El Honda City circulaba a una velocidad razonable por la Ruta 25, en dirección al Valle inferior. Unos 180 kilómetros antes de llegar a la ciudad de Rawson, el auto se dio vuelta sin motivos aparentes y dio varios tumbos antes de terminar su loca carrera entre las matas.
El brutal accidente ocurrió en un lugar de esa ruta que no presentaba grandes dificultades y no hubo ningún otro vehículo involucrado, al menos que conste en las actas policiales.
Los ocupantes no sufrieron mayores inconvenientes, ya que los cinturones de seguridad y los airbags hicieron su trabajo a la perfección.
El accidente podría haber sido uno más de los tantos que ocurren a diario en las rutas chubutenses, pero este tuvo sus particularidades: la víctima fue un importante empresario minero, y la cara visible de uno de los mayores proyectos de uranio ubicado en la meseta central de Chubut. Las sospechas de que el accidente fue al menos “dudoso” comenzaron a trascender en las últimas semanas, aunque por ahora nadie quiere admitirlo en público. El vuelco ocurrió el viernes 31 de mayo y a bordo del Honda City que quedó destruido iba Omar Adra, CEO global de la empresa minera UrAmérica.
Qué pasó aquella tarde todavía es una incógnita. En el entorno del empresario se muestran renuentes a hablar del tema, pero no desmienten las dudas que invaden a la cúpula de la empresa minera.
Adra viene seguido a Chubut y suele tener contacto con la prensa. El año pasado, por ejemplo, concedió media docena de entrevistas para aclarar que UrAmérica no pensaba abandonar su proyecto en Chubut, a pesar de que el Gobierno provincial no pudo avanzar en una ley minera.
Esta vez, sin embargo, el empresario se excusó ante Jornada: “Por razones de salud y por encontrarse en el exterior, el señor Adra prefiere evitar hacer comentarios y especulaciones sobre lo que ocurrió en la Ruta 25”, le respondió un empleado de UrAmérica a un periodista de Jornada que intentó comunicarse con el empresario.
A pesar de ello, este diario pudo confirmar que el tema del “dudoso” accidente ha generado mucha preocupación en la empresa. Sobre todo, porque no es la primera vez en poco tiempo que un hecho de características extrañas afecta a Adra en tierras chubutenses.
Antes del accidente, el empresario habría sufrido presiones, amenazas y hasta una persecución intimidatoria que puso en serio riesgo su vida y la de los ocupantes del vehículo que trasladaba al empresario y a parte de su entorno más cercano.
El hecho habría ocurrido el año pasado a la salida del Aeropuerto de Trelew, camino a Puerto Madryn, y hasta habría llegado a oídos de algún alto funcionario del Gobierno provincial, aunque de manera informal, ya que Adra prefirió bajarle el tono y no realizar una denuncia formal.
Cuáles fueron las causas del accidente de la Ruta 25 y quiénes podrían estar interesados en amedrentar a un poderoso empresario minero, son interrogantes que por ahora no tienen respuestas. Sin embargo, los pocos allegados al empresario que se animaron a hablar “off the record” con Jornada, descartaron de manera enfática que estos episodios pudieran estar relacionados a sectores antimineros. Pero no descartaron que pudiese haber otros intereses detrás. Por ejemplo, empresarios. Basta con recordar que Adra, a través de UrAmérica, opera el mayor proyecto de uranio de Sudamérica y uno de los más importantes del mundo. No es poco.
El Honda City circulaba a una velocidad razonable por la Ruta 25, en dirección al Valle inferior. Unos 180 kilómetros antes de llegar a la ciudad de Rawson, el auto se dio vuelta sin motivos aparentes y dio varios tumbos antes de terminar su loca carrera entre las matas.
El brutal accidente ocurrió en un lugar de esa ruta que no presentaba grandes dificultades y no hubo ningún otro vehículo involucrado, al menos que conste en las actas policiales.
Los ocupantes no sufrieron mayores inconvenientes, ya que los cinturones de seguridad y los airbags hicieron su trabajo a la perfección.
El accidente podría haber sido uno más de los tantos que ocurren a diario en las rutas chubutenses, pero este tuvo sus particularidades: la víctima fue un importante empresario minero, y la cara visible de uno de los mayores proyectos de uranio ubicado en la meseta central de Chubut. Las sospechas de que el accidente fue al menos “dudoso” comenzaron a trascender en las últimas semanas, aunque por ahora nadie quiere admitirlo en público. El vuelco ocurrió el viernes 31 de mayo y a bordo del Honda City que quedó destruido iba Omar Adra, CEO global de la empresa minera UrAmérica.
Qué pasó aquella tarde todavía es una incógnita. En el entorno del empresario se muestran renuentes a hablar del tema, pero no desmienten las dudas que invaden a la cúpula de la empresa minera.
Adra viene seguido a Chubut y suele tener contacto con la prensa. El año pasado, por ejemplo, concedió media docena de entrevistas para aclarar que UrAmérica no pensaba abandonar su proyecto en Chubut, a pesar de que el Gobierno provincial no pudo avanzar en una ley minera.
Esta vez, sin embargo, el empresario se excusó ante Jornada: “Por razones de salud y por encontrarse en el exterior, el señor Adra prefiere evitar hacer comentarios y especulaciones sobre lo que ocurrió en la Ruta 25”, le respondió un empleado de UrAmérica a un periodista de Jornada que intentó comunicarse con el empresario.
A pesar de ello, este diario pudo confirmar que el tema del “dudoso” accidente ha generado mucha preocupación en la empresa. Sobre todo, porque no es la primera vez en poco tiempo que un hecho de características extrañas afecta a Adra en tierras chubutenses.
Antes del accidente, el empresario habría sufrido presiones, amenazas y hasta una persecución intimidatoria que puso en serio riesgo su vida y la de los ocupantes del vehículo que trasladaba al empresario y a parte de su entorno más cercano.
El hecho habría ocurrido el año pasado a la salida del Aeropuerto de Trelew, camino a Puerto Madryn, y hasta habría llegado a oídos de algún alto funcionario del Gobierno provincial, aunque de manera informal, ya que Adra prefirió bajarle el tono y no realizar una denuncia formal.
Cuáles fueron las causas del accidente de la Ruta 25 y quiénes podrían estar interesados en amedrentar a un poderoso empresario minero, son interrogantes que por ahora no tienen respuestas. Sin embargo, los pocos allegados al empresario que se animaron a hablar “off the record” con Jornada, descartaron de manera enfática que estos episodios pudieran estar relacionados a sectores antimineros. Pero no descartaron que pudiese haber otros intereses detrás. Por ejemplo, empresarios. Basta con recordar que Adra, a través de UrAmérica, opera el mayor proyecto de uranio de Sudamérica y uno de los más importantes del mundo. No es poco.