La victoria de la AFA en el TAS mostró quien manda en el fútbol argentino

Consecuencias del fallo que rechazó la apelación de San Martín de Tucumán.

03 OCT 2020 - 20:21 | Actualizado

Por Francisco Caputo

Empieza a bajar la espuma del triunfo de la AFA en el Tribunal de Arbitraje Deportivo, que rechazó de forma contundente el pedido de ascenso por escritorio de San Martín de Tucumán. Es la hora del análisis.

Los grandes ganadores

La resolución del TAS deja consecuencias en la vida política de la AFA. Claudio Tapia y su mano derecha, Pablo Toviggino, son los claros ganadores. Salen fortalecidos puertas adentro y puertas afuera de Viamonte 1366.

La corte suprema del deporte mundial no solo avaló la definición de la Primera Nacional. La decisión del TAS le brinda legitimidad general a la casa madre del fútbol argentino. Es una medalla que será gravitante en la vida deportiva de la entidad afista. Dejó bien en claro que quien gobierna en AFA, tiene legitimidad de sobra.

El mariscal de la derrota

También hay perdedores. Roberto Sagra, presidente de San Martín, es el mariscal visible de la derrota. Intentó revertir la decisión de AFA sobre la suspensión de los torneos. Procuró el ascenso por escritorio e infligir una dura derrota a Viamonte 1366. Pero logró el efecto inverso.

El fallo de los árbitros Ernesto Gamboa, Efraín Barak y Juan Pablo Arriagada es tan demoledor que no concede ninguna razón a San Martín. Incluso, dispuso que el “Santo” debe resarcir a la AFA.

La contundencia implica que la causa de Sagra distaba de ser sólida. El proclamado “mérito deportivo” para ascender, a la luz de los hechos, era una falacia insuficiente.

Por ejemplo, no hace falta ser árbitro del TAS para entender que ganar una de las dos zonas de la Primera Nacional no otorgaba un ascenso a la Liga Profesional.

Con semejante nivel de inconsistencia, sumada a la labor del equipo legal elegido por la AFA, la paliza judicial en Suiza se concretó.

La hipótesis

En ese contexto, un interrogante es inevitable. ¿Por qué Sagra no retrocedió y actuó de forma ciega? ¿Buscaba algo más que un ascenso en los despachos? ¿Procuró desestabilizar políticamente a Tapia y Toviggino?

Una derrota en el TAS habría debilitado a una AFA que posee, objetivamente, una gestión sana. El hecho más saliente de este panorama es la bonanza económica.

Desde la asunción de Tapia en 2017, Viamonte 1366 arroja superávit en sus cuentas. Las arcas afistas gozan de buena salud, hecho que permite el desarrollo de proyectos sostenidos. No en vano, los cinco grandes del fútbol argentino acompañaron la reelección de Tapia en mayo. Son hechos de la realidad tangible, no especulaciones.

Una derrota en la máxima instancia judicial deportiva del planeta habría provocado debilidad. Pero se consumó el efecto contrario. La victoria en el TAS da un espaldarazo político que robustece y legitima internacionalmente a la gestión de Tapia en su cuarto año de mandato.

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03 OCT 2020 - 20:21

Por Francisco Caputo

Empieza a bajar la espuma del triunfo de la AFA en el Tribunal de Arbitraje Deportivo, que rechazó de forma contundente el pedido de ascenso por escritorio de San Martín de Tucumán. Es la hora del análisis.

Los grandes ganadores

La resolución del TAS deja consecuencias en la vida política de la AFA. Claudio Tapia y su mano derecha, Pablo Toviggino, son los claros ganadores. Salen fortalecidos puertas adentro y puertas afuera de Viamonte 1366.

La corte suprema del deporte mundial no solo avaló la definición de la Primera Nacional. La decisión del TAS le brinda legitimidad general a la casa madre del fútbol argentino. Es una medalla que será gravitante en la vida deportiva de la entidad afista. Dejó bien en claro que quien gobierna en AFA, tiene legitimidad de sobra.

El mariscal de la derrota

También hay perdedores. Roberto Sagra, presidente de San Martín, es el mariscal visible de la derrota. Intentó revertir la decisión de AFA sobre la suspensión de los torneos. Procuró el ascenso por escritorio e infligir una dura derrota a Viamonte 1366. Pero logró el efecto inverso.

El fallo de los árbitros Ernesto Gamboa, Efraín Barak y Juan Pablo Arriagada es tan demoledor que no concede ninguna razón a San Martín. Incluso, dispuso que el “Santo” debe resarcir a la AFA.

La contundencia implica que la causa de Sagra distaba de ser sólida. El proclamado “mérito deportivo” para ascender, a la luz de los hechos, era una falacia insuficiente.

Por ejemplo, no hace falta ser árbitro del TAS para entender que ganar una de las dos zonas de la Primera Nacional no otorgaba un ascenso a la Liga Profesional.

Con semejante nivel de inconsistencia, sumada a la labor del equipo legal elegido por la AFA, la paliza judicial en Suiza se concretó.

La hipótesis

En ese contexto, un interrogante es inevitable. ¿Por qué Sagra no retrocedió y actuó de forma ciega? ¿Buscaba algo más que un ascenso en los despachos? ¿Procuró desestabilizar políticamente a Tapia y Toviggino?

Una derrota en el TAS habría debilitado a una AFA que posee, objetivamente, una gestión sana. El hecho más saliente de este panorama es la bonanza económica.

Desde la asunción de Tapia en 2017, Viamonte 1366 arroja superávit en sus cuentas. Las arcas afistas gozan de buena salud, hecho que permite el desarrollo de proyectos sostenidos. No en vano, los cinco grandes del fútbol argentino acompañaron la reelección de Tapia en mayo. Son hechos de la realidad tangible, no especulaciones.

Una derrota en la máxima instancia judicial deportiva del planeta habría provocado debilidad. Pero se consumó el efecto contrario. La victoria en el TAS da un espaldarazo político que robustece y legitima internacionalmente a la gestión de Tapia en su cuarto año de mandato.


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