“Constituyen una grave injerencia en los asuntos internos de China y una seria violación del principio de una sola China y del espíritu de los cuatro documentos políticos entre China y Japón”, declaró Fu Cong, representante permanente de China ante las Naciones Unidas.
El vocero añadió: “Tales declaraciones son una afrenta a la justicia internacional, al orden internacional de posguerra y a las normas básicas de las relaciones internacionales, y representan una flagrante ruptura del compromiso de Japón con el desarrollo pacífico”.
“Un país así carece totalmente de las aptitudes necesarias para aspirar a un puesto permanente en el Consejo de Seguridad”, concluyó.
Posteriormente, la portavoz Mao Ning declaró en una rueda de prensa habitual que, según la Carta de las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad tiene la responsabilidad principal de mantener la paz y la seguridad internacionales.
Afirmó que durante la Segunda Guerra Mundial, Japón desató una guerra de agresión que causó profundos desastres a los pueblos de Asia y del resto del mundo.
“Hasta el día de hoy, Japón no ha reflexionado a fondo sobre sus crímenes de guerra. Todavía hay personas que promueven una visión errónea de la historia de la Segunda Guerra Mundial, visitan el Santuario Yasukuni y distorsionan, niegan o incluso glorifican su historia de agresión”, señaló Mao.
La vocera agregó que, recientemente, la primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, pronunció declaraciones incorrectas sobre Taiwán, interfiriendo brutalmente en los asuntos internos de China, pisoteando el derecho internacional y las normas básicas de las relaciones internacionales, y desafiando el orden internacional de posguerra.
Mao afirmó -prácticamente a coro con el representante de China en la ONU- que “un país así no puede asumir la responsabilidad de mantener la paz y la seguridad internacionales y no está cualificado para ser miembro permanente del Consejo de Seguridad”.#

“Constituyen una grave injerencia en los asuntos internos de China y una seria violación del principio de una sola China y del espíritu de los cuatro documentos políticos entre China y Japón”, declaró Fu Cong, representante permanente de China ante las Naciones Unidas.
El vocero añadió: “Tales declaraciones son una afrenta a la justicia internacional, al orden internacional de posguerra y a las normas básicas de las relaciones internacionales, y representan una flagrante ruptura del compromiso de Japón con el desarrollo pacífico”.
“Un país así carece totalmente de las aptitudes necesarias para aspirar a un puesto permanente en el Consejo de Seguridad”, concluyó.
Posteriormente, la portavoz Mao Ning declaró en una rueda de prensa habitual que, según la Carta de las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad tiene la responsabilidad principal de mantener la paz y la seguridad internacionales.
Afirmó que durante la Segunda Guerra Mundial, Japón desató una guerra de agresión que causó profundos desastres a los pueblos de Asia y del resto del mundo.
“Hasta el día de hoy, Japón no ha reflexionado a fondo sobre sus crímenes de guerra. Todavía hay personas que promueven una visión errónea de la historia de la Segunda Guerra Mundial, visitan el Santuario Yasukuni y distorsionan, niegan o incluso glorifican su historia de agresión”, señaló Mao.
La vocera agregó que, recientemente, la primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, pronunció declaraciones incorrectas sobre Taiwán, interfiriendo brutalmente en los asuntos internos de China, pisoteando el derecho internacional y las normas básicas de las relaciones internacionales, y desafiando el orden internacional de posguerra.
Mao afirmó -prácticamente a coro con el representante de China en la ONU- que “un país así no puede asumir la responsabilidad de mantener la paz y la seguridad internacionales y no está cualificado para ser miembro permanente del Consejo de Seguridad”.#