La clave del día / Estar a la altura

02 AGO 2021 - 21:04 | Actualizado

En julio de 2020 hubo al menos 20 días en los que Esquel amaneció cubierta de nieve. En julio de 2021 esa postal nunca ocurrió. La ciencia dirá si se trata del cambio climático o simplemente de un mal año. Pero es un dato duro y perjudicial para la economía regional.

Desde ayer La Hoya está cerrada al turismo. El golpe económico para muchos prestadores cordilleranos será letal. Puede que muchos de los que sobrevivieron a la pandemia y esperaban el invierno con ansias ya no puedan levantarse. Esquel tuvo un 45% de ocupación turística, demasiado poco para tantas expectativas.

También se ve que las cooperativas de servicios públicos comienzan a moverse, inquietas por las pocas precipitaciones. Es que las lluvias y el deshielo alimentan el río Chubut para cada verano. Si esos fenómenos escasean, el recurso que baje será escaso en el último trimestre. El temor es que lo que antes sucedía por algún temporal, ahora se repita por lo contrario.

Varias veces la dirigencia provincial no estuvo a la altura de las políticas necesarias para afrontar lo que se venía. Los datos por ahora no son alarmantes pero bastan para saber que algo ocurre y que no se frenará con decretos. Es una buena chance para anticiparse a los episodios climáticos, prevenir consultando a los que saben y pensar colectivamente una estrategia que mitigue, si finalmente se producen, los tiempos de escasez de agua.

Habrá que fomentar conductas de buen uso e impulsar obras que duren generaciones. Parece pedir mucho, pero la ganancia será enorme.

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02 AGO 2021 - 21:04

En julio de 2020 hubo al menos 20 días en los que Esquel amaneció cubierta de nieve. En julio de 2021 esa postal nunca ocurrió. La ciencia dirá si se trata del cambio climático o simplemente de un mal año. Pero es un dato duro y perjudicial para la economía regional.

Desde ayer La Hoya está cerrada al turismo. El golpe económico para muchos prestadores cordilleranos será letal. Puede que muchos de los que sobrevivieron a la pandemia y esperaban el invierno con ansias ya no puedan levantarse. Esquel tuvo un 45% de ocupación turística, demasiado poco para tantas expectativas.

También se ve que las cooperativas de servicios públicos comienzan a moverse, inquietas por las pocas precipitaciones. Es que las lluvias y el deshielo alimentan el río Chubut para cada verano. Si esos fenómenos escasean, el recurso que baje será escaso en el último trimestre. El temor es que lo que antes sucedía por algún temporal, ahora se repita por lo contrario.

Varias veces la dirigencia provincial no estuvo a la altura de las políticas necesarias para afrontar lo que se venía. Los datos por ahora no son alarmantes pero bastan para saber que algo ocurre y que no se frenará con decretos. Es una buena chance para anticiparse a los episodios climáticos, prevenir consultando a los que saben y pensar colectivamente una estrategia que mitigue, si finalmente se producen, los tiempos de escasez de agua.

Habrá que fomentar conductas de buen uso e impulsar obras que duren generaciones. Parece pedir mucho, pero la ganancia será enorme.


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