Por sexto año consecutivo, la Cámara Argentina de Empresas de Fuegos Artificiales (CAEFA) lanzó su campaña nacional para promover el uso responsable de fuegos artificiales durante las fiestas, haciendo foco en los productos lumínicos y de bajo impacto sonoro, que en Comodoro Rivadavia son los únicos habilitados para la venta legal.
En diálogo con Jornada Radio, el director de Relaciones Institucionales y vocero de la entidad, Ezequiel Asquenasi, explicó que el objetivo central es generar un cambio cultural en la forma de celebrar. “Desde CAEFA lanzamos estos días la sexta campaña nacional, donde promovemos la elección de fuegos artificiales amigables, que son los productos lumínicos y los productos de bajo impacto sonoro, siempre productos seguros y aprobados por RENAR”, señaló.
Asquenazi remarcó que la campaña se sostiene en el trabajo de toda la cadena del sector. “Esta es una campaña que se lleva adelante a través de las más de 60 mil personas que trabajan en la Argentina gracias a esta industria. En todos los comercios y locales del país, los vendedores y empleados explican estos temas, recomiendan cómo usarlos en forma responsable y alientan a que se elijan productos de bajo impacto sonoro”, indicó.
En relación con la normativa local, destacó el avance que significó la ordenanza vigente en Comodoro. “En el caso de Comodoro Rivadavia no hay que alentar demasiado, porque son los únicos productos que están en venta en forma legal. A partir del año pasado, con la reforma de la ordenanza, se prohibieron los productos de alto impacto sonoro y se permitieron los lumínicos y los de bajo impacto. Esto va exactamente en línea con lo que nosotros promovemos en todo el país”, afirmó.
Consultado sobre cómo puede el consumidor identificar este tipo de fuegos artificiales, Asquenasi fue claro. “Nuestra principal recomendación es comprar en lugares habilitados. Es lo único que da una garantía real de seguridad, porque el producto fue producido, transportado y almacenado adecuadamente”, explicó. Y agregó: “Después, lo más simple es preguntar directamente al comerciante: quiero productos de bajo impacto sonoro, quiero productos lumínicos. El primer interesado en explicar en detalle lo que vende es el propio comerciante”.
El vocero de CAEFA también buscó despejar dudas en quienes todavía desconfían de estos productos. “El mensaje es sencillo: que compren uno, lo prueben y lo escuchen. Se van a dar cuenta de que el nivel de sonido es muy bajo, incluso menor al de una moto, una sirena o una bocina. Son sonidos habituales de la ciudad, no estruendos”, aseguró.
Finalmente, Asquenasi se refirió al impacto económico de la actividad en un contexto complejo. “Hay fabricación nacional e importada, como sucede en todo el mundo. En ambos casos se genera mucho trabajo en el país: en la producción, el transporte, el almacenamiento, la habilitación de los locales y la venta. Más allá de las polémicas, los fuegos artificiales amigables son algo lindo, que a la gente le gusta ver, y hoy el país en general ya ha avanzado hacia ese camino”, concluyó.

Por sexto año consecutivo, la Cámara Argentina de Empresas de Fuegos Artificiales (CAEFA) lanzó su campaña nacional para promover el uso responsable de fuegos artificiales durante las fiestas, haciendo foco en los productos lumínicos y de bajo impacto sonoro, que en Comodoro Rivadavia son los únicos habilitados para la venta legal.
En diálogo con Jornada Radio, el director de Relaciones Institucionales y vocero de la entidad, Ezequiel Asquenasi, explicó que el objetivo central es generar un cambio cultural en la forma de celebrar. “Desde CAEFA lanzamos estos días la sexta campaña nacional, donde promovemos la elección de fuegos artificiales amigables, que son los productos lumínicos y los productos de bajo impacto sonoro, siempre productos seguros y aprobados por RENAR”, señaló.
Asquenazi remarcó que la campaña se sostiene en el trabajo de toda la cadena del sector. “Esta es una campaña que se lleva adelante a través de las más de 60 mil personas que trabajan en la Argentina gracias a esta industria. En todos los comercios y locales del país, los vendedores y empleados explican estos temas, recomiendan cómo usarlos en forma responsable y alientan a que se elijan productos de bajo impacto sonoro”, indicó.
En relación con la normativa local, destacó el avance que significó la ordenanza vigente en Comodoro. “En el caso de Comodoro Rivadavia no hay que alentar demasiado, porque son los únicos productos que están en venta en forma legal. A partir del año pasado, con la reforma de la ordenanza, se prohibieron los productos de alto impacto sonoro y se permitieron los lumínicos y los de bajo impacto. Esto va exactamente en línea con lo que nosotros promovemos en todo el país”, afirmó.
Consultado sobre cómo puede el consumidor identificar este tipo de fuegos artificiales, Asquenasi fue claro. “Nuestra principal recomendación es comprar en lugares habilitados. Es lo único que da una garantía real de seguridad, porque el producto fue producido, transportado y almacenado adecuadamente”, explicó. Y agregó: “Después, lo más simple es preguntar directamente al comerciante: quiero productos de bajo impacto sonoro, quiero productos lumínicos. El primer interesado en explicar en detalle lo que vende es el propio comerciante”.
El vocero de CAEFA también buscó despejar dudas en quienes todavía desconfían de estos productos. “El mensaje es sencillo: que compren uno, lo prueben y lo escuchen. Se van a dar cuenta de que el nivel de sonido es muy bajo, incluso menor al de una moto, una sirena o una bocina. Son sonidos habituales de la ciudad, no estruendos”, aseguró.
Finalmente, Asquenasi se refirió al impacto económico de la actividad en un contexto complejo. “Hay fabricación nacional e importada, como sucede en todo el mundo. En ambos casos se genera mucho trabajo en el país: en la producción, el transporte, el almacenamiento, la habilitación de los locales y la venta. Más allá de las polémicas, los fuegos artificiales amigables son algo lindo, que a la gente le gusta ver, y hoy el país en general ya ha avanzado hacia ese camino”, concluyó.