La respuesta de los bancos a la liberación del cepo que pesaba para la compra de dólares por homebanking y a que se les permitiera constituir plazos fijos en la moneda estadounidense fue salir a competir por la tasa de interés ofrecida para esos depósitos.
La banca oficial ofrecía el 2,5% anual a 30 días y el resto de las entidades públicas y privadas se movían en torno a esa referencia, hasta que una de estas últimas rompió el molde y ofreció pagar un máximo del 6%, pero en colocaciones a un año.
La progresión arranca desde los 30 días con un 3%, sube a 3,50% a 60 días, al 4% en 90 días, al 4,10% a 180 días, y al 4,85% a 270 días.
El ofrecimiento parece dirigido a los que compraron dólares por homebanking a la salida del cepo y los mantienen en las cuentas de ahorro en moneda extrajera. El propósito sería persuasivo para evitar que los retiren, al constituir a tal efecto un plazo fijo.
No tanto albergan expectativas de que nadie que tenga billetes debajo del colchón los saque para depositarlos y aprovechar esos intereses.
Desde la salida del cepo subieron los depósitos
El último dato oficial disponible del Banco Central, de hace una semana, indicó que el actual volumen de depósitos asciende a US$ 32.965 millones.
Al 11 de abril era de US$ 29.047 millones, con lo que desde entonces se incrementó en US$ 3.918 millones. También la oferta de tasa busca captar a los que cobraron la renta que dieron los cupones de los bonos solidarios en dólares y aún no los reivirtieron.
Los asesores de cartera de inversiones desestiman que las decisiones de los clientes respecto de los plazos fijos en dólares se basen en que la tasa ofrecida sea de las más altas.
Inclusive destacan que los Fondos Comunes de Inversión en US$, a través de la compra de ON, rinden lo mismo y un poco más también.Opinan que el plazo fijo en dólares apunta a aquellos que se sienten cómodos si los ahorros quedan en moneda extranjera, sin importar la tasa a la que sea.
Pasarse a pesos, como hicieron algunos, y se les disparó el cambio un 10%, funcionó como escarmiento. Y nadie parece dispuesto a arriesgarse a otro factible salto cambiario por incertidumbre electoral.
La tasa real en pesos, limpia de inflación, es de 3 puntos, pero para los que vinieron del dólar fue 2 puntos negativa por la inesperada devaluación.
La respuesta de los bancos a la liberación del cepo que pesaba para la compra de dólares por homebanking y a que se les permitiera constituir plazos fijos en la moneda estadounidense fue salir a competir por la tasa de interés ofrecida para esos depósitos.
La banca oficial ofrecía el 2,5% anual a 30 días y el resto de las entidades públicas y privadas se movían en torno a esa referencia, hasta que una de estas últimas rompió el molde y ofreció pagar un máximo del 6%, pero en colocaciones a un año.
La progresión arranca desde los 30 días con un 3%, sube a 3,50% a 60 días, al 4% en 90 días, al 4,10% a 180 días, y al 4,85% a 270 días.
El ofrecimiento parece dirigido a los que compraron dólares por homebanking a la salida del cepo y los mantienen en las cuentas de ahorro en moneda extrajera. El propósito sería persuasivo para evitar que los retiren, al constituir a tal efecto un plazo fijo.
No tanto albergan expectativas de que nadie que tenga billetes debajo del colchón los saque para depositarlos y aprovechar esos intereses.
Desde la salida del cepo subieron los depósitos
El último dato oficial disponible del Banco Central, de hace una semana, indicó que el actual volumen de depósitos asciende a US$ 32.965 millones.
Al 11 de abril era de US$ 29.047 millones, con lo que desde entonces se incrementó en US$ 3.918 millones. También la oferta de tasa busca captar a los que cobraron la renta que dieron los cupones de los bonos solidarios en dólares y aún no los reivirtieron.
Los asesores de cartera de inversiones desestiman que las decisiones de los clientes respecto de los plazos fijos en dólares se basen en que la tasa ofrecida sea de las más altas.
Inclusive destacan que los Fondos Comunes de Inversión en US$, a través de la compra de ON, rinden lo mismo y un poco más también.Opinan que el plazo fijo en dólares apunta a aquellos que se sienten cómodos si los ahorros quedan en moneda extranjera, sin importar la tasa a la que sea.
Pasarse a pesos, como hicieron algunos, y se les disparó el cambio un 10%, funcionó como escarmiento. Y nadie parece dispuesto a arriesgarse a otro factible salto cambiario por incertidumbre electoral.
La tasa real en pesos, limpia de inflación, es de 3 puntos, pero para los que vinieron del dólar fue 2 puntos negativa por la inesperada devaluación.