La preocupación por la Laguna Chiquichano, uno de los espacios naturales más emblemáticos de Trelew, sigue creciendo. Desde la desaparición masiva de aves registrada en agosto, la comunidad reclama información clara y medidas concretas para evitar que el episodio se repita.
Este jueves por la tarde, vecinos del barrio Unión, junto a representantes del Concejo Deliberante, técnicos y ambientalistas, participaron de un encuentro convocado por el bloque por Trelew, encabezado por el concejal Ángel Callupil, y Juan Aguilar, concejal del PJ, con el objetivo de analizar el estado actual de la laguna y debatir posibles soluciones.

“Queremos saber si podemos estar acá con nuestros hijos, si los perros que entran al agua corren algún riesgo”, explicó Andrés Dubois, secretario del bloque organizador. “El olor es evidente desde el centro, pero lo más grave es la falta de información. Nadie dice oficialmente qué pasa”.
Durante la reunión, se recordó que los primeros indicios de contaminación fueron detectados por vecinos de los barrios Inta y Primera Junta, quienes observaron efluentes provenientes del Parque Industrial que desembocan en la laguna a través del canal pluvial.
El concejal Aguilar presentó un pedido de informes al Ejecutivo Municipal para conocer los resultados de los estudios del agua realizados por la cooperativa y laboratorios locales. “Queremos saber qué pasó y cómo debemos convivir con esta nueva realidad. No hay aves, hay basura acumulada y un fuerte olor; necesitamos saber qué implicancias tiene para la salud”, señaló.

Los vecinos coincidieron en que la laguna, además de ser una reserva natural y un espacio turístico, se ha convertido en un símbolo del deterioro ambiental urbano. “Esto comenzó en el Parque Industrial y terminó afectando todo un ecosistema”, advirtió uno de los participantes.
La convocatoria, que reunió a representantes de distintos barrios y especialistas en bromatología y medio ambiente, culminó con un llamado a la acción comunitaria. “La laguna es de todos y todas —expresaron los organizadores—, y su equilibrio depende del compromiso colectivo y de una gestión estatal transparente”.

La preocupación por la Laguna Chiquichano, uno de los espacios naturales más emblemáticos de Trelew, sigue creciendo. Desde la desaparición masiva de aves registrada en agosto, la comunidad reclama información clara y medidas concretas para evitar que el episodio se repita.
Este jueves por la tarde, vecinos del barrio Unión, junto a representantes del Concejo Deliberante, técnicos y ambientalistas, participaron de un encuentro convocado por el bloque por Trelew, encabezado por el concejal Ángel Callupil, y Juan Aguilar, concejal del PJ, con el objetivo de analizar el estado actual de la laguna y debatir posibles soluciones.

“Queremos saber si podemos estar acá con nuestros hijos, si los perros que entran al agua corren algún riesgo”, explicó Andrés Dubois, secretario del bloque organizador. “El olor es evidente desde el centro, pero lo más grave es la falta de información. Nadie dice oficialmente qué pasa”.
Durante la reunión, se recordó que los primeros indicios de contaminación fueron detectados por vecinos de los barrios Inta y Primera Junta, quienes observaron efluentes provenientes del Parque Industrial que desembocan en la laguna a través del canal pluvial.
El concejal Aguilar presentó un pedido de informes al Ejecutivo Municipal para conocer los resultados de los estudios del agua realizados por la cooperativa y laboratorios locales. “Queremos saber qué pasó y cómo debemos convivir con esta nueva realidad. No hay aves, hay basura acumulada y un fuerte olor; necesitamos saber qué implicancias tiene para la salud”, señaló.

Los vecinos coincidieron en que la laguna, además de ser una reserva natural y un espacio turístico, se ha convertido en un símbolo del deterioro ambiental urbano. “Esto comenzó en el Parque Industrial y terminó afectando todo un ecosistema”, advirtió uno de los participantes.
La convocatoria, que reunió a representantes de distintos barrios y especialistas en bromatología y medio ambiente, culminó con un llamado a la acción comunitaria. “La laguna es de todos y todas —expresaron los organizadores—, y su equilibrio depende del compromiso colectivo y de una gestión estatal transparente”.