- Por Esteban Gallo
En los primeros cuatro meses de 2025 Argentina registró una caída de la actividad turística espeluznante.
El dólar barato, los índices inflacionarios y la falta de una política de Estado en la materia, fomentó el turismo en el exterior y desalentó los viajes frontera adentro.
Según informó el INDEC a principios de la semana, entre enero y abril de este 2025, 6 millones de argentinos viajaron al exterior, lo cual implicó un fuerte salto del 68,4% respecto del mismo período de 2024 y un récord histórico. Al mismo tiempo, 2.065.300 extranjeros arribaron a nuestro país, lo que representó un retroceso anual del 21,4%, la más baja de la última década, si se dejan de lado los extraordinarios años de pandemia.
Las mayores caídas se verificaron en las llegadas de norteamericanos y canadienses (-24,2%), Brasil (-18,2%) y Resto de América (-15,2%).
La diferencia en la cantidad de turistas que entran y salen reflejan un déficit turístico crónico que afecta directamente a la entrada de divisas, en un contexto en el que el Gobierno intenta consolidar un superávit de cuenta corriente y fortalecer las reservas del BCRA.
La Argentina se volvió cara en dólares y con la eliminación del Impuesto PAIS, los destinos internacionales se volvieron más asequibles para el turista nacional.
La Argentina es cara para los argentinos y es cara también para los que nos visitan. En las redes sociales pululan imágenes de turistas extranjeros asombrados por el precio de la comida, de la ropa, de los servicios de transporte y de cualquier objeto que se quieran llevar de recuerdo.
Es más barato comer en Italia o en España que acá. Está tan dado vuelta este país que cuesta menos comer en Paris o en Londres que en Argentina.
Haciendo foco en nuestra región, los números turísticos del verano fueron muy preocupantes pero peor es el panorama que se avizora para la temporada invernal.
Los hoteleros se agarran la cabeza, los dueños de los restaurantes también y lo mismo hacen los guías de turismo, los choferes de los colectivos y los trabajadores gastronómicos, que ya no solo sufren la caída galopante de su poder adquisitivo, sino que además sufren la amenaza de quedarse sin laburo.
El 2024 quedará marcado en la historia del turismo argentino como uno de los peores años, e insisto, el 2025 será peor, con consecuencias que podrían ser irreversibles si no se toman medidas urgentes.
Algunos prestadores, los que logran sincerarse, reconocen que las políticas de Javier Milei están liquidando al sector turístico y destruyendo la capacidad de recepción que tenemos como región.
Otros, que apoyaron a este gobierno y lo siguen respaldando podrían comenzar por reconocer que estamos mal y vamos a estar peor si no hay un cambio de timón inmediato. No sirve hacerse los boludos, ni fingir demencia, ni callarse la boca, ni intentar disfrazar la realidad con análisis tibiecitos, porque la crisis los va a llevar puestos sin que digan una sola palabra.
A este gobierno libertario no le interesa un pomo el turismo.
Este gobierno no pensó en el turismo cuando sacó los subsidios al gas o la electricidad y elevó exponencialmente el precio que los hoteleros y otros operadores pagan todos los meses por los servicios.
Este gobierno no piensa en el turismo cuando excluye a la Patagonia de su política de aeronavegación, cuando habla de cielos abiertos y cierra las oficinas de Aerolíneas en nuestras ciudades, mientras banca a la impresentable de Flybondy que opera cuando se le da la gana y se caga de risa de todos nosotros.
Este gobierno no piensa en el turismo cuando deja que las rutas que nos conectan con el resto del país se caigan a pedazos.
En este año y medio de gobierno, en el país no se habla de turismo.
No hay ningún funcionario lúcido que vincule al turismo con la producción, con el crecimiento y con el desarrollo económico de nuestros pueblos.
No hay una política de Estado, no hay un plan que contenga a la actividad, no existen programas para remediar la situación de los operadores del sector. Lo que hay es un desprecio y una apatía vergonzosa que impacta en el sector con números lapidarios y escalofriantes.
Pensábamos que no se podía estar peor que durante la emergencia del COVID, pero resulta que se si seguimos así, vamos por el mismo camino.
En este país hay una pandemia peor que aquella. Es la ceguera de este gobierno insensible que se propaga como un virus a algunos sectores de la sociedad que prefieren taparse los ojos para no ver lo que está sucediendo.
Esa es la peor de las cegueras, porque “No hay peor ciego que el que no quiere ver”.
- Por Esteban Gallo
En los primeros cuatro meses de 2025 Argentina registró una caída de la actividad turística espeluznante.
El dólar barato, los índices inflacionarios y la falta de una política de Estado en la materia, fomentó el turismo en el exterior y desalentó los viajes frontera adentro.
Según informó el INDEC a principios de la semana, entre enero y abril de este 2025, 6 millones de argentinos viajaron al exterior, lo cual implicó un fuerte salto del 68,4% respecto del mismo período de 2024 y un récord histórico. Al mismo tiempo, 2.065.300 extranjeros arribaron a nuestro país, lo que representó un retroceso anual del 21,4%, la más baja de la última década, si se dejan de lado los extraordinarios años de pandemia.
Las mayores caídas se verificaron en las llegadas de norteamericanos y canadienses (-24,2%), Brasil (-18,2%) y Resto de América (-15,2%).
La diferencia en la cantidad de turistas que entran y salen reflejan un déficit turístico crónico que afecta directamente a la entrada de divisas, en un contexto en el que el Gobierno intenta consolidar un superávit de cuenta corriente y fortalecer las reservas del BCRA.
La Argentina se volvió cara en dólares y con la eliminación del Impuesto PAIS, los destinos internacionales se volvieron más asequibles para el turista nacional.
La Argentina es cara para los argentinos y es cara también para los que nos visitan. En las redes sociales pululan imágenes de turistas extranjeros asombrados por el precio de la comida, de la ropa, de los servicios de transporte y de cualquier objeto que se quieran llevar de recuerdo.
Es más barato comer en Italia o en España que acá. Está tan dado vuelta este país que cuesta menos comer en Paris o en Londres que en Argentina.
Haciendo foco en nuestra región, los números turísticos del verano fueron muy preocupantes pero peor es el panorama que se avizora para la temporada invernal.
Los hoteleros se agarran la cabeza, los dueños de los restaurantes también y lo mismo hacen los guías de turismo, los choferes de los colectivos y los trabajadores gastronómicos, que ya no solo sufren la caída galopante de su poder adquisitivo, sino que además sufren la amenaza de quedarse sin laburo.
El 2024 quedará marcado en la historia del turismo argentino como uno de los peores años, e insisto, el 2025 será peor, con consecuencias que podrían ser irreversibles si no se toman medidas urgentes.
Algunos prestadores, los que logran sincerarse, reconocen que las políticas de Javier Milei están liquidando al sector turístico y destruyendo la capacidad de recepción que tenemos como región.
Otros, que apoyaron a este gobierno y lo siguen respaldando podrían comenzar por reconocer que estamos mal y vamos a estar peor si no hay un cambio de timón inmediato. No sirve hacerse los boludos, ni fingir demencia, ni callarse la boca, ni intentar disfrazar la realidad con análisis tibiecitos, porque la crisis los va a llevar puestos sin que digan una sola palabra.
A este gobierno libertario no le interesa un pomo el turismo.
Este gobierno no pensó en el turismo cuando sacó los subsidios al gas o la electricidad y elevó exponencialmente el precio que los hoteleros y otros operadores pagan todos los meses por los servicios.
Este gobierno no piensa en el turismo cuando excluye a la Patagonia de su política de aeronavegación, cuando habla de cielos abiertos y cierra las oficinas de Aerolíneas en nuestras ciudades, mientras banca a la impresentable de Flybondy que opera cuando se le da la gana y se caga de risa de todos nosotros.
Este gobierno no piensa en el turismo cuando deja que las rutas que nos conectan con el resto del país se caigan a pedazos.
En este año y medio de gobierno, en el país no se habla de turismo.
No hay ningún funcionario lúcido que vincule al turismo con la producción, con el crecimiento y con el desarrollo económico de nuestros pueblos.
No hay una política de Estado, no hay un plan que contenga a la actividad, no existen programas para remediar la situación de los operadores del sector. Lo que hay es un desprecio y una apatía vergonzosa que impacta en el sector con números lapidarios y escalofriantes.
Pensábamos que no se podía estar peor que durante la emergencia del COVID, pero resulta que se si seguimos así, vamos por el mismo camino.
En este país hay una pandemia peor que aquella. Es la ceguera de este gobierno insensible que se propaga como un virus a algunos sectores de la sociedad que prefieren taparse los ojos para no ver lo que está sucediendo.
Esa es la peor de las cegueras, porque “No hay peor ciego que el que no quiere ver”.