El "gran reemplazo", la falsa teoría detrás de la masacre en Buffalo

El ataque perpetrado la semana pasada en Estados Unidos, en el que un supremacista blanco mató a 10 personas en un supermercado de Buffalo, no es el primero en tener como trasfondo teorías conspirativas como la del "gran reemplazo" que, en diversas versiones, encuentran eco en sectores de la política partidaria en ese país y en Europa.

22 MAY 2022 - 12:38 | Actualizado 22 MAY 2022 - 12:56

La mayoría de las víctimas del ataque a tiros del estadounidense Payton S. Gendron, de 18 años, en esa ciudad del estado de Nueva York eran personas negras, y los hechos fueron calificados como "posibles delitos de terrorismo y odio" por John J. Flynn, fiscal del condado de Erie, del cual Buffalo es sede.

El objetivo del tirador de Buffalo también fue difundir masivamente su accionar y, para eso, llevó una cámara en un casco y transmitió el hecho a través de la plataforma Twitch. Si bien solo 22 personas lo vieron en vivo y la empresa logró eliminar la transmisión dos minutos después de que iniciara la masacre, el video se hizo viral.

El autor de estos asesinatos dejó además un texto de 180 páginas repleto de mensajes de odio y con la tesis de que los estadounidenses blancos corren peligro, porque podrían ser reemplazados por personas no blancas. Un punto de coincidencia con otros ataques como el perpetrado en Charleston en 2015; el de Pittsburgh en 2018; y en El Paso, Texas, en 2019, y cuyo objetivo fueron población negra, judía y latina.
En su escrito, Gendron hizo referencia a la idea supremacista blanca conocida como "teoría del reemplazo", difundida por el escritor contemporáneo francés Renaud Camus, pero que abreva en otros autores.

Si bien "esas ideas tienen una larga tradición, Camus le dio un nuevo ímpetu y le puso un nombre a un proceso", señaló a Télam Pablo Stefanoni, doctor en Historia, periodista, y autor de diversos libros, entre ellos ¿La rebeldía se volvió de derecha?.

Stefanoni explicó que esta "pseudoteoría del gran reemplazo" tiene como "idea básica" que se "está operando el reemplazo de un pueblo y una civilización -en el caso de Camus, se refiere a Francia- producto de la acción de una 'elite reemplacista' que la habilita".

El analista introdujo una diferencia entre las personas que comulgan con estos preceptos, ya que no operan todos de igual modo: "Si en Camus se trata de una postura puramente intelectual, los perpetradores de varias masacres apelaron a la 'teoría del gran reemplazo'. También hay una versión estadounidense que a veces incluye posiciones antisemitas y de su tradición de supremacismo blanco".

Algunas mediciones recientes buscaron determinar el grado de penetración en la población estadounidense que tienen estas teorías, como la que publicó el 9 de mayo pasado la agencia Associated Press (AP) junto al centro de investigaciones NORC en la Universidad de Chicago, que arrojó como resultado que "uno de cada tres (32%) adultos está de acuerdo en que un grupo de personas está tratando de reemplazar a los estadounidenses nativos con inmigrantes para obtener ganancias electorales".

Ernesto Calvo, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Maryland y coautor del libro Fake News, trolls y otros encantos, matizó a Télam el alcance de esas encuestas y consideró que en realidad cuando dicen "que un tercio de la población comulga con la teoría del reemplazo están pensando en su forma más amplia, no en la teoría del reemplazo estricta, la cual tiene una adherencia alta, pero esos son grupos estrictamente supremacistas".

Y aclaró que se trata de un argumento "estadísticamente erróneo porque uno sabe que en términos de ingreso, de acceso a trabajos, de welfare (bienestar), la población blanca está sobrerrepresentada en todas las categorías".

"La forma en que lo piensa la población blanca que comulga -en distintas formas- con estas teorías es que, si bien ellos pueden representar un 70%, asumen que el otro 30% no merece lo que tiene", explicó.

Para Stefanoni, desde estos marcos de pensamiento, el "reemplazo" de la población sería operado a través de la "inmigración indiscriminada y los diferenciales de natalidad entre migrantes y nativos".

Proteger las fronteras, volverse menos permeables y proteger la natalidad de personas blancas serían algunos de los preceptos básicos de estos grupos.

En la misma línea, la encuesta de AP-NORC señaló también que cerca de un 29% de los consultados están preocupados por el hecho de que el "aumento en la inmigración está provocando que los estadounidenses nativos pierdan influencia económica, política y cultural".

"Esta ideas no solo están muy vigentes sino que, como mostró hace poco un artículo del New York Times, la teoría del gran reemplazo pasó de los márgenes a los medios y la política mainstream", explicó Stefanoni.

Pero la circulación de estas teorías conspirativas no solamente encuentra un lugar en medios tradicionales de comunicación, como el caso del canal estadounidense Fox News, sino también en otros entornos digitales y en expresiones político partidarias de derecha predominantes en Estados Unidos y Europa.

Para Calvo, este grupo de supremacistas "si bien es minoritario a nivel nacional en Estados Unidos, es un grupo que es el más grande -no necesariamente el mayoritario- en el Partido Republicano y eso hace que todos sus candidatos, para ser competitivos, expresen variaciones de esta teoría".

El especialista consideró que el escenario se vuelve más complejo "porque estabiliza un discurso xenófobo en el Partido Republicano que es muy difícil de extirpar, porque el grupo más fuerte es el que expresa el supremacismo blanco", entonces "para los candidatos republicanos que no comulguen con algunas de estas variaciones es muy difícil ganar".

Stefanoni observa la penetración de esta teoría en la política europea: "En Francia, el candidato presidencial Éric Zemmour también apeló a ella de manera abierta".

Y visualiza su potencia en que son "un conjunto de imágenes fácil de difundir" sin necesidad de leer a sus autores, ya que "basta ver un vagón de subte lleno de migrantes o una clase multicultural en una escuela para activar la idea de que 'estamos siendo reemplazados'".

Para el historiador, "la difusión de este tipo de marcos interpretativos de la realidad beneficia a las extremas derechas, que serían las únicas que están defendiendo a los hombres blancos corrientes de las amenazas que penden sobre ellos -demográficas y civilizacionales-. La idea es que se están volviendo extranjeros en su propios países".

Y concluyó: "Este tipo de imágenes permite leer diferentes conflictos sociales en clave de guerra cultural. Términos como cultura woke o wokeísmo, o marxismo cultural, son parte del léxico de las extremas derechas para construir la imagen de que todo se reduce a una lucha entre una élite progresista/globalista y las personas comunes oprimidas por nuevas formas de totalitarismo".

En tanto, Calvo, que en tiempos de Donald Trump había definido a las teorías conspirativas como "operaciones políticas" pasibles de ser capitalizadas por los republicanos, describió el momento actual como una "guerra de trincheras" en el que no es que se "esté expandiendo" el campo de las teorías conspirativas, sino que "están totalmente estabilizados los dos campos", aquellos que las sostienen y quienes las rechazan.

"Queda el proceso de inercia con los grupos más estabilizados en sus posiciones", agregó.

22 MAY 2022 - 12:38

La mayoría de las víctimas del ataque a tiros del estadounidense Payton S. Gendron, de 18 años, en esa ciudad del estado de Nueva York eran personas negras, y los hechos fueron calificados como "posibles delitos de terrorismo y odio" por John J. Flynn, fiscal del condado de Erie, del cual Buffalo es sede.

El objetivo del tirador de Buffalo también fue difundir masivamente su accionar y, para eso, llevó una cámara en un casco y transmitió el hecho a través de la plataforma Twitch. Si bien solo 22 personas lo vieron en vivo y la empresa logró eliminar la transmisión dos minutos después de que iniciara la masacre, el video se hizo viral.

El autor de estos asesinatos dejó además un texto de 180 páginas repleto de mensajes de odio y con la tesis de que los estadounidenses blancos corren peligro, porque podrían ser reemplazados por personas no blancas. Un punto de coincidencia con otros ataques como el perpetrado en Charleston en 2015; el de Pittsburgh en 2018; y en El Paso, Texas, en 2019, y cuyo objetivo fueron población negra, judía y latina.
En su escrito, Gendron hizo referencia a la idea supremacista blanca conocida como "teoría del reemplazo", difundida por el escritor contemporáneo francés Renaud Camus, pero que abreva en otros autores.

Si bien "esas ideas tienen una larga tradición, Camus le dio un nuevo ímpetu y le puso un nombre a un proceso", señaló a Télam Pablo Stefanoni, doctor en Historia, periodista, y autor de diversos libros, entre ellos ¿La rebeldía se volvió de derecha?.

Stefanoni explicó que esta "pseudoteoría del gran reemplazo" tiene como "idea básica" que se "está operando el reemplazo de un pueblo y una civilización -en el caso de Camus, se refiere a Francia- producto de la acción de una 'elite reemplacista' que la habilita".

El analista introdujo una diferencia entre las personas que comulgan con estos preceptos, ya que no operan todos de igual modo: "Si en Camus se trata de una postura puramente intelectual, los perpetradores de varias masacres apelaron a la 'teoría del gran reemplazo'. También hay una versión estadounidense que a veces incluye posiciones antisemitas y de su tradición de supremacismo blanco".

Algunas mediciones recientes buscaron determinar el grado de penetración en la población estadounidense que tienen estas teorías, como la que publicó el 9 de mayo pasado la agencia Associated Press (AP) junto al centro de investigaciones NORC en la Universidad de Chicago, que arrojó como resultado que "uno de cada tres (32%) adultos está de acuerdo en que un grupo de personas está tratando de reemplazar a los estadounidenses nativos con inmigrantes para obtener ganancias electorales".

Ernesto Calvo, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Maryland y coautor del libro Fake News, trolls y otros encantos, matizó a Télam el alcance de esas encuestas y consideró que en realidad cuando dicen "que un tercio de la población comulga con la teoría del reemplazo están pensando en su forma más amplia, no en la teoría del reemplazo estricta, la cual tiene una adherencia alta, pero esos son grupos estrictamente supremacistas".

Y aclaró que se trata de un argumento "estadísticamente erróneo porque uno sabe que en términos de ingreso, de acceso a trabajos, de welfare (bienestar), la población blanca está sobrerrepresentada en todas las categorías".

"La forma en que lo piensa la población blanca que comulga -en distintas formas- con estas teorías es que, si bien ellos pueden representar un 70%, asumen que el otro 30% no merece lo que tiene", explicó.

Para Stefanoni, desde estos marcos de pensamiento, el "reemplazo" de la población sería operado a través de la "inmigración indiscriminada y los diferenciales de natalidad entre migrantes y nativos".

Proteger las fronteras, volverse menos permeables y proteger la natalidad de personas blancas serían algunos de los preceptos básicos de estos grupos.

En la misma línea, la encuesta de AP-NORC señaló también que cerca de un 29% de los consultados están preocupados por el hecho de que el "aumento en la inmigración está provocando que los estadounidenses nativos pierdan influencia económica, política y cultural".

"Esta ideas no solo están muy vigentes sino que, como mostró hace poco un artículo del New York Times, la teoría del gran reemplazo pasó de los márgenes a los medios y la política mainstream", explicó Stefanoni.

Pero la circulación de estas teorías conspirativas no solamente encuentra un lugar en medios tradicionales de comunicación, como el caso del canal estadounidense Fox News, sino también en otros entornos digitales y en expresiones político partidarias de derecha predominantes en Estados Unidos y Europa.

Para Calvo, este grupo de supremacistas "si bien es minoritario a nivel nacional en Estados Unidos, es un grupo que es el más grande -no necesariamente el mayoritario- en el Partido Republicano y eso hace que todos sus candidatos, para ser competitivos, expresen variaciones de esta teoría".

El especialista consideró que el escenario se vuelve más complejo "porque estabiliza un discurso xenófobo en el Partido Republicano que es muy difícil de extirpar, porque el grupo más fuerte es el que expresa el supremacismo blanco", entonces "para los candidatos republicanos que no comulguen con algunas de estas variaciones es muy difícil ganar".

Stefanoni observa la penetración de esta teoría en la política europea: "En Francia, el candidato presidencial Éric Zemmour también apeló a ella de manera abierta".

Y visualiza su potencia en que son "un conjunto de imágenes fácil de difundir" sin necesidad de leer a sus autores, ya que "basta ver un vagón de subte lleno de migrantes o una clase multicultural en una escuela para activar la idea de que 'estamos siendo reemplazados'".

Para el historiador, "la difusión de este tipo de marcos interpretativos de la realidad beneficia a las extremas derechas, que serían las únicas que están defendiendo a los hombres blancos corrientes de las amenazas que penden sobre ellos -demográficas y civilizacionales-. La idea es que se están volviendo extranjeros en su propios países".

Y concluyó: "Este tipo de imágenes permite leer diferentes conflictos sociales en clave de guerra cultural. Términos como cultura woke o wokeísmo, o marxismo cultural, son parte del léxico de las extremas derechas para construir la imagen de que todo se reduce a una lucha entre una élite progresista/globalista y las personas comunes oprimidas por nuevas formas de totalitarismo".

En tanto, Calvo, que en tiempos de Donald Trump había definido a las teorías conspirativas como "operaciones políticas" pasibles de ser capitalizadas por los republicanos, describió el momento actual como una "guerra de trincheras" en el que no es que se "esté expandiendo" el campo de las teorías conspirativas, sino que "están totalmente estabilizados los dos campos", aquellos que las sostienen y quienes las rechazan.

"Queda el proceso de inercia con los grupos más estabilizados en sus posiciones", agregó.


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