La Clave / Un acuerdo

08 DIC 2022 - 21:00 | Actualizado 08 DIC 2022 - 21:01

En Gaiman los vecinos consumen un promedio de 400 litros diarios de agua por persona cuando según la Organización Mundial de la Salud y organismos vinculados con su uso y necesidades, una familia tipo necesita 750 litros por día. Y hay barrios donde el recurso no llega y se deben usar camiones para distribuirlo a las familias más complicadas.

El dato que esa Municipalidad difundió oficialmente marca a las claras la necesidad de un cambio urgente en los hábitos individuales y sociales para un recurso que no sobra.

Aunque el Valle Inferior esté atravesado por el río Chubut, no significa que la disponibilidad sea eterna. Esta alerta se demuestra con cada verano. Se necesitan obras como las multimillonarias ampliaciones de plantas potabilizadoras. Y se necesita además otra cultura para que todas las generaciones disfruten de un servicio clave como ninguno, no sólo para el consumo sino para la producción y para cualquier idea de desarrollo y planificación urbana, económica y social.

Claro que Gaiman es sólo un ejemplo. La descripción de lo que sucede en esa localidad sirve para contar lo que sucede en cualquier otra ciudad chubutense.
El problema se repite en toda la provincia cada que arranca la temporada estival. Las cooperativas deben armar diagramas de corte por sectores y exigir consumos responsables, y las municipalidades deben amenazar con inspectores que multen ante los derroches para quienes no respeten las ordenanzas.

No se trata de responsabilizar a la gente ni a la dirigencia política. O al menos no sólo se trata de eso. Se trata de un acuerdo colectivo para que el agua, un elemento tan vital, no falte. Ya es tiempo de una puesta en común que beneficiará a todos. #

08 DIC 2022 - 21:00

En Gaiman los vecinos consumen un promedio de 400 litros diarios de agua por persona cuando según la Organización Mundial de la Salud y organismos vinculados con su uso y necesidades, una familia tipo necesita 750 litros por día. Y hay barrios donde el recurso no llega y se deben usar camiones para distribuirlo a las familias más complicadas.

El dato que esa Municipalidad difundió oficialmente marca a las claras la necesidad de un cambio urgente en los hábitos individuales y sociales para un recurso que no sobra.

Aunque el Valle Inferior esté atravesado por el río Chubut, no significa que la disponibilidad sea eterna. Esta alerta se demuestra con cada verano. Se necesitan obras como las multimillonarias ampliaciones de plantas potabilizadoras. Y se necesita además otra cultura para que todas las generaciones disfruten de un servicio clave como ninguno, no sólo para el consumo sino para la producción y para cualquier idea de desarrollo y planificación urbana, económica y social.

Claro que Gaiman es sólo un ejemplo. La descripción de lo que sucede en esa localidad sirve para contar lo que sucede en cualquier otra ciudad chubutense.
El problema se repite en toda la provincia cada que arranca la temporada estival. Las cooperativas deben armar diagramas de corte por sectores y exigir consumos responsables, y las municipalidades deben amenazar con inspectores que multen ante los derroches para quienes no respeten las ordenanzas.

No se trata de responsabilizar a la gente ni a la dirigencia política. O al menos no sólo se trata de eso. Se trata de un acuerdo colectivo para que el agua, un elemento tan vital, no falte. Ya es tiempo de una puesta en común que beneficiará a todos. #


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