La búsqueda del placer sexual

Luciana Chandia, propietaria de un Sex Shop en Rawson habló sobre los prejuicios y tabúes alrededor de los placeres sexuales.

Sin tapujos, Luciana Chandia desnudó los tabúes y las claves esenciales en la búsqueda del placer sexual.
05 MAR 2022 - 19:32 | Actualizado

Por Martín Tacón / Redacción Jornada

En nuestra región el negocio de los placeres sexuales trabaja a las sombras, furtivo, pudoroso. Tímidamente se abre paso entre jóvenes y adultos en una sociedad que señala con el dedo. Aún en nuestro tiempo la búsqueda de la satisfacción sexual sigue siendo un tabú.

Luciana Chandia, neuquina radicada en Rawson, abrió un Sex Shop en 2020, en plena pandemia. Armó un catálogo y comenzó a vender utilizando las redes sociales. “Al principio siempre hay mucha vergüenza, la gente tiene pudor por ser una ciudad chica”, dice. “El mercado es muy cerrado porque aún existe un gran pudor con el sexo, por eso se trata de mantener la discreción”.

Se esfuerza en construir vínculos de confianza con sus clientes para evitar incomodidades. Pacta encuentros y hace entregas a domicilio. “No es solo una cuestión fálica o sexual, trato de darle un entorno y analizar por qué se busca el placer sexual. Siempre detrás del placer hay una historia”.

Para embarcarse en este negocio, Luciana tomó cursos y seminarios online. “El conocimiento es más importante que la desinhibición. Desde lo burdo se mezclan las cosas. Más allá de que el sexo es natural, debe haber una base de información”.

El sexo muchas veces despierta complejos y tapujos que arruinan toda posibilidad de gozar un encuentro carnal. Superar los tabúes para tener una vida sexual plena es un desafío. Luciana considera que el sexo debiera ser un tema común de conversación. “El tabú en el sexo es más común de lo que pensamos y hay mucho prejuicio. Somos abiertos para muchas cosas, hoy está de moda hablar de la libertad sexual, pero hacerse cargo de lo que te gusta en la intimidad es más difícil”.

El despertar sexual

Según Luciana, el placer no tiene género. Nada tiene que ver con la orientación sexual. “El cuerpo es un órgano de placer”, dice. “La gente joven está más predispuesta a experimentar, pero en el rango etario más de 40 se frena la cosa, sobre todo cuando hablamos de estimulación anal y el tema prostático en los varones. El sexo anal es otro tabú”, apunta. “Todavía se ve como algo grotesco. Cambiar eso es difícil”.

El famoso “qué dirán”, tan común en ciudades chicas, alimenta la vergüenza y pone barreras a la libertad. “Es difícil manejar un mercado acá. Hay que romper con esos mitos”.

Sus clientes rondan entre los 25 y 70 años. Señala que la mujer es más abierta a experimentar sola. El hombre, en estos tiempos, está más enfocado en satisfacer a la mujer. “Antes los hombres querían tener sexo salvaje y durar diez horas. Hoy buscan dar placer. Hay una conciencia en que no es lo mismo lo que tarda una mujer en llegar al orgasmo que un hombre”.

En charlas íntimas con clientas descubrió que muchas de las mujeres mayores de 40 años aún no han hecho un descubrimiento cabal y sexual de su cuerpo. “El despertar sexual real en ellas empieza desde adultas y no lo pudieron vivir en su adolescencia. Nunca se miraron la vulva, nunca se tocaron, no conocían los ejercicios de Kegel. Les falta esa información”.

¿El tamaño importa?

“El sexo no es solamente el tamaño”, dice Luciana, destruyendo el gran mito. “Debemos sacarnos la idea de que el sexo es solo penetración. El canal vaginal no tiene un gran tamaño; con 8-10 centímetros, que es el pene promedio, bien congeniado con el movimiento, es perfecto”.

Manos, boca, todo un cuerpo por explorar donde es posible descubrir estimulaciones más interesantes que la simple penetración. Una moda actual es la práctica sexual con masturbación. El tacto, los besos, todo influye. “Hay muchas zonas erógenas, hay fetiches con eso y sin darte cuenta podés despertar nuevos placeres”.

En estos tiempos hay una búsqueda del placer mutuo. Para Luciana es crucial que antes de adquirir un producto de estimulación sexual se tenga en claro cómo y con quién será utilizado, sea una pareja, en sexo casual o simplemente darse placer.

“Uno cree que es llevarse un producto y ya está. Hay algunos que tienen cancha y saben lo que quieren y otros primerizos que buscan algo pero no saben qué”. La tecnología ha aportado mucho en este campo. Existen estimuladores de vibración que funcionan a través de aplicaciones desde el celular. “En internet se ven cosas de todos colores, formas y tamaños, pero hay que saber qué se adapta a cada uno”.

Al buscar un estimulador saltan las dudas, las preguntas, aparecen vínculos a punto de quebrarse. Reavivar el fuego después de una crisis de pareja es la razón de búsqueda más frecuente. “En el hombre es muy común que el motivo de la búsqueda sea reavivar la pareja”, dice Luciana.

Mucho por aprender

Una lección para los hombres: “La erotización de la mujer empieza en la cabeza. El hombre es visual, mientras que la mujer necesita que le hablen, que la conquisten”. Una pregunta frecuente es ¿cómo lidiar con los problemas de erección? El 10% de las disfunciones eréctiles son clínicas y el otro 90% está comprobado que está afectado por temas emocionales.

“Se busca que los hombres vayan a terapia, que es otro tabú. El estrés y la cuestión emocional juega mucho en lo sexual. El hombre se apresura, no trabaja el problema, sino que busca la solución inmediata con la erección”.

El sexo casual y “duro” es normal, sin embargo, en el fondo, esconde razones. “Las personas que buscan sexo violento, más allá del salvajismo que genera placer, esconden detrás una historia de agresividad. Psicológicamente está estudiado que cuando se busca mucho sexo casual se está tratando de llenar un vacío emocional”.

El amor no tiene género. Los jóvenes de hoy en día crecen en un mundo donde poco a poco se van derribando los prejuicios. No obstante, en materia de aprendizaje sexual aún queda mucho camino por recorrer. “Tenemos una generación que ya creció y es la más difícil de educar. Venimos de un tiempo donde era malo tocarse y la orientación sexual era criticada. Falta mucho por aprender en la aceptación de uno, la aceptación del otro y el descubrir sexual”.

Sin tapujos, Luciana Chandia desnudó los tabúes y las claves esenciales en la búsqueda del placer sexual.
05 MAR 2022 - 19:32

Por Martín Tacón / Redacción Jornada

En nuestra región el negocio de los placeres sexuales trabaja a las sombras, furtivo, pudoroso. Tímidamente se abre paso entre jóvenes y adultos en una sociedad que señala con el dedo. Aún en nuestro tiempo la búsqueda de la satisfacción sexual sigue siendo un tabú.

Luciana Chandia, neuquina radicada en Rawson, abrió un Sex Shop en 2020, en plena pandemia. Armó un catálogo y comenzó a vender utilizando las redes sociales. “Al principio siempre hay mucha vergüenza, la gente tiene pudor por ser una ciudad chica”, dice. “El mercado es muy cerrado porque aún existe un gran pudor con el sexo, por eso se trata de mantener la discreción”.

Se esfuerza en construir vínculos de confianza con sus clientes para evitar incomodidades. Pacta encuentros y hace entregas a domicilio. “No es solo una cuestión fálica o sexual, trato de darle un entorno y analizar por qué se busca el placer sexual. Siempre detrás del placer hay una historia”.

Para embarcarse en este negocio, Luciana tomó cursos y seminarios online. “El conocimiento es más importante que la desinhibición. Desde lo burdo se mezclan las cosas. Más allá de que el sexo es natural, debe haber una base de información”.

El sexo muchas veces despierta complejos y tapujos que arruinan toda posibilidad de gozar un encuentro carnal. Superar los tabúes para tener una vida sexual plena es un desafío. Luciana considera que el sexo debiera ser un tema común de conversación. “El tabú en el sexo es más común de lo que pensamos y hay mucho prejuicio. Somos abiertos para muchas cosas, hoy está de moda hablar de la libertad sexual, pero hacerse cargo de lo que te gusta en la intimidad es más difícil”.

El despertar sexual

Según Luciana, el placer no tiene género. Nada tiene que ver con la orientación sexual. “El cuerpo es un órgano de placer”, dice. “La gente joven está más predispuesta a experimentar, pero en el rango etario más de 40 se frena la cosa, sobre todo cuando hablamos de estimulación anal y el tema prostático en los varones. El sexo anal es otro tabú”, apunta. “Todavía se ve como algo grotesco. Cambiar eso es difícil”.

El famoso “qué dirán”, tan común en ciudades chicas, alimenta la vergüenza y pone barreras a la libertad. “Es difícil manejar un mercado acá. Hay que romper con esos mitos”.

Sus clientes rondan entre los 25 y 70 años. Señala que la mujer es más abierta a experimentar sola. El hombre, en estos tiempos, está más enfocado en satisfacer a la mujer. “Antes los hombres querían tener sexo salvaje y durar diez horas. Hoy buscan dar placer. Hay una conciencia en que no es lo mismo lo que tarda una mujer en llegar al orgasmo que un hombre”.

En charlas íntimas con clientas descubrió que muchas de las mujeres mayores de 40 años aún no han hecho un descubrimiento cabal y sexual de su cuerpo. “El despertar sexual real en ellas empieza desde adultas y no lo pudieron vivir en su adolescencia. Nunca se miraron la vulva, nunca se tocaron, no conocían los ejercicios de Kegel. Les falta esa información”.

¿El tamaño importa?

“El sexo no es solamente el tamaño”, dice Luciana, destruyendo el gran mito. “Debemos sacarnos la idea de que el sexo es solo penetración. El canal vaginal no tiene un gran tamaño; con 8-10 centímetros, que es el pene promedio, bien congeniado con el movimiento, es perfecto”.

Manos, boca, todo un cuerpo por explorar donde es posible descubrir estimulaciones más interesantes que la simple penetración. Una moda actual es la práctica sexual con masturbación. El tacto, los besos, todo influye. “Hay muchas zonas erógenas, hay fetiches con eso y sin darte cuenta podés despertar nuevos placeres”.

En estos tiempos hay una búsqueda del placer mutuo. Para Luciana es crucial que antes de adquirir un producto de estimulación sexual se tenga en claro cómo y con quién será utilizado, sea una pareja, en sexo casual o simplemente darse placer.

“Uno cree que es llevarse un producto y ya está. Hay algunos que tienen cancha y saben lo que quieren y otros primerizos que buscan algo pero no saben qué”. La tecnología ha aportado mucho en este campo. Existen estimuladores de vibración que funcionan a través de aplicaciones desde el celular. “En internet se ven cosas de todos colores, formas y tamaños, pero hay que saber qué se adapta a cada uno”.

Al buscar un estimulador saltan las dudas, las preguntas, aparecen vínculos a punto de quebrarse. Reavivar el fuego después de una crisis de pareja es la razón de búsqueda más frecuente. “En el hombre es muy común que el motivo de la búsqueda sea reavivar la pareja”, dice Luciana.

Mucho por aprender

Una lección para los hombres: “La erotización de la mujer empieza en la cabeza. El hombre es visual, mientras que la mujer necesita que le hablen, que la conquisten”. Una pregunta frecuente es ¿cómo lidiar con los problemas de erección? El 10% de las disfunciones eréctiles son clínicas y el otro 90% está comprobado que está afectado por temas emocionales.

“Se busca que los hombres vayan a terapia, que es otro tabú. El estrés y la cuestión emocional juega mucho en lo sexual. El hombre se apresura, no trabaja el problema, sino que busca la solución inmediata con la erección”.

El sexo casual y “duro” es normal, sin embargo, en el fondo, esconde razones. “Las personas que buscan sexo violento, más allá del salvajismo que genera placer, esconden detrás una historia de agresividad. Psicológicamente está estudiado que cuando se busca mucho sexo casual se está tratando de llenar un vacío emocional”.

El amor no tiene género. Los jóvenes de hoy en día crecen en un mundo donde poco a poco se van derribando los prejuicios. No obstante, en materia de aprendizaje sexual aún queda mucho camino por recorrer. “Tenemos una generación que ya creció y es la más difícil de educar. Venimos de un tiempo donde era malo tocarse y la orientación sexual era criticada. Falta mucho por aprender en la aceptación de uno, la aceptación del otro y el descubrir sexual”.


NOTICIAS RELACIONADAS