherencia, su trato cordial y su convicción de que el servicio público debía estar siempre guiado por la honestidad y la empatía. Se lo recordará desde su legado ético, político y cultural como parte de la memoria colectiva de la región.

El reconocido abogado y dirigente justicialista falleció en las últimas horas. Su extensa trayectoria combinó el compromiso con la justicia, la militancia social y la pasión por la música, donde también supo ganarse el respeto y el afecto de toda la comunidad.
De reconocida militancia peronista y parte de una familia de profesionales profundamente identificada con los viejos ideales del PJ, ocupó numerosos cargos públicos y dejó una huella en el acervo cultural, por ser fundador y pionero del grupo folclórico “Los Hijos del Viento”.
Hijo de Hebe Corchuelo y hermano de José Manuel “Maní” Corchuelo, “Pipo” fue un destacado profesional del Derecho, con años de ejercicio en la ciudad, donde integró el listado de abogados de la jurisdicción local. En el ámbito público, se desempeñó como presidente del Consejo de la Magistratura del Chubut, cargo desde el cual impulsó el debate sobre el fortalecimiento de las instituciones y la transparencia en los procesos judiciales.
Durante su gestión, destacó la importancia de la independencia judicial y la necesidad de acercar la justicia a los ciudadanos, sosteniendo que “la preocupación lógica del organismo debía reflejarse en la claridad de los procesos judiciales”.
También fue director del Banco del Chubut en representación de la región sur, participando en la definición de políticas destinadas al desarrollo económico y productivo de la provincia. Dentro del justicialismo chubutense, fue un referente de consulta permanente, respetado por su equilibrio, su mirada federal y su convicción en los valores de la justicia social.
LA MÚSICA EN SU VIDA
Más allá del ámbito jurídico y político, Corchuelo Blasco fue un apasionado de la música y formó parte del reconocido grupo folklórico Los Hijos del Viento, con el que recorrió escenarios de toda la Patagonia.
Su voz y su presencia sobre el escenario reflejaban la misma sensibilidad que lo acompañó en la vida pública: una mezcla de compromiso, humildad y amor por su tierra. En cada presentación, evocaba paisajes, historias y sentimientos patagónicos, consolidando una faceta artística que muchos recuerdan con admiración.
Su figura sintetizó el compromiso con la comunidad desde múltiples dimensiones: la del profesional del derecho, el dirigente político y el músico popular lugares desde los que se exaltan su coherencia, su trato cordial y su convicción de que el servicio público debía estar siempre guiado por la honestidad y la empatía. Se lo recordará desde su legado ético, político y cultural como parte de la memoria colectiva de la región.