En una de las recorridas en bote por el Río Chubut se observó materia fecal flotante en la zona de El Elsa, en el ejido de Rawson. Se ejecutaron inspecciones a las industrias de la zona, tanto aguas arriba como aguas debajo de dicho sector para tener en cuenta la influencia del mar a los efectos de evaluar la gestión de efluentes cloacales de los emprendimientos de la zona. Por el momento se ha detectado en uno de los astilleros a la vera del Río Chubut una descarga clandestina de efluentes cloacales que coincide en parte con los observado en su momento”.
Así finaliza el informe que el pasado 2 de agosto, recibió el Defensor del Pueblo Ricardo Azparren del Ministerio de Ambiente y Control de Desarrollo Sustentable de la provincia sobre el grado de contaminación de las aguas del Río Chubut. “Material fecal flotante”, sin duda alguna lo que faltaba detectar para conocer definitivamente que el río no solamente está altamente contaminado: también es utilizado como una verdadera cloaca.
El informe consta de cinco cuerpos. Y el ministerio recibió información de otros entes tales como la Dirección General Comarca Virch-Valdés. Y en el mismo hay cosas que si bien no sorprenden si causan cierto estupor teniendo en cuenta que se trata del agua que beben gran parte de los habitantes de Chubut. Claro, el agua tiene un tratamiento a partir del trabajo de las plantas potabilizadoras. Pero por lo que dice el informe el grado de contaminación del Río va en aumento y dentro de algunos años no habrá planta que soporte semejante grado de conflictividad sanitaria.
Vale la pena recorrer el informe. Dice en una parte: “De las descargas, muchas de ellas históricas, la de la empresa Lanera Austral (lavadero de lanas) es la que merece mayor atención en relación a su calidad de vertido. Se ha monitoreado la descarga de dicha empresa, incluyendo parámetros microbiológicos detectándose altos niveles de coliformes totales y fecales en dichos efluentes. Se ha intimado a la empresa para que dé cumplimiento y presente soluciones inmediatas a las deficiencias encontradas”. No hay información que lo haya hecho.
Pero el informe sigue. E involucra nada menos que a la Cooperativa de Rawson: “También debe tenerse especial atención en la descarga de la Planta de Tratamiento de Efluentes Cloacales de la mencionada cooperativa, cuya descarga es la más significativa en volumen y presenta importancia bacteriológica por hallarse en el estuario del Río Chubut, en una zona utilizada para actividades recreativas. Se está requiriendo la adopción de medidas preventivas que permitan evitar el vuelco de líquido cloacal crudo desde la planta o las estaciones de bombeo”. La deducción es sencilla: la cooperativa potabiliza lo que ella misma contamina.
La nota recibida por la Defensoría del Pueblo hace notar también que las industrias que no cumplen con los estándares de calidad de agua establecidos por decreto continúan operando y tienen expedientes de sumario en relación a la descarga de efluentes líquidos son la mencionada Lanera Austral, Bonasur e Iberpesca. Esto no significa que otras industrias que vierten sus líquidos en el río cumplan con las normativas en vigencia.
Un ejemplo es la firma Soriano, de Gaiman, productora del alga agar agar. Amplía el informe al respecto: “Se ha trabajado con la empresa Soriano que presentaba descargas ocasionales de efluentes con pH por encima de los valores permitidos”. También hay un sumario a la Cooperativa de Rawson por una descarga cloacal “cruda” al río en ocasión de una contingencia.
En definitiva, los estudios relacionados con la contaminación del Río llevan casi una década pedidos por la Defensoría del Pueblo. Pero la cosa parece no mejorar. Por el contrario. Y además, para los entendidos, hay una enorme responsabilidad del poder político que a través de los años ha recibido estos informes lapidarios sobre la situación de una de las pocas fuentes de agua dulce que tenemos y no hicieron nada para mejorar la situación.
En una de las recorridas en bote por el Río Chubut se observó materia fecal flotante en la zona de El Elsa, en el ejido de Rawson. Se ejecutaron inspecciones a las industrias de la zona, tanto aguas arriba como aguas debajo de dicho sector para tener en cuenta la influencia del mar a los efectos de evaluar la gestión de efluentes cloacales de los emprendimientos de la zona. Por el momento se ha detectado en uno de los astilleros a la vera del Río Chubut una descarga clandestina de efluentes cloacales que coincide en parte con los observado en su momento”.
Así finaliza el informe que el pasado 2 de agosto, recibió el Defensor del Pueblo Ricardo Azparren del Ministerio de Ambiente y Control de Desarrollo Sustentable de la provincia sobre el grado de contaminación de las aguas del Río Chubut. “Material fecal flotante”, sin duda alguna lo que faltaba detectar para conocer definitivamente que el río no solamente está altamente contaminado: también es utilizado como una verdadera cloaca.
El informe consta de cinco cuerpos. Y el ministerio recibió información de otros entes tales como la Dirección General Comarca Virch-Valdés. Y en el mismo hay cosas que si bien no sorprenden si causan cierto estupor teniendo en cuenta que se trata del agua que beben gran parte de los habitantes de Chubut. Claro, el agua tiene un tratamiento a partir del trabajo de las plantas potabilizadoras. Pero por lo que dice el informe el grado de contaminación del Río va en aumento y dentro de algunos años no habrá planta que soporte semejante grado de conflictividad sanitaria.
Vale la pena recorrer el informe. Dice en una parte: “De las descargas, muchas de ellas históricas, la de la empresa Lanera Austral (lavadero de lanas) es la que merece mayor atención en relación a su calidad de vertido. Se ha monitoreado la descarga de dicha empresa, incluyendo parámetros microbiológicos detectándose altos niveles de coliformes totales y fecales en dichos efluentes. Se ha intimado a la empresa para que dé cumplimiento y presente soluciones inmediatas a las deficiencias encontradas”. No hay información que lo haya hecho.
Pero el informe sigue. E involucra nada menos que a la Cooperativa de Rawson: “También debe tenerse especial atención en la descarga de la Planta de Tratamiento de Efluentes Cloacales de la mencionada cooperativa, cuya descarga es la más significativa en volumen y presenta importancia bacteriológica por hallarse en el estuario del Río Chubut, en una zona utilizada para actividades recreativas. Se está requiriendo la adopción de medidas preventivas que permitan evitar el vuelco de líquido cloacal crudo desde la planta o las estaciones de bombeo”. La deducción es sencilla: la cooperativa potabiliza lo que ella misma contamina.
La nota recibida por la Defensoría del Pueblo hace notar también que las industrias que no cumplen con los estándares de calidad de agua establecidos por decreto continúan operando y tienen expedientes de sumario en relación a la descarga de efluentes líquidos son la mencionada Lanera Austral, Bonasur e Iberpesca. Esto no significa que otras industrias que vierten sus líquidos en el río cumplan con las normativas en vigencia.
Un ejemplo es la firma Soriano, de Gaiman, productora del alga agar agar. Amplía el informe al respecto: “Se ha trabajado con la empresa Soriano que presentaba descargas ocasionales de efluentes con pH por encima de los valores permitidos”. También hay un sumario a la Cooperativa de Rawson por una descarga cloacal “cruda” al río en ocasión de una contingencia.
En definitiva, los estudios relacionados con la contaminación del Río llevan casi una década pedidos por la Defensoría del Pueblo. Pero la cosa parece no mejorar. Por el contrario. Y además, para los entendidos, hay una enorme responsabilidad del poder político que a través de los años ha recibido estos informes lapidarios sobre la situación de una de las pocas fuentes de agua dulce que tenemos y no hicieron nada para mejorar la situación.