Marcha por los jubilados: hay que hacer lo que corresponde

13 MAR 2025 - 11:51 | Actualizado 13 MAR 2025 - 12:29

- Por Esteban Gallo

"Hay que ser muy cagón para no defender a los jubilados. A muerte estoy con los jubilados. Lo que les hacen es una vergüenza", dijo Diego Armando Maradona el 14 de octubre de 1992.

El pronunciamiento que quedó grabado en la memoria popular del pueblo argentino, fue exhibido cuando un grupo de jubilados se manifestaba frente a Tribunales contra una medida de presidente Carlos Menem, que había vetado un artículo que elevaba los haberes del sector con fondos de la privatización de YPF.

Maradona fue una figura inmensa, no solo por sus proezas futbolísticas. Lo fue también por sus valientes posicionamientos políticos, siempre a favor de las causas populares, y cargados de ideología y pasión.

Ya no hay tipos como Diego en nuestro fútbol, alguien que desenfunde la espada y enfrente a los poderes establecidos hasta las últimas consecuencias. No hay un Maradona, ni medio Maradona, ni un cuarto de él, en ningún otro jugador argentino. Nuestros cracks de hoy no hablan, y como no dicen nada no sabemos que comino sienten o piensan.

Maradona hubiese estado en la marcha del miércoles, como lo estuvieron los hinchas de varios clubes, organizaciones sindicales y dirigentes políticos de la oposición.

Hoy, tras los sucesos de ayer, los medios de comunicación hegemónicos y periodistas afines al gobierno intentan bajarle el precio a la marcha, apuntando contra el perfil y las motivaciones de los manifestantes, en un intento solapado de esquivar la cuestión central del asunto, que es lo mal que lo pasan los jubilados en la Argentina de Milei.

Descalificar a alguien que participa de una marcha por su pertenencia a un partido político o por la ideología que profesa es poner la mirada en el lugar equivocado.

En vez de hablar de la politización de la marcha, como si los individuos pudieran escindirse de su posicionamiento ideológico o como si cualquier acto de protesta escondiera una intencionalidad desestabilizadora, los medios genuflexos al gobierno debieran preguntarse si corresponde o no marchar por los jubilados.

¿Corresponde que las organizaciones sindicales, hinchas de fútbol, dirigentes de la oposición y ciudadanos comunes salgan a la calle para apoyar a los jubilados, que de mínima perdieron 13,3% desde la asunción de Milei.

¿Corresponde que la gente salga a la calle para marchar contra un gobierno que sacó medicamentos esenciales de la canasta PAMI y restringió el acceso a otros medicamentos que eran gratuitos, que desde entonces aumentaron 373,1%.

Muchos de nuestros adultos mayores perdieron el acceso a remedios que se utilizan para tratar enfermedades crónicas. ¿Qué hacemos con eso? ¿Actuamos con indolencia o nos rebelamos contra el abandono al que son sometidos nuestros viejos?

¿Corresponde plantarse contra un presidente que tuvo la insensibilidad de vetar la ley que frenó el aumento de los haberes previsionales, que desfinancia el sistema público previsional y que dejó de transferirle a las provincias los fondos de los impuestos nacionales destinados a sus cajas jubilatorias?

¿Corresponde marchar contra una gestión que dio de baja la moratoria previsional, provocando que 9 de cada 10 mujeres y 8 de cada 10 varones cercanos a la edad de retirarse no puedan acceder a una jubilación?

La respuesta a cada una de las preguntas, es un rotundo sí. Y eso es lo que realmente importa.

Maradona lo sintetizó con la contundencia con la que solía hablar de todos los temas.

-Hay que ser muy cagón para no defender a los jubilados- dijo hace 23 años atrás.

La frase, lapidaria y genial, hoy tiene más vigencia que nunca.

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13 MAR 2025 - 11:51

- Por Esteban Gallo

"Hay que ser muy cagón para no defender a los jubilados. A muerte estoy con los jubilados. Lo que les hacen es una vergüenza", dijo Diego Armando Maradona el 14 de octubre de 1992.

El pronunciamiento que quedó grabado en la memoria popular del pueblo argentino, fue exhibido cuando un grupo de jubilados se manifestaba frente a Tribunales contra una medida de presidente Carlos Menem, que había vetado un artículo que elevaba los haberes del sector con fondos de la privatización de YPF.

Maradona fue una figura inmensa, no solo por sus proezas futbolísticas. Lo fue también por sus valientes posicionamientos políticos, siempre a favor de las causas populares, y cargados de ideología y pasión.

Ya no hay tipos como Diego en nuestro fútbol, alguien que desenfunde la espada y enfrente a los poderes establecidos hasta las últimas consecuencias. No hay un Maradona, ni medio Maradona, ni un cuarto de él, en ningún otro jugador argentino. Nuestros cracks de hoy no hablan, y como no dicen nada no sabemos que comino sienten o piensan.

Maradona hubiese estado en la marcha del miércoles, como lo estuvieron los hinchas de varios clubes, organizaciones sindicales y dirigentes políticos de la oposición.

Hoy, tras los sucesos de ayer, los medios de comunicación hegemónicos y periodistas afines al gobierno intentan bajarle el precio a la marcha, apuntando contra el perfil y las motivaciones de los manifestantes, en un intento solapado de esquivar la cuestión central del asunto, que es lo mal que lo pasan los jubilados en la Argentina de Milei.

Descalificar a alguien que participa de una marcha por su pertenencia a un partido político o por la ideología que profesa es poner la mirada en el lugar equivocado.

En vez de hablar de la politización de la marcha, como si los individuos pudieran escindirse de su posicionamiento ideológico o como si cualquier acto de protesta escondiera una intencionalidad desestabilizadora, los medios genuflexos al gobierno debieran preguntarse si corresponde o no marchar por los jubilados.

¿Corresponde que las organizaciones sindicales, hinchas de fútbol, dirigentes de la oposición y ciudadanos comunes salgan a la calle para apoyar a los jubilados, que de mínima perdieron 13,3% desde la asunción de Milei.

¿Corresponde que la gente salga a la calle para marchar contra un gobierno que sacó medicamentos esenciales de la canasta PAMI y restringió el acceso a otros medicamentos que eran gratuitos, que desde entonces aumentaron 373,1%.

Muchos de nuestros adultos mayores perdieron el acceso a remedios que se utilizan para tratar enfermedades crónicas. ¿Qué hacemos con eso? ¿Actuamos con indolencia o nos rebelamos contra el abandono al que son sometidos nuestros viejos?

¿Corresponde plantarse contra un presidente que tuvo la insensibilidad de vetar la ley que frenó el aumento de los haberes previsionales, que desfinancia el sistema público previsional y que dejó de transferirle a las provincias los fondos de los impuestos nacionales destinados a sus cajas jubilatorias?

¿Corresponde marchar contra una gestión que dio de baja la moratoria previsional, provocando que 9 de cada 10 mujeres y 8 de cada 10 varones cercanos a la edad de retirarse no puedan acceder a una jubilación?

La respuesta a cada una de las preguntas, es un rotundo sí. Y eso es lo que realmente importa.

Maradona lo sintetizó con la contundencia con la que solía hablar de todos los temas.

-Hay que ser muy cagón para no defender a los jubilados- dijo hace 23 años atrás.

La frase, lapidaria y genial, hoy tiene más vigencia que nunca.