El conflicto sirio cruzó la frontera con Líbano y dejó ocho muertos

Los enfrentamientos entre partidarios y detractores del gobierno sirio de Bashar Al Assad continuaron en Trípoli, en el norte de Líbano, y dejaron al menos ocho muertos y 50 heridos.

01 DIC 2013 - 16:47 | Actualizado

Después de una relativa calma que se vivió esta mañana, los vecinos de los barrios rivales de Bab el Tebaneh, de mayoría sunnita como la insurgencia siria, y Yabal Mohsen, de mayoría alawita, como el mandatario Al Assad, volvieron a enfrentarse, según informó la Agencia Nacional de Noticias.

La violencia se extendió esta vez a otras áreas de Trípoli, segunda ciudad del Líbano y escenario frecuente de combates desde el inicio del conflicto en Siria en marzo de 2011, que no sólo dejó más de 100.000 muertos, sino también cientos de miles de refugiados en Líbano y más de un millón en el resto de la región.

Además, según informó la agencia de noticias EFE, los combatientes de uno y otro bando, utilizaron ametralladoras y dispararon proyectiles en los barrios conflictivos de Ghoraba, Zahriyeh, Suk el Qameh, Rifa y Manjubin, todos en el norte de Líbano.

El débil Ejército libanés aún no pudo detener y controlar a los francotiradores que desde hace un tiempo tienen paralizada la ruta que une Trípoli con la región de Akkar, limítrofe con Siria.

En medio del caos que domina la región hace por lo menos cuatro días, apareció un panfleto, firmado por el grupo Awlia el Dam, que asegura que los combates no se detendrán hasta que se detenga y condene al jefe del Partido Democrático Rifaat Eid y su padre.

Estos dos líderes alawitas están acusados de haber estado detrás del doble atentado contra mezquitas sunnitas que dejó 47 muertos y 900 heridos en agosto pasado.

El ministro saliente del Interior, Maruan Charbel, aseguró hoy que sus fuerzas responderán con "mano de hierro" a los que perturban la calma en Trípoli, hasta "instaurar la seguridad".

En una entrevista al periódico local Al Mustaqbal, el ministro no dudó en afirmar que el rápido deterioro de la situación en esa ciudad se debe al vecino conflicto sirio.

Pese a que el clima político y social de la zona es muy inestable desde que estalló la guerra civil del otro lado de la frontera, la tensión aumentó en Trípoli el jueves después de que los vecinos de Yabal Mohsen izaran banderas sirias y fotos de Al Assad.

La demostración de apoyo al gobierno de Damasco fue inmediatamente considerada como una provocación por sus rivales de Bab el Tebaneh, que levantaron el estandarte de la insurgencia.

Desde el comienzo del conflicto sirio analistas y líderes han advertido que el débil equilibrio religioso y político libanés no podría soportar la importación de la polarización siria.

Hasta ahora y pese algunos atentados, enfrentamientos y varias decenas de muertos, el gobierno libanés había conseguido mantenerse relativamente unido frente al conflicto sirio.

Pero una escalada de la violencia en el norte del país podría hacer peligrar la débil unidad de la coalición gobernante y la frágil paz nacional.

01 DIC 2013 - 16:47

Después de una relativa calma que se vivió esta mañana, los vecinos de los barrios rivales de Bab el Tebaneh, de mayoría sunnita como la insurgencia siria, y Yabal Mohsen, de mayoría alawita, como el mandatario Al Assad, volvieron a enfrentarse, según informó la Agencia Nacional de Noticias.

La violencia se extendió esta vez a otras áreas de Trípoli, segunda ciudad del Líbano y escenario frecuente de combates desde el inicio del conflicto en Siria en marzo de 2011, que no sólo dejó más de 100.000 muertos, sino también cientos de miles de refugiados en Líbano y más de un millón en el resto de la región.

Además, según informó la agencia de noticias EFE, los combatientes de uno y otro bando, utilizaron ametralladoras y dispararon proyectiles en los barrios conflictivos de Ghoraba, Zahriyeh, Suk el Qameh, Rifa y Manjubin, todos en el norte de Líbano.

El débil Ejército libanés aún no pudo detener y controlar a los francotiradores que desde hace un tiempo tienen paralizada la ruta que une Trípoli con la región de Akkar, limítrofe con Siria.

En medio del caos que domina la región hace por lo menos cuatro días, apareció un panfleto, firmado por el grupo Awlia el Dam, que asegura que los combates no se detendrán hasta que se detenga y condene al jefe del Partido Democrático Rifaat Eid y su padre.

Estos dos líderes alawitas están acusados de haber estado detrás del doble atentado contra mezquitas sunnitas que dejó 47 muertos y 900 heridos en agosto pasado.

El ministro saliente del Interior, Maruan Charbel, aseguró hoy que sus fuerzas responderán con "mano de hierro" a los que perturban la calma en Trípoli, hasta "instaurar la seguridad".

En una entrevista al periódico local Al Mustaqbal, el ministro no dudó en afirmar que el rápido deterioro de la situación en esa ciudad se debe al vecino conflicto sirio.

Pese a que el clima político y social de la zona es muy inestable desde que estalló la guerra civil del otro lado de la frontera, la tensión aumentó en Trípoli el jueves después de que los vecinos de Yabal Mohsen izaran banderas sirias y fotos de Al Assad.

La demostración de apoyo al gobierno de Damasco fue inmediatamente considerada como una provocación por sus rivales de Bab el Tebaneh, que levantaron el estandarte de la insurgencia.

Desde el comienzo del conflicto sirio analistas y líderes han advertido que el débil equilibrio religioso y político libanés no podría soportar la importación de la polarización siria.

Hasta ahora y pese algunos atentados, enfrentamientos y varias decenas de muertos, el gobierno libanés había conseguido mantenerse relativamente unido frente al conflicto sirio.

Pero una escalada de la violencia en el norte del país podría hacer peligrar la débil unidad de la coalición gobernante y la frágil paz nacional.