Este número representa un punto medio entre un mínimo de 13,3 millones y un máximo de 16,6 millones de fallecimientos contabilizados a nivel global e incluye los 5,4 millones de decesos notificados oficialmente hasta esa fecha a la agencia sanitaria por sus 194 países miembros.
Desde el inicio de la pandemia, que sigue causando casos y muertes diariamente, la OMS alertó que las cifras oficiales estaban lejos de ser reales ya que no tenían en cuenta los fallecimientos por Covid-19 que no fueron reportados como tales.
Tampoco consideraba los causados por otras enfermedades que no pudieron ser atendidas por la sobrecarga hospitalaria ante el virus, que en su momento más agudo llevó a retrasar procedimientos quirúrgicos o posponer sesiones de quimioterapia para los enfermos de cáncer.
A esto la agencia lo llama "exceso de mortalidad" y lo calculó haciendo la diferencia entre el número de muertes reales en ese periodo y el número de decesos considerado normal sin que haya una pandemia, basándose en las estadísticas existentes.
No obstante, los confinamientos también evitaron muertes, por ejemplo accidentes de tránsito, recalcó la OMS que tuvo esto a la hora de hacer su cálculo.
"Estos números, que obligan a reflexionar, subrayan no solamente el impacto de la pandemia, sino la necesidad de todos los países de invertir en sistemas de salud más fuertes que puedan sostener los servicios sanitarios esenciales durante las crisis, incluyendo sistemas de información sanitaria más sólidos", declaró el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
La agencia con sede en Ginebra (Suiza) declaró que la mayoría de las muertes excedentes (84%) estaban concentradas en el sudeste asiático, Europa y las Américas y solamente unos diez países representan el 68% del total de esta sobremortalidad.
Estas naciones son Brasil, Egipto, India, Indonesia, México, Perú, Rusia, Sudáfrica, Turquía y Estados Unidos, en general países con grandes poblaciones y fuertemente golpeados por la Covid.
Y si se amplía a 20 países que representan más del 80% del exceso de mortalidad mundial entran -además de esos diez- también Alemania, Colombia, Filipinas, Irán, Italia, Nigeria, Pakistán, Polonia, Reino Unido y Ucrania.
El caso de la India es paradigmático ya que se produjeron 4,7 millones de fallecimientos adicionales, lo que supone diez veces más que las cifras oficiales registradas hasta la fecha.
La reacción del gobierno del país asiático no tardó en llegar: “La India se opone enérgicamente al uso de modelos matemáticos para proyectar estimaciones de exceso de mortalidad en vista de la disponibilidad de datos auténticos".
"La validez y solidez de los modelos utilizados y la metodología de recopilación de datos son cuestionables", añadió el Ministerio de Salud en un comunicado.
Los países de altos ingresos representaban el 15% de las muertes excedentarias frente a 28% para los países con ingreso intermedio superior y 53% a los países de ingreso intermediario inferior. Respecto a los países con bajos ingresos representaban el 4%.
Por otra parte, el número de muertos en el mundo era más elevado en los hombres (57%) que en las mujeres (43%) y más elevado en las personas mayores.
"Medir la sobremortalidad es un componente esencial para comprender el impacto de la pandemia", explicó Samira Asma, subdirectora general de la División de Datos, Análisis y Prestación de Servicios para el Impacto de la OMS.
Las informaciones más fiables facilitan a los responsables preparar mejor el terreno para limitar el impacto de futuras crisis.
"Estos nuevos cálculos están basados en los mejores datos disponibles producidos con ayuda de una sólida metodología y un estudio completamente transparente", señaló en declaraciones reproducidas por la agencia de noticias AFP.
El tema es muy sensible por las repercusiones políticas de esas cifras, relacionadas con la calidad de la gestión de la crisis por parte de las autoridades.
La OMS indicó que se apoyó en un grupo de expertos reconocidos en su campo que perfeccionaron una metodología que facilita extrapolar en casos donde los datos son insuficientes o incompletos.
Muchos países carecen de medios para recolectar datos confiables sobre la mortalidad y por lo tanto no pueden apoyarse en las enseñanzas que se sacan de los datos de la sobremortalidad.
Este número representa un punto medio entre un mínimo de 13,3 millones y un máximo de 16,6 millones de fallecimientos contabilizados a nivel global e incluye los 5,4 millones de decesos notificados oficialmente hasta esa fecha a la agencia sanitaria por sus 194 países miembros.
Desde el inicio de la pandemia, que sigue causando casos y muertes diariamente, la OMS alertó que las cifras oficiales estaban lejos de ser reales ya que no tenían en cuenta los fallecimientos por Covid-19 que no fueron reportados como tales.
Tampoco consideraba los causados por otras enfermedades que no pudieron ser atendidas por la sobrecarga hospitalaria ante el virus, que en su momento más agudo llevó a retrasar procedimientos quirúrgicos o posponer sesiones de quimioterapia para los enfermos de cáncer.
A esto la agencia lo llama "exceso de mortalidad" y lo calculó haciendo la diferencia entre el número de muertes reales en ese periodo y el número de decesos considerado normal sin que haya una pandemia, basándose en las estadísticas existentes.
No obstante, los confinamientos también evitaron muertes, por ejemplo accidentes de tránsito, recalcó la OMS que tuvo esto a la hora de hacer su cálculo.
"Estos números, que obligan a reflexionar, subrayan no solamente el impacto de la pandemia, sino la necesidad de todos los países de invertir en sistemas de salud más fuertes que puedan sostener los servicios sanitarios esenciales durante las crisis, incluyendo sistemas de información sanitaria más sólidos", declaró el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
La agencia con sede en Ginebra (Suiza) declaró que la mayoría de las muertes excedentes (84%) estaban concentradas en el sudeste asiático, Europa y las Américas y solamente unos diez países representan el 68% del total de esta sobremortalidad.
Estas naciones son Brasil, Egipto, India, Indonesia, México, Perú, Rusia, Sudáfrica, Turquía y Estados Unidos, en general países con grandes poblaciones y fuertemente golpeados por la Covid.
Y si se amplía a 20 países que representan más del 80% del exceso de mortalidad mundial entran -además de esos diez- también Alemania, Colombia, Filipinas, Irán, Italia, Nigeria, Pakistán, Polonia, Reino Unido y Ucrania.
El caso de la India es paradigmático ya que se produjeron 4,7 millones de fallecimientos adicionales, lo que supone diez veces más que las cifras oficiales registradas hasta la fecha.
La reacción del gobierno del país asiático no tardó en llegar: “La India se opone enérgicamente al uso de modelos matemáticos para proyectar estimaciones de exceso de mortalidad en vista de la disponibilidad de datos auténticos".
"La validez y solidez de los modelos utilizados y la metodología de recopilación de datos son cuestionables", añadió el Ministerio de Salud en un comunicado.
Los países de altos ingresos representaban el 15% de las muertes excedentarias frente a 28% para los países con ingreso intermedio superior y 53% a los países de ingreso intermediario inferior. Respecto a los países con bajos ingresos representaban el 4%.
Por otra parte, el número de muertos en el mundo era más elevado en los hombres (57%) que en las mujeres (43%) y más elevado en las personas mayores.
"Medir la sobremortalidad es un componente esencial para comprender el impacto de la pandemia", explicó Samira Asma, subdirectora general de la División de Datos, Análisis y Prestación de Servicios para el Impacto de la OMS.
Las informaciones más fiables facilitan a los responsables preparar mejor el terreno para limitar el impacto de futuras crisis.
"Estos nuevos cálculos están basados en los mejores datos disponibles producidos con ayuda de una sólida metodología y un estudio completamente transparente", señaló en declaraciones reproducidas por la agencia de noticias AFP.
El tema es muy sensible por las repercusiones políticas de esas cifras, relacionadas con la calidad de la gestión de la crisis por parte de las autoridades.
La OMS indicó que se apoyó en un grupo de expertos reconocidos en su campo que perfeccionaron una metodología que facilita extrapolar en casos donde los datos son insuficientes o incompletos.
Muchos países carecen de medios para recolectar datos confiables sobre la mortalidad y por lo tanto no pueden apoyarse en las enseñanzas que se sacan de los datos de la sobremortalidad.