Con el hábito de seguir descubriendo mundos y experiencias, a sus 10 años Ana Letain narró sus sensaciones de ser la Lector Más Destacada del 2025 en Chubut. Con la mirada puesta en compartir con sus compañeros de grado, comentó la experiencia de haber leído más de 100 libros durante el año que le permitieron a ella ser galardonada y a la biblioteca de la Escuela N° 158 "Juan Muzzio” recibir un centenar de libros que se sumarán a los 4 mil que conforman su oferta.
Fundación Leer celebró la cuarta edición del Premio al Chico más Lector, que distingue a los niños y adolescentes que más libros leyeron durante el año en la plataforma gratuita Desafío Leer-El Club. Participaron miles de chicos de entre 7 y 17 años de todo el país.
“Me gustaron muchos los libros que leí”, comentó Ana. Su objetivo a corto plazo es escribir su propio libro de título “Quién se robó los exámenes”.
La pequeña transita estas horas con mucha tranquilidad y con las ganas de seguir inmiscuyéndose en cada historia. Sobre el momento en que le dijeron de la obtención del premio “pensé que era de toda la escuela, pero después me enteré que era de toda la provincia ".
“Me gustan mucho las novelas de misterio, también leí unas para mi hermana porque a veces me pide leer. Yo le digo: ¿querés que te enseñe? y ella dice no quiero".
El hábito de la lectura se sembró en su casa y reforzado con la posibilidad de participar del concurso pero sin la intención de ser la niña más lectora de la provincia. “Mi mamá me había avisado que estaba el desafío. Entonces empecé a leer libros y me gustaron mucho”. Ana estimó que a lo largo del año leyó más de un centenar de ejemplares.
El fascinante mundo de la lectura atrapó a la niña que “me lleva a otros mundos, me da curiosidad por saber más. A veces cuando se termina un libro que me gusta es como me da ganas de querer leer más” describe, mientras su gesto la transporta a esos momentos.
El interés que la lectura generó en ella permitió despertar la curiosidad por convertirse en escritora, una propuesta que ya tiene pensada e incluso con título para su futura obra. “Voy a escribir un libro que se llamará ¿Quién robó los exámenes?”. Será de misterio y que aún está en proceso de imaginación. “Lo tengo en mi mente aún”. Ana aclaró que propuesta estará a la venta en un tiempo no muy lejano.
Como enseñanza del proceso vivido la alumna de la Escuela N° 158 de Puerto Madryn transmitió su deseo para que “se sumen más chicos, así les gusta más la lectura; me gustaría que haya muchas más personas porque hay mucha gente que se la pasa con teléfono. A mí me gusta más estar con los libros que con el teléfono”.
Ana es una lectora intensa. Le gusta elegir sus libros con criterio, pensar, comparar, encontrar aquello que la conmueve. Comenzó leyendo cuentos, pero pronto las novelas la llamaron y nunca más las soltó.
En la biblioteca escolar es una presencia constante. Pide libros, recomienda, presta su voz para leerles a los más pequeños. Lo hace con una expresividad admirable: cambia las voces, entona, interpreta. La lectura es para ella una escena y una emoción.
“Siempre está predispuesta”, dice su bibliotecaria. Y en esa predisposición hay algo más que hábito: hay pasión, curiosidad, sensibilidad. Ana es de las niñas para las que la lectura es un refugio y también un escenario.

Con el hábito de seguir descubriendo mundos y experiencias, a sus 10 años Ana Letain narró sus sensaciones de ser la Lector Más Destacada del 2025 en Chubut. Con la mirada puesta en compartir con sus compañeros de grado, comentó la experiencia de haber leído más de 100 libros durante el año que le permitieron a ella ser galardonada y a la biblioteca de la Escuela N° 158 "Juan Muzzio” recibir un centenar de libros que se sumarán a los 4 mil que conforman su oferta.
Fundación Leer celebró la cuarta edición del Premio al Chico más Lector, que distingue a los niños y adolescentes que más libros leyeron durante el año en la plataforma gratuita Desafío Leer-El Club. Participaron miles de chicos de entre 7 y 17 años de todo el país.
“Me gustaron muchos los libros que leí”, comentó Ana. Su objetivo a corto plazo es escribir su propio libro de título “Quién se robó los exámenes”.
La pequeña transita estas horas con mucha tranquilidad y con las ganas de seguir inmiscuyéndose en cada historia. Sobre el momento en que le dijeron de la obtención del premio “pensé que era de toda la escuela, pero después me enteré que era de toda la provincia ".
“Me gustan mucho las novelas de misterio, también leí unas para mi hermana porque a veces me pide leer. Yo le digo: ¿querés que te enseñe? y ella dice no quiero".
El hábito de la lectura se sembró en su casa y reforzado con la posibilidad de participar del concurso pero sin la intención de ser la niña más lectora de la provincia. “Mi mamá me había avisado que estaba el desafío. Entonces empecé a leer libros y me gustaron mucho”. Ana estimó que a lo largo del año leyó más de un centenar de ejemplares.
El fascinante mundo de la lectura atrapó a la niña que “me lleva a otros mundos, me da curiosidad por saber más. A veces cuando se termina un libro que me gusta es como me da ganas de querer leer más” describe, mientras su gesto la transporta a esos momentos.
El interés que la lectura generó en ella permitió despertar la curiosidad por convertirse en escritora, una propuesta que ya tiene pensada e incluso con título para su futura obra. “Voy a escribir un libro que se llamará ¿Quién robó los exámenes?”. Será de misterio y que aún está en proceso de imaginación. “Lo tengo en mi mente aún”. Ana aclaró que propuesta estará a la venta en un tiempo no muy lejano.
Como enseñanza del proceso vivido la alumna de la Escuela N° 158 de Puerto Madryn transmitió su deseo para que “se sumen más chicos, así les gusta más la lectura; me gustaría que haya muchas más personas porque hay mucha gente que se la pasa con teléfono. A mí me gusta más estar con los libros que con el teléfono”.
Ana es una lectora intensa. Le gusta elegir sus libros con criterio, pensar, comparar, encontrar aquello que la conmueve. Comenzó leyendo cuentos, pero pronto las novelas la llamaron y nunca más las soltó.
En la biblioteca escolar es una presencia constante. Pide libros, recomienda, presta su voz para leerles a los más pequeños. Lo hace con una expresividad admirable: cambia las voces, entona, interpreta. La lectura es para ella una escena y una emoción.
“Siempre está predispuesta”, dice su bibliotecaria. Y en esa predisposición hay algo más que hábito: hay pasión, curiosidad, sensibilidad. Ana es de las niñas para las que la lectura es un refugio y también un escenario.