La escuela como último refugio en medio de la Guerra

La exministra de Educación, Mirtha Romero, contó la historia de la "bufanda amarilla". La docente reflexiona, a partir de un regalo muy especial, sobre la importancia de la escuela en la infancia. Una enseñanza que dejó Malvinas de que no todo está perdido. Una historia que siguen escribiendo las nuevas generaciones

La exministra de Educación, Mirtha Romero, en los estudios de Cadena Tiempo
01 ABR 2023 - 18:33 | Actualizado 01 ABR 2023 - 22:02

"¿Abuela, conocés la historia de la bufanda?", decía una voz del otro lado del teléfono en La Plata. "Yo era la dueña", le contestó Mirta Romero a su nieto, que la había llamado para pedirle ayuda para hacer una tarea escolar sobre Malvinas sin saber que ella era la protagonista.

La anécdota que contó Mirtha Romero en los estudios que Cadena Tiempo, narra -como le gusta decir a la ex ministra de Educación- la "potencia de la escuela" como transmisora de símbolos que marcan la vida de las personas en la infancia, un lugar mentiroso en el recuerdo pero verdadero en esencia.

La historia de la "bufanda mágica" que protagonizaron Mirta Romero y Daniel Lillio, y que contó Jornada el año pasado, se convirtió en el último refugio de aquellos que todavía creen que se puede dejar algo en la escuela. "No se puede ser docente si no sos optimista", dictamina.

La historia es conocida pero vale la pena refrescarla en la memoria. En plena Guerra de Malvinas Mirtha Romero, docente, recibe una carta de un combatiente, Daniel Lillo, quien le pide la bufanda amarilla que solía "robarle" en el recreo cuando ella era su maestra.

Daniel Lillo cursaba en la Escuela 64 de Trelew cerca de las chacras, y Mirtha Romero era su maestra de séptimo grado. "Daniel estaba enamorado de mi bufanda amarilla", comenta.

"Llega la carta donde me hablaba desgarradoramente de lo que estaba pasando, de ver a sus compañeros de infortunio pisar una mina y saltar por los aires y que le pasara un cuerpo destrozado. No comían, los torturaban, me pedía que rezara por él.Yo le contesto que lo iba a ayudar y él me contesta que lo que quiere es mi bufanda", recordó Romero el momento crucial como si lo estuviera viviendo.

Basta pensar en la historia de un chico que en medio de la guerra siente el olor de la bufanda que lo lleva a cuando jugaba en el patio de la escuela y hacía travesuras.

Daniel Lillo se encargó de transmitir la historia de los alumnos en las escuelas. El año pasado las mismas docentes tejieron bufandas celestes y blancas para los centros de ex combatientes.

Desde aquel reencuentro, Mirtha Romero y Daniel Lillo hablan cada 2 de abril y redescubren el significado de esta historia que sigue escribiéndose. La "bufanda amarilla" como símbolo de la infancia perdida, la pureza en medio del horror, el abrigo en la noche oscura y una manera luminosa de narrar lo inefable.

"Lo que sígnica para los chicos ese que ese instituto maternal de amor a esa persona sigue siendo fuerte. Es el prototipo del alumno vulnerable que encontró en la escuela lo que no escuchó en otro lugar", define Romero en sus propias palabras.

La exministra de Educación, Mirtha Romero, en los estudios de Cadena Tiempo
01 ABR 2023 - 18:33

"¿Abuela, conocés la historia de la bufanda?", decía una voz del otro lado del teléfono en La Plata. "Yo era la dueña", le contestó Mirta Romero a su nieto, que la había llamado para pedirle ayuda para hacer una tarea escolar sobre Malvinas sin saber que ella era la protagonista.

La anécdota que contó Mirtha Romero en los estudios que Cadena Tiempo, narra -como le gusta decir a la ex ministra de Educación- la "potencia de la escuela" como transmisora de símbolos que marcan la vida de las personas en la infancia, un lugar mentiroso en el recuerdo pero verdadero en esencia.

La historia de la "bufanda mágica" que protagonizaron Mirta Romero y Daniel Lillio, y que contó Jornada el año pasado, se convirtió en el último refugio de aquellos que todavía creen que se puede dejar algo en la escuela. "No se puede ser docente si no sos optimista", dictamina.

La historia es conocida pero vale la pena refrescarla en la memoria. En plena Guerra de Malvinas Mirtha Romero, docente, recibe una carta de un combatiente, Daniel Lillo, quien le pide la bufanda amarilla que solía "robarle" en el recreo cuando ella era su maestra.

Daniel Lillo cursaba en la Escuela 64 de Trelew cerca de las chacras, y Mirtha Romero era su maestra de séptimo grado. "Daniel estaba enamorado de mi bufanda amarilla", comenta.

"Llega la carta donde me hablaba desgarradoramente de lo que estaba pasando, de ver a sus compañeros de infortunio pisar una mina y saltar por los aires y que le pasara un cuerpo destrozado. No comían, los torturaban, me pedía que rezara por él.Yo le contesto que lo iba a ayudar y él me contesta que lo que quiere es mi bufanda", recordó Romero el momento crucial como si lo estuviera viviendo.

Basta pensar en la historia de un chico que en medio de la guerra siente el olor de la bufanda que lo lleva a cuando jugaba en el patio de la escuela y hacía travesuras.

Daniel Lillo se encargó de transmitir la historia de los alumnos en las escuelas. El año pasado las mismas docentes tejieron bufandas celestes y blancas para los centros de ex combatientes.

Desde aquel reencuentro, Mirtha Romero y Daniel Lillo hablan cada 2 de abril y redescubren el significado de esta historia que sigue escribiéndose. La "bufanda amarilla" como símbolo de la infancia perdida, la pureza en medio del horror, el abrigo en la noche oscura y una manera luminosa de narrar lo inefable.

"Lo que sígnica para los chicos ese que ese instituto maternal de amor a esa persona sigue siendo fuerte. Es el prototipo del alumno vulnerable que encontró en la escuela lo que no escuchó en otro lugar", define Romero en sus propias palabras.