“Estaba atendiendo un poco la familia, hace cinco años que no dirigía, tratando de volver al ruedo y hacer las cosas como realmente se merecen los que apostaron por mí”, planteó Walter Almirón en el sustancioso y hasta emotivo diálogo con Tiempo Deportivo.
“Dirigí Huracán, Los Aromos, La Ribera, Roca y Defensores del Parque. En algún momento dirigí inferiores en Roca, fue cuando mi hijo se había recuperado de un cáncer, tenía 13 años, y después de tanto de ir y venir, de tantas cosas que vimos en el Hospital Italiano, me dijo que quería volver a jugar, así que agarré la Novena de Roca, logramos salir campeones y armamos un gran grupo”, recordó.
“Yo había dejado por la leucemia de mi hijo Danilo. La vida de mi hijo valía mucho más que cualquier cosa, preferí optar por buscar su, que terminó siendo la donación de medula de su hermano mellizo Mirko. Hace 17 años que venimos con esa lucha, pero ahora mi señora me sugirió que volviera a dirigir, y en la lista de Rosas están mis dos hijos”, valoró.
“Son cosas que tienen que pasar, gracias a Dios la podemos contar, hubo gente que no sobrevivió al tratamiento junto con mi hijo. Y tratando de sacar las cosas adelante, siempre en el camino de la nobleza, el esfuerzo y el sacrificio”, señaló el ex futbolista de Germinal, La Ribera y Soltex.
La reconversión del Violeta
“Cuando jugamos la Copa de Verano Independiente recién hacía cuatro días que había agarrado el equipo y nos tocaron dos partidos con altas temperaturas. Después hablando con el presidente y con las personas que me rodean, planteamos que había que trabajar muy duro, si queremos resultados debemos transformar todo un club, fíjate que el presidente me acaba de llamar para contarme que colocó unos 200 pases entre inferiores, e infantiles, así que gracias a Dios tiene repercusión lo que venimos haciendo”, fundamentó su primer mes al frente de Juan Manuel de Rosas.
“Hoy tenemos entre 25 y 30 jugadores en el plantel, algunos con un muy buen recorrido, otros no tanto, pero son futbolistas y hay que aprovecharlos. Serán 20 partidos, 20 situaciones en las que hay que obrar diferente ante clubes semi profesionales. En 27 días logramos formar este plantel, podemos tener un recorrido bueno, o malo, pero el trabajo va a estar y haremos todo lo posible por estar a la altura de las circunstancias”, aseguró Almirón.
“Yo viví de esto, se lo que es, en algún momento fui profesional, hay personas que han llegado para acompañarme, es cuestión de agachar la cabeza y laburar con mucha disciplina”, remarcó.
El valor de la palabra
“Hay jugadores de otros clubes que entrenan y al final no tienen lugar, entonces podemos ser la opción para sumarlos. Estamos en eso, queremos tener 18 jugadores con palabra, los demás ya arrancaron en punta, están armados, será muy duro, difícil. No quiero que pasen cuatro partidos y nos dejen colgados. Hay que tratar de armarlos, tratar de sacarle lo bueno, y para lo malo están las puertas abiertas”, advirtió.
“Es todo laburo, sacrificio, no hay contratos que armar, cheques que firmar, no hay plata de por medio, es todo pasión, es todo ganas, hay que tratar de tocarle el botón del corazón al jugador, que venga a pasarla bien, yo también voy a vivir una experiencia diferente porque hoy a un chico de 17 años si no lo ponés en Primera o Reserva no viene más”, consideró.
“Alguno puede pensar que soy el mismo que cuando era jugador, era muy agresivo para jugar, pero hoy por hoy veo el fútbol de otra manera, estoy del otro lado de la línea, tengo 53 años, no sé qué puede llegar a pasar, pero voy a dejar lo mejor de mí para que esto salga adelante, estamos todos muy ilusionados”, dimensionó.
El respeto ganado
La Copa de Verano mostró al “Cora” Almirón saludado por otros pares, reconocido, y con un respeto ganado en un camino recorrido: “son cosas que uno lleva adentro del corazón, sino se hubieran cruzado para otro lado y no me hubieran dado bola, con (Marcelo) Pérez Álvarez estuve un rato largo hablando, me dijo que pensó que estaba trabajando en los barcos”, celebró.
“Sigo, ahora estoy con Ariel Román y con Matías Griffiths -los dos inspectores de barco- gracias a un armador y dueño del barco como Wily Ferrari, están bajando el vacío y los cajones de pescado, me van a dejar fuera de la vuelta, pero sigo trabajando”, apuntó.
“Estoy en el puerto hace 14 años, busqué tranquilidad, si no trabajaba en el fútbol, tenía que hacer algo porque si no te comen los gusanos”, esgrimió.
“Dejé otra persona a cargo del plantel, conseguimos un gimnasio, hay 37 chicos que van al gimnasio, entre Primera, Reserva y Séptima. Hay cosas de las que el tiempo será testigo, como pasó con mi hijo”, rescató.
“Danilo y Mirko tienen 22 años, Mirko está en el Mirta R, un barco de otro amigo del alma que le da laburo. No me puedo quejar, la vida me sonrió en un momento difícil y ahora me vuelve a sonreír porque voy a hacer lo que me gusta, volver al fútbol”, sentenció el “Cora” en el final.
“Estaba atendiendo un poco la familia, hace cinco años que no dirigía, tratando de volver al ruedo y hacer las cosas como realmente se merecen los que apostaron por mí”, planteó Walter Almirón en el sustancioso y hasta emotivo diálogo con Tiempo Deportivo.
“Dirigí Huracán, Los Aromos, La Ribera, Roca y Defensores del Parque. En algún momento dirigí inferiores en Roca, fue cuando mi hijo se había recuperado de un cáncer, tenía 13 años, y después de tanto de ir y venir, de tantas cosas que vimos en el Hospital Italiano, me dijo que quería volver a jugar, así que agarré la Novena de Roca, logramos salir campeones y armamos un gran grupo”, recordó.
“Yo había dejado por la leucemia de mi hijo Danilo. La vida de mi hijo valía mucho más que cualquier cosa, preferí optar por buscar su, que terminó siendo la donación de medula de su hermano mellizo Mirko. Hace 17 años que venimos con esa lucha, pero ahora mi señora me sugirió que volviera a dirigir, y en la lista de Rosas están mis dos hijos”, valoró.
“Son cosas que tienen que pasar, gracias a Dios la podemos contar, hubo gente que no sobrevivió al tratamiento junto con mi hijo. Y tratando de sacar las cosas adelante, siempre en el camino de la nobleza, el esfuerzo y el sacrificio”, señaló el ex futbolista de Germinal, La Ribera y Soltex.
La reconversión del Violeta
“Cuando jugamos la Copa de Verano Independiente recién hacía cuatro días que había agarrado el equipo y nos tocaron dos partidos con altas temperaturas. Después hablando con el presidente y con las personas que me rodean, planteamos que había que trabajar muy duro, si queremos resultados debemos transformar todo un club, fíjate que el presidente me acaba de llamar para contarme que colocó unos 200 pases entre inferiores, e infantiles, así que gracias a Dios tiene repercusión lo que venimos haciendo”, fundamentó su primer mes al frente de Juan Manuel de Rosas.
“Hoy tenemos entre 25 y 30 jugadores en el plantel, algunos con un muy buen recorrido, otros no tanto, pero son futbolistas y hay que aprovecharlos. Serán 20 partidos, 20 situaciones en las que hay que obrar diferente ante clubes semi profesionales. En 27 días logramos formar este plantel, podemos tener un recorrido bueno, o malo, pero el trabajo va a estar y haremos todo lo posible por estar a la altura de las circunstancias”, aseguró Almirón.
“Yo viví de esto, se lo que es, en algún momento fui profesional, hay personas que han llegado para acompañarme, es cuestión de agachar la cabeza y laburar con mucha disciplina”, remarcó.
El valor de la palabra
“Hay jugadores de otros clubes que entrenan y al final no tienen lugar, entonces podemos ser la opción para sumarlos. Estamos en eso, queremos tener 18 jugadores con palabra, los demás ya arrancaron en punta, están armados, será muy duro, difícil. No quiero que pasen cuatro partidos y nos dejen colgados. Hay que tratar de armarlos, tratar de sacarle lo bueno, y para lo malo están las puertas abiertas”, advirtió.
“Es todo laburo, sacrificio, no hay contratos que armar, cheques que firmar, no hay plata de por medio, es todo pasión, es todo ganas, hay que tratar de tocarle el botón del corazón al jugador, que venga a pasarla bien, yo también voy a vivir una experiencia diferente porque hoy a un chico de 17 años si no lo ponés en Primera o Reserva no viene más”, consideró.
“Alguno puede pensar que soy el mismo que cuando era jugador, era muy agresivo para jugar, pero hoy por hoy veo el fútbol de otra manera, estoy del otro lado de la línea, tengo 53 años, no sé qué puede llegar a pasar, pero voy a dejar lo mejor de mí para que esto salga adelante, estamos todos muy ilusionados”, dimensionó.
El respeto ganado
La Copa de Verano mostró al “Cora” Almirón saludado por otros pares, reconocido, y con un respeto ganado en un camino recorrido: “son cosas que uno lleva adentro del corazón, sino se hubieran cruzado para otro lado y no me hubieran dado bola, con (Marcelo) Pérez Álvarez estuve un rato largo hablando, me dijo que pensó que estaba trabajando en los barcos”, celebró.
“Sigo, ahora estoy con Ariel Román y con Matías Griffiths -los dos inspectores de barco- gracias a un armador y dueño del barco como Wily Ferrari, están bajando el vacío y los cajones de pescado, me van a dejar fuera de la vuelta, pero sigo trabajando”, apuntó.
“Estoy en el puerto hace 14 años, busqué tranquilidad, si no trabajaba en el fútbol, tenía que hacer algo porque si no te comen los gusanos”, esgrimió.
“Dejé otra persona a cargo del plantel, conseguimos un gimnasio, hay 37 chicos que van al gimnasio, entre Primera, Reserva y Séptima. Hay cosas de las que el tiempo será testigo, como pasó con mi hijo”, rescató.
“Danilo y Mirko tienen 22 años, Mirko está en el Mirta R, un barco de otro amigo del alma que le da laburo. No me puedo quejar, la vida me sonrió en un momento difícil y ahora me vuelve a sonreír porque voy a hacer lo que me gusta, volver al fútbol”, sentenció el “Cora” en el final.