La visita se concretó en el marco de los actos oficiales por el Día de la Bandera, el pasado 20 de junio. El comandante de la unidad, capitán de fragata Pablo Román Bianco, expresó: “Para nosotros es un gran gusto. La Armada Argentina y sus buques son parte de la República, del pueblo, de los ciudadanos. Es un placer acercarnos y participar de estos actos que hacen a la identidad de nuestra Nación”.
Actualmente, la corbeta Rosales se encuentra realizando patrullas de control y vigilancia marítima, con base en la Base Naval Puerto Belgrano. “Estamos custodiando los mares argentinos, principalmente de cualquier situación que atente contra los intereses nacionales”, señaló el comandante.
La dotación de la unidad está integrada por 105 tripulantes, de los cuales 50 son mujeres. La nave, diseñada para misiones de defensa contra aeronaves, buques de superficie y submarinos, forma parte activa de la Flota de Mar.
Acerca de la relación con la ciudadanía, Bianco remarcó: “Es un gusto poder entablar este lazo tan especial con la ciudadanía. Estos buques son parte también del pueblo argentino”.
La ARA Rosales, construída en Alemania e incorporada a la Armada Argentina en 1986, es una corbeta de la clase MEKO 140, con una eslora de 91,2 metros, desplazamiento de 1.790 toneladas, velocidad máxima de 27 nudos y autonomía superior a las 4.000 millas náuticas. Su armamento incluye cañones, misiles Exocet MM-38 y torpedos antisubmarinos.
La presencia de la unidad en distintos puertos de la Patagonia refuerza la proyección de soberanía nacional en el Atlántico Sur y consolida los vínculos de la Armada con la comunidad. Y ayer con el clima y las condiciones del mar inmejorables, la unidad naval abrió sus puertas para mostrar sus características y su equipamiento con el cerro Cheque de fondo.
La visita se concretó en el marco de los actos oficiales por el Día de la Bandera, el pasado 20 de junio. El comandante de la unidad, capitán de fragata Pablo Román Bianco, expresó: “Para nosotros es un gran gusto. La Armada Argentina y sus buques son parte de la República, del pueblo, de los ciudadanos. Es un placer acercarnos y participar de estos actos que hacen a la identidad de nuestra Nación”.
Actualmente, la corbeta Rosales se encuentra realizando patrullas de control y vigilancia marítima, con base en la Base Naval Puerto Belgrano. “Estamos custodiando los mares argentinos, principalmente de cualquier situación que atente contra los intereses nacionales”, señaló el comandante.
La dotación de la unidad está integrada por 105 tripulantes, de los cuales 50 son mujeres. La nave, diseñada para misiones de defensa contra aeronaves, buques de superficie y submarinos, forma parte activa de la Flota de Mar.
Acerca de la relación con la ciudadanía, Bianco remarcó: “Es un gusto poder entablar este lazo tan especial con la ciudadanía. Estos buques son parte también del pueblo argentino”.
La ARA Rosales, construída en Alemania e incorporada a la Armada Argentina en 1986, es una corbeta de la clase MEKO 140, con una eslora de 91,2 metros, desplazamiento de 1.790 toneladas, velocidad máxima de 27 nudos y autonomía superior a las 4.000 millas náuticas. Su armamento incluye cañones, misiles Exocet MM-38 y torpedos antisubmarinos.
La presencia de la unidad en distintos puertos de la Patagonia refuerza la proyección de soberanía nacional en el Atlántico Sur y consolida los vínculos de la Armada con la comunidad. Y ayer con el clima y las condiciones del mar inmejorables, la unidad naval abrió sus puertas para mostrar sus características y su equipamiento con el cerro Cheque de fondo.