Red Chamber: no nos vengan con cuentos chinos

25 AGO 2025 - 10:44 | Actualizado 25 AGO 2025 - 11:44

Por Esteban Gallo

Empieza una semana clave para el futuro de la pesca provincial. En breve, el gobierno resolverá el destino de Red Chamber en Chubut, tras una década de incumplimientos variopintos que colocan a la empresa en situación de extrema fragilidad.

La intentona de querer confundir a la opinión pública y a los empleados de la empresa diciendo que se trabaja en la firma de una adenda con el Estado provincial se desmoronó como un castillo de naipes, luego de que el secretario de pesca Andrés Arbeletche lo negara terminantemente y dijera a este medio que “el final de la empresa está cerca”.

Como atrevimiento es algo que no le falta, el presidente de Red Chamber, Marcelo Mou, salió con otro comunicado a contradecir a Arbeletche, y de paso anunció que va a demandarlo por difamación y falsas acusaciones.

“Desde 2015 se recuperaron y pusieron en marcha los activos de la ex Alpesca que recibimos en estado crítico, incluyendo embarcaciones y planta de procesamiento” escribió Mou sin ponerse colorado.

La auditoría que llevó adelante el Comité de Administración de la ex Alpesca lo contradice totalmente. Las inversiones millonarias que se comprometieron a hacer no las hicieron. La ley de Expropiación y del Contrato de Arrendamiento establecía que la empresa debía poner en operatividad a los Buques "Cabo San Sebastián", Cabo Vírgenes", "Cabo Buena Esperanza", "Cabo Dos Bahías", el "Promarsa I", el "Promarsa II" y el “Promarsa III”.

La mayoría de las embarcaciones están tiradas y la desidia es tan grande que ni siquiera han utilizado los permisos y las cuotas que devienen de esos barcos.

En el mismo comunicado, Mou se jacta de haber mantenido 600 puestos de trabajo. Según los papeles, los empleados son 425 y si hubiesen cumplido con la palabra empeñada, habría mil personas trabajando en la planta.

Mou es tan osado que pretende rebatir las declaraciones de un funcionario calificado y de una auditoria muy seria, con un escuálido comunicado de 4 líneas.

No dice nada de las 17 mil toneladas de merluza que le fueron asignadas y que ha utilizado a cuenta gotas, ni de los 5 permisos de pesca de la flota amarilla que otorgó a terceros sin establecer ninguna obligación de contratar a personal de la ex Alpesca.

Tampoco responde ni una sola de las graves imputaciones formuladas por el titular del STIA, Luis Nuñez.

El sindicalista sostuvo que Red Chamber no procesa el cien por ciento de la materia prima en su planta industrial y que hay parte del pescado que va a parar a plantas de Trelew y Dolavon, algunas de las cuales son clandestinas.

Acusó también a Red Chamber de no cubrir las vacantes que se producen por jubilaciones y fallecimientos y de no pagar los aportes previsionales y la obra social.

Como Mou no saltó por ninguno de estos dichos, debemos inferir que lo que Nuñez dijo es todo verdad.

Hay un último párrafo en el comunicado que firma el presidente de Red Chamber que no tiene desperdicio.

Marcelo Mou sostiene que los dichos del secretario de Pesca “evidencian animosidad contra la empresa y un trato despectivo permanente hacia el origen de sus directivos”.

Lo que faltaba. Tiene el caradurismo de sugerir que los cuestionamientos que le hace Arbeletche son por cuestiones racistas.

Eso no pasa en Chubut. Algunos de los mejores empresarios de la pesca que hacen negocios en la provincia son foráneos. Y son muy respetados, porque cumplen con las normas locales, generan trabajo y contribuyen a generar riqueza. No se los juzga por su condición de extranjeros sino por lo que le dejan a los chubutenses.

Alguien debería decirle a Mou que ni Arbeletche ni nadie tiene un problema personal con él y que lo que le juega en contra no es su origen asiático, su color de piel o sus ojos rasgados, sino sus recurrentes e intolerables incumplimientos desde que se hizo cargo de la ex Alpesca.

Lo único que falta es que nos quiera vender la idea de que es víctima de un acto de xenofobia.

Los chubutenses no somos prejuiciosos, pero tampoco compramos ningún cuento chino.

Enterate de las noticias de POLITICA a través de nuestro newsletter

Anotate para recibir las noticias más importantes de esta sección.

Te podés dar de baja en cualquier momento con un solo clic.
25 AGO 2025 - 10:44

Por Esteban Gallo

Empieza una semana clave para el futuro de la pesca provincial. En breve, el gobierno resolverá el destino de Red Chamber en Chubut, tras una década de incumplimientos variopintos que colocan a la empresa en situación de extrema fragilidad.

La intentona de querer confundir a la opinión pública y a los empleados de la empresa diciendo que se trabaja en la firma de una adenda con el Estado provincial se desmoronó como un castillo de naipes, luego de que el secretario de pesca Andrés Arbeletche lo negara terminantemente y dijera a este medio que “el final de la empresa está cerca”.

Como atrevimiento es algo que no le falta, el presidente de Red Chamber, Marcelo Mou, salió con otro comunicado a contradecir a Arbeletche, y de paso anunció que va a demandarlo por difamación y falsas acusaciones.

“Desde 2015 se recuperaron y pusieron en marcha los activos de la ex Alpesca que recibimos en estado crítico, incluyendo embarcaciones y planta de procesamiento” escribió Mou sin ponerse colorado.

La auditoría que llevó adelante el Comité de Administración de la ex Alpesca lo contradice totalmente. Las inversiones millonarias que se comprometieron a hacer no las hicieron. La ley de Expropiación y del Contrato de Arrendamiento establecía que la empresa debía poner en operatividad a los Buques "Cabo San Sebastián", Cabo Vírgenes", "Cabo Buena Esperanza", "Cabo Dos Bahías", el "Promarsa I", el "Promarsa II" y el “Promarsa III”.

La mayoría de las embarcaciones están tiradas y la desidia es tan grande que ni siquiera han utilizado los permisos y las cuotas que devienen de esos barcos.

En el mismo comunicado, Mou se jacta de haber mantenido 600 puestos de trabajo. Según los papeles, los empleados son 425 y si hubiesen cumplido con la palabra empeñada, habría mil personas trabajando en la planta.

Mou es tan osado que pretende rebatir las declaraciones de un funcionario calificado y de una auditoria muy seria, con un escuálido comunicado de 4 líneas.

No dice nada de las 17 mil toneladas de merluza que le fueron asignadas y que ha utilizado a cuenta gotas, ni de los 5 permisos de pesca de la flota amarilla que otorgó a terceros sin establecer ninguna obligación de contratar a personal de la ex Alpesca.

Tampoco responde ni una sola de las graves imputaciones formuladas por el titular del STIA, Luis Nuñez.

El sindicalista sostuvo que Red Chamber no procesa el cien por ciento de la materia prima en su planta industrial y que hay parte del pescado que va a parar a plantas de Trelew y Dolavon, algunas de las cuales son clandestinas.

Acusó también a Red Chamber de no cubrir las vacantes que se producen por jubilaciones y fallecimientos y de no pagar los aportes previsionales y la obra social.

Como Mou no saltó por ninguno de estos dichos, debemos inferir que lo que Nuñez dijo es todo verdad.

Hay un último párrafo en el comunicado que firma el presidente de Red Chamber que no tiene desperdicio.

Marcelo Mou sostiene que los dichos del secretario de Pesca “evidencian animosidad contra la empresa y un trato despectivo permanente hacia el origen de sus directivos”.

Lo que faltaba. Tiene el caradurismo de sugerir que los cuestionamientos que le hace Arbeletche son por cuestiones racistas.

Eso no pasa en Chubut. Algunos de los mejores empresarios de la pesca que hacen negocios en la provincia son foráneos. Y son muy respetados, porque cumplen con las normas locales, generan trabajo y contribuyen a generar riqueza. No se los juzga por su condición de extranjeros sino por lo que le dejan a los chubutenses.

Alguien debería decirle a Mou que ni Arbeletche ni nadie tiene un problema personal con él y que lo que le juega en contra no es su origen asiático, su color de piel o sus ojos rasgados, sino sus recurrentes e intolerables incumplimientos desde que se hizo cargo de la ex Alpesca.

Lo único que falta es que nos quiera vender la idea de que es víctima de un acto de xenofobia.

Los chubutenses no somos prejuiciosos, pero tampoco compramos ningún cuento chino.