Cada 20 de mayo se celebra el Día Mundial de las Abejas, una efeméride proclamada por la ONU en 2017 para visibilizar la importancia de estos insectos en la seguridad alimentaria global y la salud ambiental. La fecha conmemora el nacimiento de Anton Janša (1734–1773), pionero en las técnicas modernas de apicultura y gran defensor del valor de las abejas en la naturaleza.
Las abejas no solo producen miel. Son polinizadoras clave: más del 75% de los cultivos alimentarios del mundo dependen, en cierta medida, de la polinización, proceso que asegura la reproducción de plantas, frutas, verduras y flores. Sin ellas, el equilibrio ecológico y la agricultura corren serio riesgo.
Sin embargo, el declive de las poblaciones de abejas es un fenómeno alarmante. Entre las principales causas están el uso indiscriminado de pesticidas, el cambio climático, la pérdida de hábitats naturales y la contaminación. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advierte que proteger a los polinizadores es una tarea urgente.
"Si las abejas desaparecieran, el mundo enfrentaría un colapso alimentario", es una frase atribuida —aunque sin pruebas documentales— a Albert Einstein. Más allá de su origen, el mensaje es claro: sin abejas, no hay comida.
Acciones simples pero efectivas para colaborar en su protección: