- Por Esteban Gallo
Con la desfachatez con la que se ha manejado desde 2014 hasta la fecha, la empresa Red Chamber, hizo circular en los últimos días un comunicado en el que expresa que “no se va de la provincia”.
“No hemos recibido ninguna comunicación oficial del Gobierno ni ninguna declaración directa que indique lo contrario” sostiene Marcelo Mou, presidente de la empresa pesquera, y agrega muy liviano de cuerpo: “Estamos trabajando intensamente para lograr la firma de la adenda al contrato original, que nos permita avanzar hacia un acuerdo con el Gobierno del Chubut”.
Pero las mentiras tienen patas cortas. De inmediato, Andrés Arbeletche, secretario de pesca de la provincia, recogió el guante y puso las cosas blanco sobre negro.
El contrato firmado entre la provincia y la empresa hace una década atrás está rescindido, no hay negociaciones entre la provincia y la empresa de Mou y los plazos que establecen el final de la triste historia de Red Chamber en Chubut están agotados.
Con una contundencia abrumadora, Arbeletche sostuvo a este medio que “la empresa está preocupada porque se está acercando el final” y enfatizó que "llega un momento en que hay que decir basta".
Los incumplimientos en los que ha incurrido la empresa pesquera son innumerables, pero vamos a citar solo algunos de ellos, porque no alcanzaría el espacio de la editorial para contarles el culebrón completo. Empecemos por la incomprobable conexión jurídica entre Red Chamber Argentina y Red Chamber Company, que fue la firma con la que inicialmente Chubut firmó el contrato de arrendamiento de la planta y uso de los bienes de la ex Alpesca. La vinculación jurídica es inexistente y en 10 años no ha habido formalización alguna.
La provincia firmó el plan de negocios con Red Chamber Company, no con Red Chamber Argentina, que no es ni filial, ni sucursal ni accionista de la primera. Y basta con escarbar un poquito para descubrir que los socios de Mou no son norteamericanos sino dos chinos que tienen domicilio en Madryn.
Decir que la empresa está flojita de papeles es muy light. Podríamos estar hablando de defraudación y de una posible estafa que el Código Penal reprime con una pena de hasta 6 años de prisión.
Pero esta no es la única situación irregular. El canon de 300 mil pesos mensuales que Red Chamber le paga a la provincia es un escándalo. Le dieron una planta industrial gigante de 35 mil metros cuadrados y permisos de pesca de todos los colores, activos que se calculan en 100 millones de dólares, a cambio de chauchas y palitos.
Como si todo eso fuera poco, además, no cumplieron con ninguno de los compromisos asumidos. El plan de negocios incluía por parte de la empresa inversiones millonarias, reparación de buques, barcos en el mar, un millar de trabajadores procesando en planta. No hizo nada de nada y peor aún, dilapidó recursos que habrían generado empleo a los chubutenses y riqueza a la provincia.
Le asignaron 17 mil toneladas de merluza, la segunda asignación mas grande de la Argentina, de las cuales utilizó mil toneladas el año pasado y cero este año. La desidia empresarial le hizo perder a Chubut millones de dólares. Lo mismo pasó con los 5 permisos de pesca de la flota amarilla a los que accedió más tarde y que tampoco utiliza. Los cedió a terceros sin establecer ninguna obligación de contratar a personal de la ex Alpesca.
Pero los cuestionamientos contra Red Chamber no provienen solamente de las autoridades provinciales. El Sindicato de Trabajadores de la Alimentación, a través de un comunicado lapidario, revela que la empresa hace agua por todos lados.
El gremio que conduce Luis Nuñez denunció que Red Chamber no procesa el cien por ciento de la materia prima en la planta fabril sito en el parque industrial pesquero de Puerto Madryn y entrega materia prima a otras empresas; no incorpora a la totalidad del personal encuadrado en el acuerdo firmado entre la empresa y el gobierno provincial y no cubre las más de 60 vacantes que se produjeron por jubilaciones y fallecimientos. Asegura el sindicato que al día de la fecha Red Chamber no acredita el pago del cien por ciento de aportes y contribuciones a la seguridad social, registra deudas con la entidad sindical y también con la obra social. Más desprolijo no se puede ser. Menos responsable, tampoco.
Red Chamber podrá zapatear y victimizarse en algunos medios amigos y extorsionar al gobierno provincial amenazando con despedir a los empleados que tiene. Pero como expresó el Dr. Arbeletche, pareciera que su suerte ya está echada.
La culpa no es del Estado provincial, de los sindicatos, de los trabajadores o de un medio de comunicación.
¿Se puede manejar una empresa irresponsablemente, sin respetar las normas establecidas y sin cumplir con los compromisos acordados? La experiencia de Red Chamber en Chubut parece decirnos que sí.
Pero los empresarios pillos deberían saber que la joda no dura para siempre. Que un día puede llegar un gobierno que se pone los pantalones largos y la fiesta se termina.
Eso es lo que parece estar pasando en Chubut. Y no debería molestarle a nadie.
- Por Esteban Gallo
Con la desfachatez con la que se ha manejado desde 2014 hasta la fecha, la empresa Red Chamber, hizo circular en los últimos días un comunicado en el que expresa que “no se va de la provincia”.
“No hemos recibido ninguna comunicación oficial del Gobierno ni ninguna declaración directa que indique lo contrario” sostiene Marcelo Mou, presidente de la empresa pesquera, y agrega muy liviano de cuerpo: “Estamos trabajando intensamente para lograr la firma de la adenda al contrato original, que nos permita avanzar hacia un acuerdo con el Gobierno del Chubut”.
Pero las mentiras tienen patas cortas. De inmediato, Andrés Arbeletche, secretario de pesca de la provincia, recogió el guante y puso las cosas blanco sobre negro.
El contrato firmado entre la provincia y la empresa hace una década atrás está rescindido, no hay negociaciones entre la provincia y la empresa de Mou y los plazos que establecen el final de la triste historia de Red Chamber en Chubut están agotados.
Con una contundencia abrumadora, Arbeletche sostuvo a este medio que “la empresa está preocupada porque se está acercando el final” y enfatizó que "llega un momento en que hay que decir basta".
Los incumplimientos en los que ha incurrido la empresa pesquera son innumerables, pero vamos a citar solo algunos de ellos, porque no alcanzaría el espacio de la editorial para contarles el culebrón completo. Empecemos por la incomprobable conexión jurídica entre Red Chamber Argentina y Red Chamber Company, que fue la firma con la que inicialmente Chubut firmó el contrato de arrendamiento de la planta y uso de los bienes de la ex Alpesca. La vinculación jurídica es inexistente y en 10 años no ha habido formalización alguna.
La provincia firmó el plan de negocios con Red Chamber Company, no con Red Chamber Argentina, que no es ni filial, ni sucursal ni accionista de la primera. Y basta con escarbar un poquito para descubrir que los socios de Mou no son norteamericanos sino dos chinos que tienen domicilio en Madryn.
Decir que la empresa está flojita de papeles es muy light. Podríamos estar hablando de defraudación y de una posible estafa que el Código Penal reprime con una pena de hasta 6 años de prisión.
Pero esta no es la única situación irregular. El canon de 300 mil pesos mensuales que Red Chamber le paga a la provincia es un escándalo. Le dieron una planta industrial gigante de 35 mil metros cuadrados y permisos de pesca de todos los colores, activos que se calculan en 100 millones de dólares, a cambio de chauchas y palitos.
Como si todo eso fuera poco, además, no cumplieron con ninguno de los compromisos asumidos. El plan de negocios incluía por parte de la empresa inversiones millonarias, reparación de buques, barcos en el mar, un millar de trabajadores procesando en planta. No hizo nada de nada y peor aún, dilapidó recursos que habrían generado empleo a los chubutenses y riqueza a la provincia.
Le asignaron 17 mil toneladas de merluza, la segunda asignación mas grande de la Argentina, de las cuales utilizó mil toneladas el año pasado y cero este año. La desidia empresarial le hizo perder a Chubut millones de dólares. Lo mismo pasó con los 5 permisos de pesca de la flota amarilla a los que accedió más tarde y que tampoco utiliza. Los cedió a terceros sin establecer ninguna obligación de contratar a personal de la ex Alpesca.
Pero los cuestionamientos contra Red Chamber no provienen solamente de las autoridades provinciales. El Sindicato de Trabajadores de la Alimentación, a través de un comunicado lapidario, revela que la empresa hace agua por todos lados.
El gremio que conduce Luis Nuñez denunció que Red Chamber no procesa el cien por ciento de la materia prima en la planta fabril sito en el parque industrial pesquero de Puerto Madryn y entrega materia prima a otras empresas; no incorpora a la totalidad del personal encuadrado en el acuerdo firmado entre la empresa y el gobierno provincial y no cubre las más de 60 vacantes que se produjeron por jubilaciones y fallecimientos. Asegura el sindicato que al día de la fecha Red Chamber no acredita el pago del cien por ciento de aportes y contribuciones a la seguridad social, registra deudas con la entidad sindical y también con la obra social. Más desprolijo no se puede ser. Menos responsable, tampoco.
Red Chamber podrá zapatear y victimizarse en algunos medios amigos y extorsionar al gobierno provincial amenazando con despedir a los empleados que tiene. Pero como expresó el Dr. Arbeletche, pareciera que su suerte ya está echada.
La culpa no es del Estado provincial, de los sindicatos, de los trabajadores o de un medio de comunicación.
¿Se puede manejar una empresa irresponsablemente, sin respetar las normas establecidas y sin cumplir con los compromisos acordados? La experiencia de Red Chamber en Chubut parece decirnos que sí.
Pero los empresarios pillos deberían saber que la joda no dura para siempre. Que un día puede llegar un gobierno que se pone los pantalones largos y la fiesta se termina.
Eso es lo que parece estar pasando en Chubut. Y no debería molestarle a nadie.