Así favorecen a Madryn

La serie de semifinales del Reducido terminó en escandalo porque los jugadores de Morón no se bancaron la eliminación y fueron a buscar a los de Madryn, que no estuvieron lucidos para irse rápido de la cancha o alejarse de la provocación. En el partido, al Aurinegro no le cobraron dos penales y el lateral visitante, Joaquín Livera, se hizo echar con un codazo a Solís en la cara del asistente.

16 NOV 2025 - 21:05 | Actualizado 16 NOV 2025 - 23:43

Por Edgardo Lillo.- Fotos: Daniel Feldman (Jornada Medios).

El mes pasado, en medio del Congreso Nacional de Periodistas Deportivos en Trelew, el reconocido Alejandro Fabbri, en medio de la presentación de su libro estadístico de la Copa Libertadores, les recordó a sus colegas que las cuestiones relacionados a los favoritismos, a los escándalos en las canchas, a los árbitros tendeciosos, suceden incluso desde el mismo momento en que los ingleses organizaron el fútbol como deporte. Nada es nuevo.

Sin embargo, hay un condimento bien contemporáneo y que genera un verdadero caldo de cultivo: las redes. Todo lo que se dice se replica rápidamente, se viraliza, se convierte en tendencia, en "hashtag"o en "trending topic".

Ya se porla relación cercana con la dirigencia de AFA, por algunos fallos favorables o polémicos, pero inclusos de temporadas pasadas, o por la columna de un otrora carismático técnico ahora convertido en columnista anti afista en una conocida señal de cable, pareciera que a Deportivo Madryn lo favorecen para ascender a la Liga Profesional. Está sentenciado.

Madryn alcanzó este domingo la segunda final por el ascenso a Primera en poco más de un mes. Parece que ya, salvo los hinchas de Madryn, no se acuerdan que fue el mejor equipo de su grupo con una racha de unos 15 partidos en los que mostró su mejor nivel de la temporada, nadie habla de los procesos, de un técnico de jerarquía como Leandro Gracián, de la metárfosis del club de una década hasta esta parte, en resumen de todo lo que Madryn en torno al sueño de llegar a Primera.

Cuando Caruso y compañía aseguraban que Madryn ascendía en la final directa con Gimnasia de Mendoza, el árbitro Nicolás Ramírez cobró un penal a los 48 minutos contra Madryn que terminó con el partido empatado 1-1 en la cancha de Platense y la definición por penales que los cuyanos ganaron para ser campeones y ascender a la Liga Profesional. Chau pronóstico.

Contra Gimnasia de Jujuy, parece que Madryn fue el culpable que los dirigentes del Lobo se metieran en el vestuario del controvertido Lucas Comesaña durante el entretiempo para amedrentarlo porque no había cobrado un penal o porque había expulsado al lateral izquierdo, incluso cuando los norteños iban ganando por 1-0.

Como Jujuy ya tenía antecedentes similares, el Tribunal de Disciplina le dio por perdido el partido 3-0 y Gimnasia llegó a la revancha sin chanches de nada. Culpa de Madryn.

Parece que también el mundo Aurinegro es culpable que el técnico de Morón, Walter Otta, haya abierto el paraguas primero y después haya hecho declaraciones fuerte, que fueron totalmente negadas, y que lo sacaron del banco este domingo por una sanción disciplinaria. Todo operado por Madryn.

En el partido de este domingo, a Madryn no le cobraron dos penales: a los pocos minutos de iniciado el partido un empujón con los dos brazos hacia adelante de Lorenzó contra Silva. Alguno dirá que habría que medir la fuerza del empujón o si el delantero local exageró, pero en la mitad de la cancha eso es falta de acá a la China.

Después en el segundo tiempo, en un contra, Silva se perfiló y remató al arco y el mismo central abrió la mano para desviar el balón, en una foto de Jornada que también está viralizada.

Los jugadores de Morón arremetieron contra el árbitro Echavarría después del gol de Madryn porque cobró un falta que no era sobre el lateral izquierdo. En rigor de la verdad, no pareció. Pero nadie va a decir que Nazareno Solis le pegó perfectó a la pelota y que Postel los anticipó a todos para clavar el cabezazo en el ángulo. O sea el gol se podría haber evitado con una buena defensa. Pero sólo se equivoca el árbitro.

Parece que Madryn y AFA también se complotaron en el tremendo codazo que Joaquín Livera le propinó a Nazareno Solís en las narices del asistentes que incluso había ingresado al campo de juego al frenar la jugada porque Giacopuzzi había quedado tirado en el área de Madryn después de despejar un balón. Livera recibió la roja a los 8 minutos del segundo tiempo y Morón jugó 42 minutos con uno menos. Eso parece que también estaba premeditado en las oficinas de la calle Viamonte.

Morón dejó todo para llegar al empate, estuvo muy cerca. A favor, una mano fuera del área podría haber sido cobrada, Recalde no recibió una amarilla por una fuerte falta táctica y después fue amonestado por una acción posterior. Podría haberse ido del campo.

Pero así como Morón tuvo la chance de golear a Madryn en el primer tiempo del partido de ida y la dejó pasar, el Aurinegro también podría haberlo cerrado con comodidad y no lo hizo, por eso el encuentro terminó en un hondo dramatismo.

Lo otro que pasó en el partido tampoco compromete únicamente a Facundo Giacopuzzi, el central de Madryn, que juntando los deditos de las manos los abría y cerraba tratando a los de Morón de bocones. Los visitantes en tanto, sobreactuaban cada jugada, cada falta, el banco reaccionaba por todo y de hecho tuvo dos expulsados.

Nobleza obliga, es una conducta generalizada. Los futbolistas profesionales y no profesionales de hoy, porque todo se copia, se tornan insorpotable;hablan todo el tiempo, reclaman por todo, hacen teatro, exageran faltas y terminan muchas veces en una sobreactuación en las que se los devora el personaje, porque después son las carmelitas descalzas a las que un hombre malo las despojó de sus pertenencias.


¿Y cómo justificar la provocación del final? Los jugadores de Morón salieron disparados a buscar los de Madryn, principalmente a Giacopuzzi. Los locales deberían haberlo supuesto y se tendrían que haber alejado rápido de la zona de riesgo. Pero tampoco parecía fácil evitar la reacción cuando el otro venía a pegar.

La policía, en un accionar que siempre parece tardío, se interpuso, y en ese contexto ya caldeado, el experimentado Gastón González repartió a diestra y siniestra trompadas y patadas contra cinco o seis, al estilo de Jason Statham en El Transportador. Al gigante Germán Rivero lo sacudieron entre dos o tres y la escena de lucha libre terminó con la policía reprimiendo con gas pimientas y afectando principalmente a González, Ivo Constantino y Emiliano Franco, entre algún otro. Lamentable.

Hay una filósofa televisiva contemporánea que dice que nadie orina agua bendita. En efecto, en este fútbol argentino son muy pocos los que podrían fingir demencia. Pero a esta altura también se podría decir que hay una clara campaña contra Madryn, que ya está instalado en la final del Reducido, apretando los dientes porque su nivel futbolístico ha decaído y ya no le sobra nada.

Cuando el colectivo de Morón se retiraba del "Abel Sastre", una señora, y de la popular siempre salen frases filosas y exactas, le gritó a Gastón González: "pateá al arco, no a la policía". La cuestión es que cada uno haga lo que tenga que hacer, que asuma sus errores y responsabilidades, y que en todo caso se evite alimentar esa nociva concepción de que la culpa siempre la tiene el otro...

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16 NOV 2025 - 21:05

Por Edgardo Lillo.- Fotos: Daniel Feldman (Jornada Medios).

El mes pasado, en medio del Congreso Nacional de Periodistas Deportivos en Trelew, el reconocido Alejandro Fabbri, en medio de la presentación de su libro estadístico de la Copa Libertadores, les recordó a sus colegas que las cuestiones relacionados a los favoritismos, a los escándalos en las canchas, a los árbitros tendeciosos, suceden incluso desde el mismo momento en que los ingleses organizaron el fútbol como deporte. Nada es nuevo.

Sin embargo, hay un condimento bien contemporáneo y que genera un verdadero caldo de cultivo: las redes. Todo lo que se dice se replica rápidamente, se viraliza, se convierte en tendencia, en "hashtag"o en "trending topic".

Ya se porla relación cercana con la dirigencia de AFA, por algunos fallos favorables o polémicos, pero inclusos de temporadas pasadas, o por la columna de un otrora carismático técnico ahora convertido en columnista anti afista en una conocida señal de cable, pareciera que a Deportivo Madryn lo favorecen para ascender a la Liga Profesional. Está sentenciado.

Madryn alcanzó este domingo la segunda final por el ascenso a Primera en poco más de un mes. Parece que ya, salvo los hinchas de Madryn, no se acuerdan que fue el mejor equipo de su grupo con una racha de unos 15 partidos en los que mostró su mejor nivel de la temporada, nadie habla de los procesos, de un técnico de jerarquía como Leandro Gracián, de la metárfosis del club de una década hasta esta parte, en resumen de todo lo que Madryn en torno al sueño de llegar a Primera.

Cuando Caruso y compañía aseguraban que Madryn ascendía en la final directa con Gimnasia de Mendoza, el árbitro Nicolás Ramírez cobró un penal a los 48 minutos contra Madryn que terminó con el partido empatado 1-1 en la cancha de Platense y la definición por penales que los cuyanos ganaron para ser campeones y ascender a la Liga Profesional. Chau pronóstico.

Contra Gimnasia de Jujuy, parece que Madryn fue el culpable que los dirigentes del Lobo se metieran en el vestuario del controvertido Lucas Comesaña durante el entretiempo para amedrentarlo porque no había cobrado un penal o porque había expulsado al lateral izquierdo, incluso cuando los norteños iban ganando por 1-0.

Como Jujuy ya tenía antecedentes similares, el Tribunal de Disciplina le dio por perdido el partido 3-0 y Gimnasia llegó a la revancha sin chanches de nada. Culpa de Madryn.

Parece que también el mundo Aurinegro es culpable que el técnico de Morón, Walter Otta, haya abierto el paraguas primero y después haya hecho declaraciones fuerte, que fueron totalmente negadas, y que lo sacaron del banco este domingo por una sanción disciplinaria. Todo operado por Madryn.

En el partido de este domingo, a Madryn no le cobraron dos penales: a los pocos minutos de iniciado el partido un empujón con los dos brazos hacia adelante de Lorenzó contra Silva. Alguno dirá que habría que medir la fuerza del empujón o si el delantero local exageró, pero en la mitad de la cancha eso es falta de acá a la China.

Después en el segundo tiempo, en un contra, Silva se perfiló y remató al arco y el mismo central abrió la mano para desviar el balón, en una foto de Jornada que también está viralizada.

Los jugadores de Morón arremetieron contra el árbitro Echavarría después del gol de Madryn porque cobró un falta que no era sobre el lateral izquierdo. En rigor de la verdad, no pareció. Pero nadie va a decir que Nazareno Solis le pegó perfectó a la pelota y que Postel los anticipó a todos para clavar el cabezazo en el ángulo. O sea el gol se podría haber evitado con una buena defensa. Pero sólo se equivoca el árbitro.

Parece que Madryn y AFA también se complotaron en el tremendo codazo que Joaquín Livera le propinó a Nazareno Solís en las narices del asistentes que incluso había ingresado al campo de juego al frenar la jugada porque Giacopuzzi había quedado tirado en el área de Madryn después de despejar un balón. Livera recibió la roja a los 8 minutos del segundo tiempo y Morón jugó 42 minutos con uno menos. Eso parece que también estaba premeditado en las oficinas de la calle Viamonte.

Morón dejó todo para llegar al empate, estuvo muy cerca. A favor, una mano fuera del área podría haber sido cobrada, Recalde no recibió una amarilla por una fuerte falta táctica y después fue amonestado por una acción posterior. Podría haberse ido del campo.

Pero así como Morón tuvo la chance de golear a Madryn en el primer tiempo del partido de ida y la dejó pasar, el Aurinegro también podría haberlo cerrado con comodidad y no lo hizo, por eso el encuentro terminó en un hondo dramatismo.

Lo otro que pasó en el partido tampoco compromete únicamente a Facundo Giacopuzzi, el central de Madryn, que juntando los deditos de las manos los abría y cerraba tratando a los de Morón de bocones. Los visitantes en tanto, sobreactuaban cada jugada, cada falta, el banco reaccionaba por todo y de hecho tuvo dos expulsados.

Nobleza obliga, es una conducta generalizada. Los futbolistas profesionales y no profesionales de hoy, porque todo se copia, se tornan insorpotable;hablan todo el tiempo, reclaman por todo, hacen teatro, exageran faltas y terminan muchas veces en una sobreactuación en las que se los devora el personaje, porque después son las carmelitas descalzas a las que un hombre malo las despojó de sus pertenencias.


¿Y cómo justificar la provocación del final? Los jugadores de Morón salieron disparados a buscar los de Madryn, principalmente a Giacopuzzi. Los locales deberían haberlo supuesto y se tendrían que haber alejado rápido de la zona de riesgo. Pero tampoco parecía fácil evitar la reacción cuando el otro venía a pegar.

La policía, en un accionar que siempre parece tardío, se interpuso, y en ese contexto ya caldeado, el experimentado Gastón González repartió a diestra y siniestra trompadas y patadas contra cinco o seis, al estilo de Jason Statham en El Transportador. Al gigante Germán Rivero lo sacudieron entre dos o tres y la escena de lucha libre terminó con la policía reprimiendo con gas pimientas y afectando principalmente a González, Ivo Constantino y Emiliano Franco, entre algún otro. Lamentable.

Hay una filósofa televisiva contemporánea que dice que nadie orina agua bendita. En efecto, en este fútbol argentino son muy pocos los que podrían fingir demencia. Pero a esta altura también se podría decir que hay una clara campaña contra Madryn, que ya está instalado en la final del Reducido, apretando los dientes porque su nivel futbolístico ha decaído y ya no le sobra nada.

Cuando el colectivo de Morón se retiraba del "Abel Sastre", una señora, y de la popular siempre salen frases filosas y exactas, le gritó a Gastón González: "pateá al arco, no a la policía". La cuestión es que cada uno haga lo que tenga que hacer, que asuma sus errores y responsabilidades, y que en todo caso se evite alimentar esa nociva concepción de que la culpa siempre la tiene el otro...