Denise S., vecina de Laferrere, tiene 28 años. Beneficiaria de diversos planes sociales, nunca registró un empleo en blanco en su vida. Solía publicar en el sitio Skokka, frecuentado por trabajadoras sexuales, donde decía vender “contenido”, “videos”, bajo el alias de “Bella”.
Con el botín, suponen los investigadores dirigidos por la UFI N°11 matancera, Denise invirtió en su producto: se realizó una operación reciente, un implante de mamas y una liposucción en el abdomen en la clínica de un conocido cirujano plástico, además de varios tatuajes. Uno de los hijos de la víctima fue quien denunció el hecho, que ocurrió el 1° de septiembre del año pasado.
También faltaba el teléfono de su padre. Sin embargo, los investigadores lograron a acceder a la cuenta de WhatsApp del jubilado. Allí, encontraron las conversaciones con Denise. Su foto fue rastreada en Internet mediante la aplicación Google Lens. Así, se llegó a su aviso online. Luego, los investigadores encontraron que vivía en Merlo; finalmente, la arrestaron cuando visitaba a un cliente. Le secuestraron pastillas de clonazepam, entre otros elementos de interés para la causa. Qué pasó con el resto de la plata robada sigue siendo un misterio.
Denise S., vecina de Laferrere, tiene 28 años. Beneficiaria de diversos planes sociales, nunca registró un empleo en blanco en su vida. Solía publicar en el sitio Skokka, frecuentado por trabajadoras sexuales, donde decía vender “contenido”, “videos”, bajo el alias de “Bella”.
Con el botín, suponen los investigadores dirigidos por la UFI N°11 matancera, Denise invirtió en su producto: se realizó una operación reciente, un implante de mamas y una liposucción en el abdomen en la clínica de un conocido cirujano plástico, además de varios tatuajes. Uno de los hijos de la víctima fue quien denunció el hecho, que ocurrió el 1° de septiembre del año pasado.
También faltaba el teléfono de su padre. Sin embargo, los investigadores lograron a acceder a la cuenta de WhatsApp del jubilado. Allí, encontraron las conversaciones con Denise. Su foto fue rastreada en Internet mediante la aplicación Google Lens. Así, se llegó a su aviso online. Luego, los investigadores encontraron que vivía en Merlo; finalmente, la arrestaron cuando visitaba a un cliente. Le secuestraron pastillas de clonazepam, entre otros elementos de interés para la causa. Qué pasó con el resto de la plata robada sigue siendo un misterio.