Hay que salvar a La Ribera

12 NOV 2025 - 10:52 | Actualizado 12 NOV 2025 - 12:58

Por Esteban Gallo

Los presidentes de los clubes que integran la Liga del Valle del Chubut se reunirán el jueves para analizar el escandaloso episodio protagonizado por un grupo de jugadores del Club Defensores de La Ribera, quienes agredieron salvajemente al árbitro Lautaro Carro, el jueves pasado en cancha de JJ Moreno.

La convocatoria surgió de la reunión de delegados realizada el lunes y se hará un día antes de que el Tribunal de Disciplina tome una decisión sobre la conducta de los jugadores y la responsabilidad que le cabe al club capitalino por los hechos acontecidos.

El repudio a los nuevos hechos de violencia fue unánime, incluso de sectores vinculados al fútbol que suelen actuar con liviandad.

Por ejemplo, la AANECH, la asociación que nuclea a los árbitros que brindan el servicio arbitral a la Liga del Valle decidieron no dirigir partidos donde juegue La Ribera y la medida aplica a la primera división, pero también a las inferiores y al fútbol femenino.

La decisión tiene sentido. Lautaro Carro fue agredido por más de medio equipo de La Ribera y sufrió heridas en la cabeza, en el cuello y en otras partes del cuerpo.
El testimonio que brindó a este medio el papá del juez agredido fue estremecedor. Contó que algunos dirigentes del club que estaban del otro lado del alambrado incitaban a la violencia y pedían que maten al árbitro y aseguró que una de los más exaltadas es una persona que es candidata a presidenta de la institución.
Por su parte, el titular de La Ribera, Carlos Proboste, en la reunión del lunes, pidió que las sanciones recaigan en los jugadores que agredieron al árbitro, pero no en la institución que conduce. Incluso, presentó una nota repudiando los acontecimientos.

El comunicado sirve como gesto, pero es insuficiente ante la gravedad de lo ocurrido y las disculpas no resuelven el problema estructural que padece La Ribera.
La lista de episodios de violencia protagonizados por el club de Rawson es interminable. Trompadas a los rivales, agresiones a los árbitros, enfrentamientos con la policía, periodistas apedreados, reporteros gráficos violentados.

En La Ribera la violencia está tan naturalizada que los más chicos se comportan de la misma manera que los grandes. Hace unos meses atrás un jugador de inferiores de la Ribera le pegó dos trompadas a un pibe de Huracán y cuando cayó al piso le pateó la cabeza.

Proboste pide a través de una nota que no desafilien a la entidad, pero los dirigentes se tienen que hacer cargo de lo que sembraron en todos estos años. La autoridad moral de un club se construye desde el ejemplo, no desde el enésimo pedido de perdón.

Si los dirigentes predicaran con la conducta el mensaje bajaría con claridad y llegaría a todos los estamentos del club.

Cuál es la sanción que aplicará el Tribunal de Disciplina que integran el Dr. David Figueroa y los señores Rubén Santillán y Franco Manrique, es una incógnita todavía, pero lo esperable sería que los dirigentes que históricamente han actuado con indulgencia, incluido el presidente de la Liga del Valle, Javier Treuque, esta vez se pongan los pantalones largos.

Una sanción bien aplicada no solo castiga, también sirve para marcar qué está bien y que está mal y transmite un mensaje claro sobre los valores del deporte que deben ser defendidos a ultranza.

Una sanción justa puede ser también una oportunidad para la autocrítica y el cambio. Y tal vez sea lo que La Ribera necesita para corregir el rumbo y como punto de partida para una reconstrucción real.

En ese sentido decimos, que hay que hay que salvar a La Ribera.

Enterate de las noticias de POLITICA a través de nuestro newsletter

Anotate para recibir las noticias más importantes de esta sección.

Te podés dar de baja en cualquier momento con un solo clic.
12 NOV 2025 - 10:52

Por Esteban Gallo

Los presidentes de los clubes que integran la Liga del Valle del Chubut se reunirán el jueves para analizar el escandaloso episodio protagonizado por un grupo de jugadores del Club Defensores de La Ribera, quienes agredieron salvajemente al árbitro Lautaro Carro, el jueves pasado en cancha de JJ Moreno.

La convocatoria surgió de la reunión de delegados realizada el lunes y se hará un día antes de que el Tribunal de Disciplina tome una decisión sobre la conducta de los jugadores y la responsabilidad que le cabe al club capitalino por los hechos acontecidos.

El repudio a los nuevos hechos de violencia fue unánime, incluso de sectores vinculados al fútbol que suelen actuar con liviandad.

Por ejemplo, la AANECH, la asociación que nuclea a los árbitros que brindan el servicio arbitral a la Liga del Valle decidieron no dirigir partidos donde juegue La Ribera y la medida aplica a la primera división, pero también a las inferiores y al fútbol femenino.

La decisión tiene sentido. Lautaro Carro fue agredido por más de medio equipo de La Ribera y sufrió heridas en la cabeza, en el cuello y en otras partes del cuerpo.
El testimonio que brindó a este medio el papá del juez agredido fue estremecedor. Contó que algunos dirigentes del club que estaban del otro lado del alambrado incitaban a la violencia y pedían que maten al árbitro y aseguró que una de los más exaltadas es una persona que es candidata a presidenta de la institución.
Por su parte, el titular de La Ribera, Carlos Proboste, en la reunión del lunes, pidió que las sanciones recaigan en los jugadores que agredieron al árbitro, pero no en la institución que conduce. Incluso, presentó una nota repudiando los acontecimientos.

El comunicado sirve como gesto, pero es insuficiente ante la gravedad de lo ocurrido y las disculpas no resuelven el problema estructural que padece La Ribera.
La lista de episodios de violencia protagonizados por el club de Rawson es interminable. Trompadas a los rivales, agresiones a los árbitros, enfrentamientos con la policía, periodistas apedreados, reporteros gráficos violentados.

En La Ribera la violencia está tan naturalizada que los más chicos se comportan de la misma manera que los grandes. Hace unos meses atrás un jugador de inferiores de la Ribera le pegó dos trompadas a un pibe de Huracán y cuando cayó al piso le pateó la cabeza.

Proboste pide a través de una nota que no desafilien a la entidad, pero los dirigentes se tienen que hacer cargo de lo que sembraron en todos estos años. La autoridad moral de un club se construye desde el ejemplo, no desde el enésimo pedido de perdón.

Si los dirigentes predicaran con la conducta el mensaje bajaría con claridad y llegaría a todos los estamentos del club.

Cuál es la sanción que aplicará el Tribunal de Disciplina que integran el Dr. David Figueroa y los señores Rubén Santillán y Franco Manrique, es una incógnita todavía, pero lo esperable sería que los dirigentes que históricamente han actuado con indulgencia, incluido el presidente de la Liga del Valle, Javier Treuque, esta vez se pongan los pantalones largos.

Una sanción bien aplicada no solo castiga, también sirve para marcar qué está bien y que está mal y transmite un mensaje claro sobre los valores del deporte que deben ser defendidos a ultranza.

Una sanción justa puede ser también una oportunidad para la autocrítica y el cambio. Y tal vez sea lo que La Ribera necesita para corregir el rumbo y como punto de partida para una reconstrucción real.

En ese sentido decimos, que hay que hay que salvar a La Ribera.


NOTICIAS RELACIONADAS
POLÍTICA
La soberbia judicial al palo
06 NOV 2025 - 13:47
POLÍTICA
Una brújula para los mosqueteros
04 NOV 2025 - 13:32