Por Edgardo Lillo.-
No siempre la historia la escriben los que ganan, definitivamente. La escriben los que la vivieron, con su propia sangre, con su propio sudor, con sus propios sueños, con su propia porfía, con una perseverancia infinita.
Escuchar los relatos, ver esas imágenes de un tiempo que parecía perdido, pero que se rescata a través del recuerdo y del homenaje, es entender que las cosas tal cual como son hoy, están así porque alguien o muchos hicieron un camino para que nosotros también lo podamos conocer o mejor aún, lo podamos disfrutar.
La historia de Andino se remota al año 1952 y la empezó a grabar a fuego el dueño de unaimprenta, don Alberto Porcel de Peralta, un apellido ilustre para el periodismo de todo Chubut. Don Porcel empezó a llevar a los pibes a las montañas, a través de senderos explorados y diseñados por el Ejército. La iniciativa se hizo costumbre y más allá de aprender a esquiar o de otras actividades de montaña, el conductor y un grupo de muchachos que también se había acoplado empezaron a tomar otro tipo de iniciativas para cuidar e identificarse con el lugar.
El CAE empezó a cobrar vigor, esquíes en mano, o también otros elementos, como la pala y la barreta, para empezar a llevar infraestructura al refugio.
Don Arturo De Bernardofue otro de los pioneros que formó parte del relato producido por Jornada y recordó, entre muchas otras cosas, que el primer medio de elevación fue un tractor Fordson de 1928, que en realidad era la resultante del ensamble de dos modelos idénticos, uno de ellos que habían rescatado de una chacra de Trevelin. Martillazos en el yunque y soldaduras de por medio en algún taller amigolograron que la antigua máquina, además de una polea de retorno, subiera y bajara de la parte más alta de la montaña a los entusiasta esquiadores.
El trabajo y la gestión de la dirigencia de Andino tuvo eco gubernamental y el apoyo estatal se tradujo en el hito que hoy conocemos hoy como el Centro de Actividades de Montaña La Hoya, que se oficializó a través de una resolución de 1974 con Corfo Chubut como resorte de aplicación, algo que se ha cambiado en los últimos tiempos, con Turismo como organismo de contralor.
"Hubo cuatro privatizaciones que fracasaron", aseveró sin ponerse colorado don Arturo.
El semillero
Los Copitos no sólo son los fragmentos de nieve que en la suma generan un manto blanco, también fueron y son los chicos que conformaron el semillero del Club Andino, los que bajo la tutela de su propia creadora, Sonia Eggman (fallecida hace pocos días), respaldada por su hermana Breni,aprendieron a esquiar, pero a entender la vida y las condiciones de la montaña. Fue la generación posterior a los chicos que en los primeros tiemposdebían subirse a la caja de un camión para ir al refugio.
El esquiador emblema
Álvaro Guereña parece un eslabón perdido entre los consagrados deportistas chubutenses. Con sólo 17 años fue el segundo deportista nacido en la Provincia, y el primero en Esquel, en participar en una olímpiada, los Juegos de Inviernode Calgary (Canadá) en 1988.
Precisamente, Guereña tomó la decisión de donarle al club la medalla que acredita su participación en esa cita olímpica. La recibió en manos el presidente Ricardo Bestene.
El primero de todos fue el atleta comodorense Nazario Araujo en Munich 1972, siguió el boxeador Omar Narváez en Atlanta '96 y Sidney 2000, otro trelewense se sumó a la selecta lista, el atleta Leonardo Price en Beijing 2008, y otros cuatro lo hicieron en la última década, entre ellos tres cordilleranos: los maratonistas Joaquín Arbe y Eulalio Muñoz en Tokio 2020 (2021 por la pandemia) yla atleta con ceguera,Florencia Romero en Río 2016 y el récord de participación olímpica, el ciclista rawsense Eduardo Sepúlveda (Río 2016, Tokio 2020 y París 2024).
Pero pocos conocen de "Alvarito", sólo sus amigos de toda la vida que lo recuerdan como un esquiador de siempre, desde que tenía unos seis años. En efecto, había empezado la primaria ycuando llegaba del colegiocerca de la 1 de la tarde se subíaal colectivo que lo pasaba a buscar por el centro para ir a La Hoya. Su consagración fue totalmente progresiva, primero lo hizo a nivel patagónico, después en el Campeonato Argentino lo que lo catapultóa la selección argentina, se destacó a nivel sudamericano y se ganó el derecho de participar en los Juegos Olímpicos de Invierno de Calgary de 1988. Después de esa rutilante experiencia, Guereña compitió a nivel profesional, con buenos resultados, en sus dos especialidades, paralelo y slalon y en giras por lugares remotos como Japón, pero luego decidió seguir su periplo internacional dando clases en países como Andorra.
La joya actual
Sofía BogniBarry es la referencia actual del Club Andino de Esquel. Con 19 años busca descollar en su últimos años de Junior. Ya se consagró campeona argentina, pero sabe que solamente la trascendencia a nivel sudamericano le dará los puntos para lograr el ansiado salto a las competencias europeas.
Sofía se pasa de concentración en concentración lejos de casa, pero su pertenencia con Andino de Esquel será siempre indefectible.
Paradigma
El Club Andino es el paradigma, que resiste a través de su historia, y sus hechos, ese teorema que sindica al esquí como un deporte de elite, aunque es cierto que en los niveles de hoy, todo es caro. Pero la entidad de montaña surgió y desarrolló como todos los clubes sociales de la Argentina, a través de un grupo de amigos, entusiastas, visionarios y comprometidos con un deporte y con la sociedad toda.
Este domingo se corre la 34° edición del Tetratlón de Esquel, otra porción de la historia grande de Andino, con otros ilustres y contemporaneos que le siguen poniendo el hombro y al mismo tiempo sostienen la vigencia de una institución emblemática y sobre todo, comunitaria.
Por Edgardo Lillo.-
No siempre la historia la escriben los que ganan, definitivamente. La escriben los que la vivieron, con su propia sangre, con su propio sudor, con sus propios sueños, con su propia porfía, con una perseverancia infinita.
Escuchar los relatos, ver esas imágenes de un tiempo que parecía perdido, pero que se rescata a través del recuerdo y del homenaje, es entender que las cosas tal cual como son hoy, están así porque alguien o muchos hicieron un camino para que nosotros también lo podamos conocer o mejor aún, lo podamos disfrutar.
La historia de Andino se remota al año 1952 y la empezó a grabar a fuego el dueño de unaimprenta, don Alberto Porcel de Peralta, un apellido ilustre para el periodismo de todo Chubut. Don Porcel empezó a llevar a los pibes a las montañas, a través de senderos explorados y diseñados por el Ejército. La iniciativa se hizo costumbre y más allá de aprender a esquiar o de otras actividades de montaña, el conductor y un grupo de muchachos que también se había acoplado empezaron a tomar otro tipo de iniciativas para cuidar e identificarse con el lugar.
El CAE empezó a cobrar vigor, esquíes en mano, o también otros elementos, como la pala y la barreta, para empezar a llevar infraestructura al refugio.
Don Arturo De Bernardofue otro de los pioneros que formó parte del relato producido por Jornada y recordó, entre muchas otras cosas, que el primer medio de elevación fue un tractor Fordson de 1928, que en realidad era la resultante del ensamble de dos modelos idénticos, uno de ellos que habían rescatado de una chacra de Trevelin. Martillazos en el yunque y soldaduras de por medio en algún taller amigolograron que la antigua máquina, además de una polea de retorno, subiera y bajara de la parte más alta de la montaña a los entusiasta esquiadores.
El trabajo y la gestión de la dirigencia de Andino tuvo eco gubernamental y el apoyo estatal se tradujo en el hito que hoy conocemos hoy como el Centro de Actividades de Montaña La Hoya, que se oficializó a través de una resolución de 1974 con Corfo Chubut como resorte de aplicación, algo que se ha cambiado en los últimos tiempos, con Turismo como organismo de contralor.
"Hubo cuatro privatizaciones que fracasaron", aseveró sin ponerse colorado don Arturo.
El semillero
Los Copitos no sólo son los fragmentos de nieve que en la suma generan un manto blanco, también fueron y son los chicos que conformaron el semillero del Club Andino, los que bajo la tutela de su propia creadora, Sonia Eggman (fallecida hace pocos días), respaldada por su hermana Breni,aprendieron a esquiar, pero a entender la vida y las condiciones de la montaña. Fue la generación posterior a los chicos que en los primeros tiemposdebían subirse a la caja de un camión para ir al refugio.
El esquiador emblema
Álvaro Guereña parece un eslabón perdido entre los consagrados deportistas chubutenses. Con sólo 17 años fue el segundo deportista nacido en la Provincia, y el primero en Esquel, en participar en una olímpiada, los Juegos de Inviernode Calgary (Canadá) en 1988.
Precisamente, Guereña tomó la decisión de donarle al club la medalla que acredita su participación en esa cita olímpica. La recibió en manos el presidente Ricardo Bestene.
El primero de todos fue el atleta comodorense Nazario Araujo en Munich 1972, siguió el boxeador Omar Narváez en Atlanta '96 y Sidney 2000, otro trelewense se sumó a la selecta lista, el atleta Leonardo Price en Beijing 2008, y otros cuatro lo hicieron en la última década, entre ellos tres cordilleranos: los maratonistas Joaquín Arbe y Eulalio Muñoz en Tokio 2020 (2021 por la pandemia) yla atleta con ceguera,Florencia Romero en Río 2016 y el récord de participación olímpica, el ciclista rawsense Eduardo Sepúlveda (Río 2016, Tokio 2020 y París 2024).
Pero pocos conocen de "Alvarito", sólo sus amigos de toda la vida que lo recuerdan como un esquiador de siempre, desde que tenía unos seis años. En efecto, había empezado la primaria ycuando llegaba del colegiocerca de la 1 de la tarde se subíaal colectivo que lo pasaba a buscar por el centro para ir a La Hoya. Su consagración fue totalmente progresiva, primero lo hizo a nivel patagónico, después en el Campeonato Argentino lo que lo catapultóa la selección argentina, se destacó a nivel sudamericano y se ganó el derecho de participar en los Juegos Olímpicos de Invierno de Calgary de 1988. Después de esa rutilante experiencia, Guereña compitió a nivel profesional, con buenos resultados, en sus dos especialidades, paralelo y slalon y en giras por lugares remotos como Japón, pero luego decidió seguir su periplo internacional dando clases en países como Andorra.
La joya actual
Sofía BogniBarry es la referencia actual del Club Andino de Esquel. Con 19 años busca descollar en su últimos años de Junior. Ya se consagró campeona argentina, pero sabe que solamente la trascendencia a nivel sudamericano le dará los puntos para lograr el ansiado salto a las competencias europeas.
Sofía se pasa de concentración en concentración lejos de casa, pero su pertenencia con Andino de Esquel será siempre indefectible.
Paradigma
El Club Andino es el paradigma, que resiste a través de su historia, y sus hechos, ese teorema que sindica al esquí como un deporte de elite, aunque es cierto que en los niveles de hoy, todo es caro. Pero la entidad de montaña surgió y desarrolló como todos los clubes sociales de la Argentina, a través de un grupo de amigos, entusiastas, visionarios y comprometidos con un deporte y con la sociedad toda.
Este domingo se corre la 34° edición del Tetratlón de Esquel, otra porción de la historia grande de Andino, con otros ilustres y contemporaneos que le siguen poniendo el hombro y al mismo tiempo sostienen la vigencia de una institución emblemática y sobre todo, comunitaria.